2022
Vístete de tu poder, oh Sion — Extractos
Noviembre de 2022


“Vístete de tu poder, oh Sion — Extractos”, Para la Fortaleza de la Juventud, noviembre de 2022.

Vístete de tu poder, oh Sion

Extractos

Imagen
Cita del póster del élder Bednar

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Ruego sinceramente que el Espíritu Santo nos ilumine a cada uno de nosotros a medida que consideramos ahora la importancia de la parábola de la fiesta de bodas del hijo del rey […].

Al entrar el rey en el salón de bodas, observó a los asistentes e inmediatamente reparó en un invitado que llamaba la atención por no llevar puesta ropa de boda. El hombre fue llevado ante el rey y este preguntó: “… Amigo, ¿cómo entraste aquí sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció” [Mateo 22:12] […].

[E]l rechazo a ponerse la ropa de boda ejemplificaba una ostensible “falta de respeto tanto hacia el rey como hacia su hijo”. No solo no llevaba ropa de boda, sino que decidió no ponérsela […]. La reacción del rey fue rápida y decisiva: “… Atadle de pies y de manos, y tomadle y echadle a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes” [Mateo 22:13] […].

Su falta de vestimenta apropiada revelaba su rebelión interior contra el rey y sus instrucciones.

La parábola luego termina con este penetrante pasaje de las Escrituras: “Porque muchos son los llamados, pero pocos los escogidos…” [Mateo 22:14] […].

Dios no tiene una lista de personas favoritas a la que debemos esperar que se añada nuestro nombre algún día. Él no limita “los escogidos” a unos cuantos; por el contrario, nuestro corazón, nuestros deseos, nuestro cumplimiento de las ordenanzas y los convenios sagrados del Evangelio, nuestra obediencia a los mandamientos y, lo más importante, la gracia y misericordia redentoras del Salvador determinan si seremos contados como uno de los escogidos de Dios […].

A medida que procuremos de forma apropiada el don espiritual de ojos que ven y oídos que oyen, prometo que seremos bendecidos con la capacidad y el juicio necesarios para fortalecer nuestra conexión por convenio con el Señor viviente. También recibiremos el poder de la divinidad en nuestra vida y, finalmente, seremos llamados y también escogidos para el banquete del Señor.