El pastel de Navidad
Esta historia tuvo lugar en Japón.
A Kaiya le encantaban los dulces de Navidad, pero amaba aún más a su amigo.
Al día siguiente iba a ser Navidad y Kaiya estaba preocupado. No le importaba recibir un regalo ni cuál sería; estaba preocupado por su amigo Minato.
Kaiya y Minato jugaban en el mismo club de fútbol e iban a la misma escuela, pero Minato dejó de asistir a la escuela por tres días y también se perdió los entrenamientos de fútbol. El maestro dijo que el padre de Minato estaba enfermo. Para asegurarse de que otras personas no enfermaran, toda la familia de Minato tendría que quedarse en casa durante dos semanas.
A Kaiya le preocupaba que Minato también pudiera enfermarse, así que le preguntó a su mamá si podían ir a verlo para ver cómo estaba. Llamaron a la madre de Minato.
“No te preocupes”, dijo ella, “estamos bien, pero no hemos podido conseguir un kurisumasu kēki (pastel de Navidad)”.
El pastel de Navidad era el favorito de Kaiya; tenía un lindo glaseado blanco y decoraciones de colores en la parte superior. Era algo especial en Japón. Pensó que Minato debía sentirse triste por perdérselo.
Después de la llamada, Kaiya dijo: “Mamá, vayamos a llevarles nuestro pastel de Navidad. ¿Y podemos llevarles pizza también?”. Sabía que la pizza de saba (pescado) era la favorita de Minato.
La mamá estuvo de acuerdo. Primero pidieron la pizza, y luego la mamá puso el pastel de Navidad en una caja. Después, reunieron algunos bocadillos y jugo.
“Esto les ayudará a pasar mejor los próximos días”, dijo la mamá.
El papá y Kaiya fueron a recoger la pizza y luego fueron a la casa de Minato para llevarles todo. No podían entrar, así que pusieron las cosas frente a la puerta, tocaron el timbre y se fueron.
Cuando Kaiya llegó a casa, su mamá le mostró un mensaje de texto de la madre de Minato. “¡No puedo creer que nos trajeran un pastel!”, decía. “Los niños están muy contentos. Muchas gracias”.
Unos minutos después, sonó el timbre. Eran el hermano y la hermana Takahashi, unos miembros de la Iglesia que vivían cerca.
“Les traemos unas higashi (galletas de arroz) para Navidad”, dijo la hermana Takahashi. Tenía en la mano un plato de galletas con hermosos diseños.
Después de cenar, Kaiya y sus padres comieron las galletas. “¿Estás triste porque no tenemos pastel de Navidad?”, le preguntó la mamá.
Kaiya pensaba en la manera en que ayudó a Minato y a su familia. “En realidad no”, dijo. “¡Después de todo, en la Navidad se trata de dar!”.
Ilustraciones por Felia Hanakata