Devocionales de Navidad
Los dones menos evidentes


Los dones menos evidentes

Devocional de Navidad de 2021 de la Primera Presidencia

Domingo 5 de diciembre de 2021

Introducción

Cuando yo era joven, lo mejor de la Navidad era la llegada de la abuela y el abuelo Lundgren. Cada año, hacían un largo viaje en un viejo automóvil para visitarnos. Los amábamos y nos encantaban los panqueques suecos de la abuela, hechos con crema agria fresca que traía de un granjero local de su pueblo. Pasaba horas en la cocina, cocinando panqueques hasta que no podíamos comer ni un bocado más. Ahora, dos generaciones más de niños se han deleitado con esos panqueques suecos y, cada vez que los hacemos, recordamos a la abuela Lundgren y su don de amor.

Algunos de los mejores regalos [o dones] son los de nuestro tiempo y nuestros talentos. Creo que esos regalos son dones santos.

Dones

Esta es una temporada en la que se esperan con ilusión nuevos regalos; pero, esta noche, hagamos una pausa para considerar los dones que ya se nos han dado, y quién los ha dado y por qué.

Dios nos ha concedido dones a cada uno de nosotros. Tal vez no se sientan personas talentosas, pero tienen dones espirituales de Dios a fin de que puedan bendecir a los demás y acercarse más a Él 1 .

¿Qué dones han recibido de Dios?

Para ser sincera, nunca me he visto a mí misma como una persona talentosa; no soy cantante, ni bailarina, ni atleta, ni artista, ni matemática, ni…, ni…, ni… Sencillamente soy muy… normal.

En ocasiones, he visto los grandes dones de otras personas y me he sentido pequeña, pero estoy aprendiendo cuán inútiles e incluso destructivas son esas comparaciones. Lo que es más importante, he llegado a ver el poder sagrado de los “dones menos evidentes” de Dios y a regocijarme en ellos como evidencia de Su amor y confianza.

El élder Marvin J. Ashton enseñó que los dones espirituales de Dios incluyen aquellos que son “menos evidentes”, entre ellos “[e]l don de preguntar, el don de escuchar, el don de oír y de emplear una voz suave y apacible, el don de poder llorar, el don de evitar la contención, el don de congeniar […], el don de obrar en rectitud, el don de no condenar, el don de buscar la guía de Dios, el don de ser un discípulo, el don de interesarse en los demás, el don de meditar, el don de orar” 2 .

¿Les ayuda esta lista a ver sus dones desde una nueva perspectiva? A mí me ayuda.

Estos dones silenciosos hacen tanto por elevar a los hijos de Dios como otros que reconocemos y aclamamos con más frecuencia 3 : son dones silenciosos que nos ayudan a lograr nuestros propósitos más importantes en la vida. Sin embargo, por desgracia, a veces nos refrenamos y no apreciamos ni compartimos nuestros dones, por temor a que no estén pulidos ni sean tan perfectos o bonitos como nos gustaría.

Cuando no apreciamos estos dones menos evidentes, perdemos una oportunidad de elevar a Sus hijos y perdemos la oportunidad de sentir el amor de Dios 4 .

Toquen la canción de sus dones

Permítanme mostrarles otro talento, el de mi abuelo Lundgren. El abuelo siempre quiso tocar el violín. Sin embargo, este violín permaneció polvoriento en su estante, sin usarse, y luego en el mío, durante muchos años, con la música de estas cuerdas en silencio.

Comparen este violín con el de mi nieta de seis años, Scarlett, que tiene un don para compartir con nosotros esta noche.

[Scarlett toca el violín]

Gracias, Scarlett, ¡qué hermoso!, te amo.

¡Los dones que nos ha dado nuestro Padre Celestial son para compartirlos! El violín de Scarlett no es caro, y podemos encontrar defectos en el instrumento o en la técnica, pero debido a que ella ha puesto el corazón en ello, ha compartido su don y nos ha brindado gozo.

No permitan que los dones de Dios para ustedes, ni siquiera Sus dones menos evidentes, permanezcan sin usarse o sin apreciarse. Saquen los dones que Él les ha dado del estante. Si los han guardado a causa de la inseguridad, sacúdanles el polvo e inténtenlo. Ofrézcanlos a Dios y a Sus hijos. Los dones que nosotros tenemos de nuestro Padre Celestial se concibieron para utilizarse y compartirse. Todos los dones que ustedes tienen de Dios, por imperfectos que sean, brindan gozo y constituyen, cuando se le ofrecen a Él, un himno de alabanza.

Usen su don de escuchar con amor y visiten a un amigo que está solo. ¿Tienen el don de evitar la contención y de ser agradables? Esos dones nunca han sido más necesarios que ahora. Entréguenlos a su familia, amigos y vecinos. Díganle a quien se ha extraviado que lo aman e invítenlo a comer con ustedes. Enseñen una lección inspirada. Escriban una nota bondadosa. Utilicen sus dones para tender una mano, edificar Sion y elevar a las personas que les rodean. Dios necesita todo tipo de dones. Él ha dado todos los dones para edificar a Sus hijos. No dejen que la música que hay dentro ustedes quede sin tocarse, el abrazo sin darse, el perdón sin ofrecerse.

Cómo recibir Su don

Durante la época navideña de 1832, los primeros santos pasaban por dificultades y enfrentaron disturbios civiles y políticos. El profeta José Smith acababa de profetizar una guerra civil 5 , lo cual no es nada festivo.

Sin embargo, el 27 de diciembre, José recibió otra revelación: un “mensaje de paz” del Señor 6 . En esos momentos difíciles, el Señor le recordó a José los dones que les había dado a Sus santos y, lo más importante, el don del Salvador Jesucristo y la esperanza de la vida eterna.

La manera de regocijarse en esa época de Navidad fue ver y recibir los dones de Dios; el primero y más importante de ellos es la “dádiva incomparable” 7 de un Salvador. Es lo mismo en la actualidad, en esta Navidad.

En la revelación que José recibió, el Señor le hizo la siguiente pregunta:

“Porque, ¿en qué se beneficia el hombre a quien se le confiere un don, si no lo recibe? He aquí, ni se regocija con lo que le es dado, ni se regocija en aquel que le dio la dádiva” 8 .

Conclusión

Espero que cada uno de nosotros pueda ver y recibir los dones que Dios nos ha dado, pero sobre todo espero que cada uno de nosotros pueda regocijarse en Dios, el dador de esos dones.

Estoy agradecida por la dádiva incomparable de Su Hijo, un Hijo que llegó a la tierra como un bebé, envuelto en pañales por una joven madre y acostado en un pesebre; un bebé que aprendería línea por línea y crecería gracia sobre gracia hasta que dio Su vida como ofrenda por mis pecados, por los pecados de ustedes, por los pecados de todos los que han vivido y vivirán en la tierra.

Cantamos la letra de un himno muy amado:

“¡Regocijad! Jesús nació […]. Venid a recibir al Rey” 9 .

Se ha dado el don de Jesús el Cristo ¡y a qué costo! La pregunta es: ¿Lo recibiremos nosotros a Él? ¿Lo dejaremos entrar y dejaremos que prevalezca? ¿Cómo?

Testifico que recibir a nuestro Rey y aceptar Sus dones brindará el verdadero gozo: gozo para el mundo y gozo en el mundo.

“¡Gracias a Dios por [el] don inefable!” 10 de Su Hijo. En el santo nombre de Jesucristo. Amén.