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La inteligencia artificial (IA) es una tecnología en rápido desarrollo que tiene un potencial significativo para ayudar a la Iglesia a llevar a cabo la obra de Dios de salvación y exaltación. Su uso adecuado ayudará a la Iglesia a lograr sus propósitos divinos de manera más eficaz y eficiente.
Las consideraciones morales y éticas que se derivan del uso de la IA requieren prudencia y buen juicio. Dios es la fuente de toda verdad (véanse Juan 14:6; Doctrina y Convenios 93:24-26). La IA no reemplaza las fuentes divinamente señaladas pero, si se utiliza correctamente, puede ser una poderosa herramienta para ayudar a quienes buscan la verdad con sinceridad a encontrar y consultar dichas fuentes (véanse Moroni 10:5; Doctrina y Convenios 50:17-20; Manual General: Servir en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 38.8.41, Biblioteca del Evangelio).
Conexión espiritual
- La Iglesia utilizará la inteligencia artificial para apoyar la conexión entre Dios y Sus hijos, y no para suplantarla.
- La Iglesia utilizará la inteligencia artificial de maneras positivas, útiles y edificantes que mantengan la honestidad, la integridad, la ética, los valores y las normas de la Iglesia.
Transparencia
- Las personas que se relacionen con la Iglesia sabrán cuándo están interactuando con la inteligencia artificial.
- La Iglesia proporcionará la atribución del contenido creado con inteligencia artificial cuando su autenticidad, exactitud o autoría pudiera malinterpretarse o dar lugar a confusión.
Privacidad y seguridad
- El uso que la Iglesia haga de la inteligencia artificial protegerá la información sagrada y personal.
Responsabilidad
- La Iglesia utilizará la inteligencia artificial de acuerdo con las normas de la Iglesia y con todas las leyes pertinentes.
- La Iglesia hará un uso prudente y mesurado de la inteligencia artificial mediante la evaluación y revisión periódicas de los resultados a fin de garantizar la exactitud, la veracidad y el cumplimiento de las normas y las leyes.