¡No cambies tu primogenitura por nada!

Teniendo en cuenta que el Antiguo Testamento está incompleto y que tal vez nos falten detalles, la historia de Jacob, Esaú y el “guisado” tiene lecciones importantes para nosotros.

Según Génesis 25:29–34, esto fue lo que sucedió:

• Esaú regresó del campo y ¡tenía hambre! Esaú le pidió a Jacob que le diera del guiso que estaba cocinando.
• Jacob le dijo que le cambiaría el guisado por la primogenitura de Esaú, es decir, la herencia especial, la responsabilidad y la autoridad a la que Esaú tenía derecho por ser el primogénito de Isaac.
• Esaú prácticamente dijo: “Bueno, ¿de qué le sirve la primogenitura a un hombre con hambre?”. Ahora bien, no sabemos si de verdad estaba hambriento o solamente estaba exagerando.
• Fuera lo que fuera, hicieron el intercambio. Al hacer esto, Esaú “menospreció” su primogenitura, o demostró que no le importaba mucho.

¿Cómo se puede aplicar esto a nosotros? Tú tienes una primogenitura divina, la oportunidad de heredar todo lo que el Padre Celestial tiene, si sigues a Jesucristo. Suena ridículo intercambiar eso por una sopa, pero, ¿no dejamos de lado algunas bendiciones por otras cosas menos importantes?

¡No cometas los mismos errores que Esaú! Atesora tu primogenitura cada día.