Enseñar a los jóvenes y a los jóvenes adultos
Supervivencia espiritual


Supervivencia espiritual

El poder de Jesucristo y la doctrina pura, con el élder Neil L. Andersen

11 de junio de 2023

Mensaje de apertura

Buenas tardes, hermanos y hermanas. En primer lugar, permítanme expresar a nuestros maestros de religión de todo el mundo mi sincera gratitud por cómo enseñan y ministran a nuestros alumnos. De un modo muy literal, ustedes tienen el futuro de la Iglesia en sus clases. Cuando viajo a las clases de Seminario, Instituto y universidad por todo el mundo, me inspira el modo en que cuidan de los alumnos y el modo como los ayudan a anclar sus vidas en Jesucristo. Cuando María Magdalena se dirigió por primera vez al Salvador resucitado, el título que escogió fue “Raboni”1; el texto aclara que este título significa “Maestro”. Cuán noble es el llamamiento que compartimos como educadores de guiar a nuestros alumnos hacia el Maestro de maestros, a saber, Jesucristo.

Después de mis palabras de introducción, recibiremos el consejo de un apóstol del Señor Jesucristo sobre cómo enseñar la verdad en un ambiente de creciente confusión y engaño. Hace poco tuve una experiencia que me hizo comprender mejor este desafío. Junto con el presidente Henry B. Eyring, recibí la asignación de ir a BYU–Hawái, donde un alumno mencionó esta declaración del presidente Russell M. Nelson: “[E]n los días futuros, no será posible sobrevivir espiritualmente sin la influencia guiadora, orientadora, consoladora y constante del Espíritu Santo”2. El alumno preguntó qué implicaciones tenía eso para los jóvenes adultos. Le expliqué cómo el Espíritu los ayudaría a tomar importantes decisiones de vida sobre qué estudiar, con quién salir y casarse, y dónde vivir y trabajar.

Pero luego, el presidente Eyring respondió reafirmando un condicionante significativo en la declaración del presidente Nelson en la que describió cómo “sobrevivir espiritualmente”. Señaló que el sobrevivir espiritualmente que necesitaríamos iría más allá de las decisiones simples de la vida que yo había presentado. Él explicó que nuestros jóvenes y jóvenes adultos vivirán en una época en la que el adversario ocultará la verdad con tanta astucia que, sin el Espíritu Santo, será imposible, cada vez más difícil, distinguir entre lo bueno y lo malo, entre la verdad y el error. Entonces, la supervivencia espiritual se convierte en una cuestión de reconocer la verdad.

Espero que esta noche reflexionemos sobre cómo enseñar a nuestros alumnos a reconocer la verdad. También espero que pensemos en nuestra función de enseñar la verdad con claridad y sencillez. Deseo que aprendamos del élder Andersen y les testifico que, cuando anclamos nuestra enseñanza en Jesucristo y en la doctrina pura, creamos un modelo para que nuestros alumnos vean y reconozcan la verdad, no solo en nuestras clases, sino a lo largo de su vida. Digo esto en el nombre de Jesucristo. Amén.

Presentación del élder Neil L. Andersen

Ahora tengo el privilegio de presentar al élder Neil L. Andersen. Podría decir muchas cosas sobre el élder Andersen: su maravilloso matrimonio y su maravillosa familia; sus logros educativos y profesionales; su servicio a la Iglesia, incluido el llamamiento de los Andersen como líderes de misión en la Misión Francia Burdeos. El élder Andersen habla francés, pero también habla portugués y español. Para algunos de nosotros, afortunadamente, también habla inglés. Ha vivido por todo el mundo y conoce a la Iglesia donde sea que ustedes se encuentren enseñando y elevando a sus alumnos.

Sin embargo, cuando pienso en el élder Andersen, hay dos atributos que espero que recuerden cuando lo escuchen esta noche. Primero, el élder Andersen observa, sigue y defiende al profeta de Dios. He observado esto en cómo, después de cada conferencia general, el élder Andersen imprime y estudia las palabras del profeta y luego las integra en sus propias enseñanzas. He sido testigo personalmente de que el élder Andersen amplía las enseñanzas del presidente Nelson sobre ser pacificadores, convertirnos en padres rectos que actúan de manera consciente y edificar nuestros cimientos en Jesucristo. Segundo, el élder Andersen es un testigo especial de Jesucristo. Él lleva consigo este llamamiento como una mayordomía sagrada. Hace más de un año, en una asignación con el élder y la hermana Andersen en la Academia de la Fuerza Aérea en Colorado, lo vi enseñar y testificar de Jesucristo a los jóvenes cadetes que habían acudido a escucharlo. Al observarlo esa tarde, sentí la abrumadora impresión y confirmación de que estaba en la presencia de un testigo especial de Jesucristo.

Espero que reconozcan esta oportunidad que tenemos ahora de escuchar a un apóstol del Señor, uno que sigue al profeta y testifica del Salvador, Jesucristo. Élder Andersen, esperamos con ansias escucharlo.