2022
Tu Mesías prometido
Diciembre de 2022


“Tu Mesías prometido”, Para la Fortaleza de la Juventud, diciembre de 2022.

Tu Mesías prometido

Los profetas prometieron que Jesucristo vendría a traerte gozo y esperanza a ti.

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Natividad

Families of Bethlehem [Familias de Belén], por Kelsy y Jesse Lightweave

La Navidad es una época del año maravillosa. Al acercarse la época navideña, esperamos con ansias las hermosas luces, las decoraciones festivas y la comida deliciosa. La Navidad es dedicar tiempo a la familia, los amigos, las canciones y las historias; tiempo de dar y recibir regalos.

Sin importar dónde vivas, las maravillosas y singulares tradiciones navideñas que celebres tienen un espíritu especial, porque la Navidad es una celebración de uno de los acontecimientos más gozosos de toda la historia: el nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo.

El mensaje de los profetas

Mucho antes del nacimiento del Salvador, los profetas testificaron que Jesucristo sería el Mesías prometido, “el Ungido”, y que Su sacrificio expiatorio redimiría al mundo del pecado y de la muerte, y abriría la puerta a la inmortalidad y la vida eterna.

La vida y la misión de Jesucristo siempre han sido el mensaje central de los profetas. Abinadí enseñó: “¿No les profetizó Moisés concerniente a la venida del Mesías, y que Dios redimiría a su pueblo? Sí, y aun todos los profetas que han profetizado desde el principio del mundo, ¿no han hablado ellos más o menos acerca de estas cosas?” (Mosíah 13:33).

Hoy recordamos con corazones agradecidos el nacimiento del bebé envuelto en pañales y acostado en un pesebre en un humilde establo. Su nacimiento fue infinitamente significativo debido a las cosas que experimentaría y sufriría a fin de que no solo pudiera salvar al mundo del pecado y de la muerte, sino también para traerte gozo y esperanza a ti.

Profecías y promesas

Las Escrituras están llenas de maravillosas profecías del nacimiento del Salvador y de las promesas acerca de quién es Él y lo que haría por todos nosotros.

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Adán

A Adán se le mandó ofrecer sacrificios como “una semejanza del sacrificio del Unigénito del Padre, el cual es lleno de gracia y de verdad” (Moisés 5:7). Esos sacrificios “señala[ban] a ese gran y postrer sacrificio […] [d]el Hijo de Dios” (Alma 34:14).

Ilustraciones por Apryl Stott

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Isaías

Isaías profetizó: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado […]; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz” (Isaías 9:6).

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Lehi

Seiscientos años antes del nacimiento del Salvador, Lehi enseñó que Dios levantaría a “un Mesías, o, en otras palabras, un Salvador del mundo” (1 Nefi 10:4).

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Nefi

Un ángel le mostró a Nefi una visión en la que “mir[ó] y vi[o] […] a la virgen llevando a un niño en sus brazos.

“Y el ángel me dijo: ¡He aquí, el Cordero de Dios, sí, el Hijo del Padre Eterno!” (1 Nefi 11:20–21).

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Rey Benjamín

El rey Benjamín, 124 años antes del nacimiento del Salvador, enseñó acerca de Su importante misión en la tierra:

“Porque he aquí que viene el tiempo, y no está muy distante, en que con poder, el Señor […] descenderá del cielo […] e irá entre los hombres efectuando grandes milagros, tales como sanar a los enfermos, levantar a los muertos, hacer que los cojos anden, y que los ciegos reciban su vista, y que los sordos oigan, y curar toda clase de enfermedades” (Mosíah 3:5).

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Abinadí

Abinadí declaró: “Él es la luz y la vida del mundo; sí, una luz que es infinita, que nunca se puede extinguir; sí, y también una vida que es infinita, para que no haya más muerte” (Mosíah 16:9).

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María y el niño Jesús

Un ángel le hizo esta promesa a María: “Y he aquí […], darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.

“Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo” (Lucas 1:31–32).

Promesas cumplidas para ti

Cuando celebramos el nacimiento de Jesucristo, también celebramos todas las promesas proféticas que Jesucristo cumplió mediante Sus enseñanzas y Su expiación.

El Salvador nos enseñó a amarnos y a hacer el bien los unos a los otros. Él nos dio mandamientos y, si los cumplimos, podemos sentir Su amor perfecto de manera más plena y profunda, y un día podremos recibir la vida eterna. Sus enseñanzas y ejemplo nos guían y fortalecen en nuestra manera de vivir.

Luego, Jesús llevó a cabo Su sacrificio expiatorio. Voluntariamente derramó Su sangre para la remisión de nuestros pecados (véase Doctrina y Convenios 27:2), ofreciendo el don del arrepentimiento y las bendiciones del perdón (véanse Alma 34:15–17; 42:22–24); y mediante Su expiación, Él nos dio el don de la inmortalidad. Como parte de Su expiación, Jesucristo también “sufri[ó] dolores, aflicciones y tentaciones de todas clases” (Alma 7:11). Lo hizo a fin de poder sentir y conocer personalmente nuestras tentaciones, nuestras dificultades y nuestros sufrimientos para saber cómo ayudarnos.

Recuerda siempre que el Salvador experimentó de manera voluntaria todo esto por ti porque Él te ama. Él es tu Salvador. No importa lo que enfrentes, Él está allí para ayudarte y fortalecerte. Por medio de Isaías, el Salvador dijo: “No temas, porque yo estoy contigo […]; te fortalezco; siempre te ayudaré” (Isaías 41:10).

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Jesucristo

On Earth as It Is in Heaven [Como en el cielo, así también en la tierra], por Justin Kunz

Buscar al Mesías

Junto con los profetas antiguos y modernos, me regocijo en dar testimonio del nacimiento, la vida, la muerte y la resurrección de Jesucristo. Él es el Mesías prometido y siempre ha sido, y siempre será “la luz, la vida y la esperanza del mundo”1.

Con Moroni, los invito a “buscar a este Jesús de quien han escrito los profetas y apóstoles, a fin de que la gracia de Dios el Padre, y también del Señor Jesucristo, y del Espíritu Santo, que da testimonio de ellos, esté y permanezca en vosotros para siempre jamás” (Éter 12:41).

Recordemos lo que nuestro Salvador ha hecho por nosotros y amémoslo y sirvámoslo esta Navidad y siempre.