Diez Mandamientos


Los Diez Mandamientos son principios eternos del Evangelio, necesarios para nuestra exaltación. El Señor los reveló a Moisés en la antigüedad (véase Éxodo 20:1–17) y también se hace referencia a todos o a parte de ellos en otros libros de las Escrituras (véase Mateo 19:18–19; Romanos 13:9; Mosíah 12:33–36; 13:13–24; D. y C. 42:18–29; 59:5–13; 63:61–62). Los Diez Mandamientos son una parte vital del Evangelio. La obediencia a esos mandamientos prepara el camino para obedecer otros principios del Evangelio.

Información adicional

El siguiente repaso de los Diez Mandamientos incluye breves explicaciones de la forma en que siguen teniendo aplicación en nuestra vida en la actualidad:

 1. “No tendrás dioses ajenos delante de mí” (Éxodo 20:3). Debemos hacer “todas las cosas con la mira puesta únicamente en la gloria de Dios” (D. y C. 82:19). Debemos amar y servir al Señor con todo el corazón, alma, mente y fuerza (véase Deuteronomio 6:5; D. y C. 59:5).

 2. “No te harás imagen” (Éxodo 20:4). En este mandamiento, el Señor condena la adoración de ídolos. La idolatría puede tener muchas formas. Algunas personas, aunque no se inclinan ante imágenes grabadas o estatuas, igualmente reemplazan al Dios viviente con otros ídolos como el dinero, las posesiones materiales, las ideas o el prestigio. Para ellos, “su tesoro es su dios”, un dios que “perecerá con ellos” (2 Nefi 9:30).

 3. “No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano” (Éxodo 20:7).

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Referencias de las Escrituras

Mosíah 12:33-36; 13:11-24
 

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