Escrituras
Jeremías 12


Capítulo 12

Jeremías se queja de la prosperidad de los malvados — Si otras naciones aprenden los caminos de Israel, serán contadas con Israel.

1 Justo eres tú, oh Jehová, cuando yo contiendo contigo; sin embargo, hablaré contigo sobre tus juicios. ¿Por qué es prosperado el camino de los amalvados, y les va bien a todos los que se portan deslealmente?

2 Los plantaste, y echaron raíces; crecieron y dieron fruto; cercano estás tú en sus bocas, pero lejos de sus acorazones.

3 Pero tú, oh Jehová, me aconoces; me viste y has probado mi corazón para contigo; arrástralos como ovejas para el matadero, y sepáralos para el día de la matanza.

4 ¿Hasta cuándo estará de duelo la tierra y marchita la hierba de todo el campo? Por la maldad de los que en ella moran han perecido los ganados y las aves, porque dijeron: Él no verá nuestro fin.

5 Si corriste con los de a pie y te cansaron, ¿cómo competirás con los caballos? Y si en la tierra de paz estabas confiado, ¿cómo harás en la espesura del Jordán?

6 Porque aun tus hermanos y la casa de tu padre, aun ellos te han traicionado, aun ellos han gritado detrás de ti. No les creas aunque te digan cosas buenas.

7 He aabandonado mi casa, he desamparado mi heredad, he entregado lo que amaba mi alma en manos de sus enemigos.

8 Mi heredad fue para mí como león en el bosque; contra mí dio su rugido; por tanto, la aborrecí.

9 ¿Es mi heredad para mí como ave de rapiña de muchos colores? ¿Hay contra ella aves de rapiña en derredor? Venid, reuníos, vosotras todas las afieras del campo, venid a devorarla.

10 Muchos apastores han destruido mi bviña, han hollado mi heredad, han convertido en desierto mi heredad preciosa y la han desolado.

11 La han convertido en asolamiento, y desolada, lloró sobre mí; asolada fue toda la tierra, porque no hubo hombre al que le importara.

12 Sobre todas las alturas del desierto vinieron destructores, porque la espada de Jehová devorará desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo; no habrá paz para nadie.

13 Han sembrado trigo y han cosechado espinos; se han esforzado, pero de nada les aprovecha. Se avergonzarán de sus frutos, a causa de la ardiente ira de Jehová.

14 Así ha dicho Jehová contra todos mis malos vecinos que atacan la heredad que hice poseer a mi pueblo Israel: He aquí que yo los arrancaré de su tierra, y arrancaré de en medio de ellos la casa de Judá.

15 Y acontecerá que después de que los haya arrancado, volveré y tendré amisericordia de ellos, y los bharé volver cada uno a su heredad y cada cual a su tierra.

16 Y acontecerá que si aprenden con diligencia los caminos de mi pueblo, jurando en mi nombre: ¡Vive Jehová!, así como enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal, entonces ellos serán establecidos en medio de mi pueblo.

17 Pero si ano escuchan, arrancaré a esa bnación, sacándola de raíz y destruyéndola, dice Jehová.