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Capítulo 1: Nuestra necesidad de profetas vivientes


Capítulo 1

Nuestra necesidad de profetas vivientes

Introducción

Vivimos en días de enormes oportunidades, pruebas y tentaciones. Aunque podemos encontrar gran ayuda en las palabras de profetas antiguos, necesitamos la guía continua del Señor que se aplique a las circunstancias en las que vivimos. El presidente John Taylor (1808–1887) enseñó:

“Necesitamos un árbol viviente, una fuente viva, una inteligencia viva que provenga del sacerdocio viviente que está en los cielos por medio del sacerdocio viviente que está en la tierra… siempre han hecho falta nuevas revelaciones, adaptadas a las circunstancias exclusivas de la Iglesia o de las personas.

“La revelación que recibió Adán no daba instrucciones a Noé para construir el arca, ni la revelación que recibió Noé mandaba a Lot que abandonase Sodoma, ni ninguna de ellas hablaba de que los hijos de Israel salieran de Egipto. Cada uno de ellos recibió revelaciones individuales… Y así debe ser también con nosotros” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: John Taylor, 2002, págs. 176-177).

Este capítulo se ha diseñado para ayudar a sus alumnos a comprender la necesidad de que ellos tengan profetas vivientes y las bendiciones que recibimos por prestar oído a su consejo.

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La Primera Visión

La Primera Visión

Algunas doctrinas y principios

  • El Señor revela Su voluntad a los profetas vivientes hoy así como lo hizo en el pasado.

  • La Iglesia del Señor está edificada sobre el fundamento de profetas y apóstoles.

  • Los miembros de la Primera Presidencia y del Cuórum de los Doce Apóstoles son profetas, videntes y reveladores.

  • Los profetas nos ayudan a fortalecer la fe en Jesucristo.

  • Encontramos seguridad al conocer y aplicar las enseñanzas de los profetas vivientes.

Ideas para la enseñanza

El Señor revela Su voluntad a los profetas vivientes hoy así como lo hizo en el pasado

Comparta con la clase la declaración del presidente Hugh B. Brown (1883–1975), de la Primera Presidencia, en cuanto a la necesidad de tener profetas vivientes en la sección 1.1 del Manual del alumno para el curso Enseñanzas de los profetas vivientes.

Como clase, lean Amós 3:7 y pregunte:

  • ¿Cómo refuerza Amós 3:7 lo que enseñó el presidente Brown?

Escriba las siguientes referencias en la pizarra: 1 Nefi 2:1–3; Éxodo 3, resumen del capítulo. Pida a los alumnos que lean una de las referencias y que determinen lo que el Señor pidió al pueblo que hiciera y quién recibió la revelación. Analicen brevemente lo que encontraron.

Invite a un alumno a leer la declaración del presidente John Taylor (1808–1887) en la sección 2.4 del manual del alumno. Después, analicen las razones que dio el presidente Taylor por las que existe la necesidad de tener profetas vivientes.

Para recalcar que el Señor revela a los profetas vivientes el consejo y la instrucción que necesitamos en nuestros días, escriba la palabra pornografía en la pizarra. Comparta con los alumnos que la primera vez que se usó la palabra pornografía en una conferencia general fue en octubre de 1959. A lo largo de los siguientes diez años, de 1959 a 1969, se mencionó ocho veces en las conferencias generales; sin embargo, durante el periodo de diez años de 1999 a 2009, se mencionó o se habló sobre ella 81 veces en las conferencias generales. Haga las siguientes preguntas a los alumnos:

  • ¿Por qué piensan que ha ocurrido un cambio tan dramático en el número de veces que las Autoridades Generales han hecho referencia a la pornografía? (Tenga cuidado de no permitir que esto se vuelva un análisis detallado sobre la pornografía; es simplemente un ejemplo de la necesidad de tener profetas vivientes basado en las circunstancias cambiantes).

  • ¿Qué otros ejemplos hay de verdades importantes o consejos que recibimos en la actualidad mediante los profetas vivientes que tal vez los profetas del pasado no hayan recalcado tanto? (Escriba las respuestas de los alumnos en la pizarra para hacer referencia a ellas más adelante en la lección. Las respuestas podrían incluir: la noche de hogar o advertencias acerca del abuso de drogas, el aborto o la homosexualidad).

Comparta la siguiente declaración del presidente Henry B. Eyring, de la Primera Presidencia.

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Presidente Henry B. Eyring

“[El presidente Thomas S. Monson ha] recibido revelación e inspiración estando yo presente… Soy un testigo ocular…” (Henry B. Eyring, “La Iglesia verdadera y viviente” , Liahona, mayo de 2008, pág. 24).

Pregunte:

  • ¿Por qué es importante saber que el Señor continúa revelando Su voluntad por medio de profetas vivientes?

Testifique de la necesidad de tener profetas vivientes en el mundo en la actualidad y que el Señor continúa revelando Su voluntad por medio de Sus profetas escogidos.

La Iglesia del Señor está edificada sobre el fundamento de profetas y apóstoles

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casa

Dibuje el diagrama que se muestra aquí en la pizarra y haga la siguiente pregunta a los alumnos:

  • Conociendo el valor de un cimiento sólido, ¿qué diferencia marca el tipo de material de construcción que se usa para un cimiento?

Invite a los alumnos a leer Mateo 7:24–27.

Lea la siguiente declaración del presidente Russell M. Nelson, del Cuórum de los Doce Apóstoles:

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Presidente Russell M. Nelson

“Hace dos décadas, cuando estaba por construirse un templo en la Ciudad de México, los arquitectos enfrentaron un gran desafío. Debido a que la Ciudad de México está ubicada sobre una meseta que está asentada en agua, con el paso del tiempo algunos de sus edificios se hunden o se inclinan. La construcción de un templo requirió cimientos especiales. Se clavaron en la tierra, a más de treinta metros de profundidad, doscientos veintiún pilares enormes de cemento reforzado [cada uno de 45 cm de diámetro]… Con esos cimientos invisibles, pero seguros, ese templo permanece hoy día firme y derecho.

“Para que cualquier edificio, institución o persona permanezca firme, necesita un cimiento seguro. Teniendo eso presente, consideremos el cimiento de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días; veamos cómo el sólido cimiento de la Iglesia da apoyo a nuestro cimiento de fe como miembros individuales de la Iglesia” (véasae de Russell M. Nelson, “Qué firmes nuestros cimientos”, Liahona, julio de 2002, pág. 83).

Lea Efesios 2:19–21 en voz alta con la clase y use las siguientes preguntas para ayudar a los alumnos a comparar el fundamento del Templo de la Ciudad de México con el fundamento de profetas y apóstoles de la Iglesia.

  • ¿En qué se asemeja el fundamento de profetas y apóstoles a los grandes pilares que se usaron para asegurar el Templo de la Ciudad de México?

  • ¿Qué puede hacer una persona para estar segura de que está edificando un fundamento fuerte?

Explique que el apóstol Pablo ofreció algunas razones por las que tenemos el fundamento de profetas y apóstoles. Pida a un alumno que lea Efesios 4:11–14. Pida al resto de los alumnos que presten atención y determinen las razones por las que el Señor nos dio profetas y apóstoles como nuestro fundamento. Analicen lo que encontraron.

Pida a un alumno que lea la declaración del élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, en la sección 1.4 del manual del alumno. Haga las siguientes preguntas a los alumnos:

  • Según el élder Holland, ¿por qué es el fundamento de profetas y apóstoles tan vital hoy en día?

  • ¿Cuál es un ejemplo de una enseñanza de uno de los profetas y apóstoles dada en la conferencia general más reciente que les haya ayudado a fortalecer su fundamento de fe?

  • ¿De qué forma el adherirse a esa enseñanza o a otra enseñanza que recuerden de la conferencia puede ayudarles a evitar que sean “llevados por doquiera de todo viento de doctrina” (Efesios 4:14) en el mundo actual?

Los miembros de la Primera Presidencia y del Cuórum de los Doce Apóstoles son profetas, videntes y reveladores

Muestre una lámina del Presidente de la Iglesia.

Recuerde a los alumnos que levantamos la mano derecha en escuadra durante las conferencias de barrio, de estaca y generales para manifestar que sostenemos a las Autoridades Generales. Haga las siguientes preguntas a los alumnos:

  • ¿Qué palabras se mencionan cuando sostenemos al Presidente de la Iglesia? (Profeta, vidente y revelador).

  • ¿Hay alguien más a quien sostengamos con esas mismas palabras?

  • ¿Qué ventaja ofrece tener a más de un hombre con esa autoridad?

Invite a un alumno a leer la declaración del presidente Harold B. Lee (1899–1887) en la sección 1.5 del manual del alumno. Pregunte:

  • Cuando el Profeta fallece, ¿quién tiene la autoridad de servir como el siguiente Presidente de la Iglesia?

Escriba la palabra profeta en la pizarra. Pida a los alumnos que lean lo que se dice de la palabra profeta en la Guía para el Estudio de las Escrituras. Después, pídales que trabajen con otra persona de la clase para escribir una breve definición de la palabra. Invite a varios alumnos a compartir su definición.

Pida a los alumnos que vayan a la sección 1.6 del manual del alumno y que lean la información bajo el subtítulo “Profeta” (sección 1.6.1). Pida a los alumnos que indiquen palabras o frases específicas que expliquen mejor lo que es un profeta y lo que este hace.

Divida la clase en dos grupos y pídales que mantengan los manuales del alumno abiertos en la sección 1.6. Asigne a un grupo que analice la información bajo el subtítulo “Vidente” (sección 1.6.2) y al otro grupo que analice la información bajo el subtítulo “Revelador” (sección 1.6.3).

Después de darles tiempo suficiente para analizar y estudiar, pida a cada grupo que escoja un portavoz. Invite a ese portavoz a que enseñe al resto de la clase en qué se diferencia un vidente o un revelador de un profeta. Anímelos a compartir sus sentimientos y su testimonio de por qué los videntes y los reveladores son importantes hoy en día. Si algún alumno ha conocido en persona a un Apóstol (un profeta, vidente y revelador) o ha asistido a una reunión donde un Apóstol haya hablado en persona, aliente a ese alumno a compartir la experiencia y los sentimientos que tuvo.

Los profetas nos ayudan a fortalecer la fe en Jesucristo

Lea Doctrina y Convenios 1:17 con la clase y pregunte:

  • ¿Qué razón dio el Señor por haber llamado al profeta José Smith?

Lea Doctrina y Convenios 1:21 con la clase y pregunte:

  • ¿Por qué otra razón dijo el Señor que necesitaba a José Smith en los últimos días?

  • ¿De qué manera el conocimiento de la vida y las enseñanzas de José Smith ha aumentado su fe?

  • ¿De qué manera el conocimiento de la vida y las enseñanzas de otros profetas de la Iglesia ha aumentado su fe?

Encontramos seguridad al conocer y aplicar las enseñanzas de los profetas vivientes

Para ayudar a los alumnos a reconocer que encontramos seguridad al prestar oído a los profetas vivientes, quizás podría mostrar el video “Los atalayas en la torre” (4:17), que se encuentra en los DVD de recursos visuales de Doctrina y Convenios e Historia de la Iglesia y en LDS.org. Este video trata de cómo el prestar oído a los profetas vivientes brinda seguridad.

Lleve a la clase un recipiente con un producto de limpieza líquido (o cualquier otro artículo que tenga una advertencia en la etiqueta) y lea a la clase la advertencia de la etiqueta. Pregunte:

  • ¿Qué ocurriría si el recipiente no tuviera una etiqueta de advertencia o si la persona no prestara atención a esa advertencia?

  • ¿Qué paralelos ven entre la etiqueta del producto de limpieza y las enseñanzas de un profeta?

Explique que algunas personas podrían usar el producto de limpieza de manera incorrecta y dañarse porque no saben que está la advertencia, mientras que otros que sí saben que hay una advertencia pero no aplican ese conocimiento sufrirán el mismo daño.

  • ¿Cómo se puede aplicar la situación hipotética del mal uso del producto a nuestros profetas en la actualidad?

Pida a un alumno que lea Doctrina y Convenios 1:2–4. Pida al resto de los alumnos que determinen cómo nos advertirá el Señor en los últimos días. Luego haga las siguientes preguntas:

  • ¿Quiénes son los “discípulos” del Señor en nuestros días?

  • ¿Cómo se compara esa advertencia a la advertencia del líquido de limpieza?

Invite a un alumno a leer la declaración del presidente Harold B. Lee (1899–1887) en la sección 1.10 del manual del alumno. Pregunte:

  • De acuerdo con el presidente Lee, ¿qué es algo clave para pasar por los desafíos de la vida a salvo?

  • ¿Qué podemos hacer para asegurarnos de ver las “etiquetas de advertencia” que dan los Apóstoles de los últimos días en cuanto a los desafíos de la vida en la actualidad?

Lea a sus alumnos la siguiente declaración del presidente Henry B. Eyring, de la Primera Presidencia:

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Presidente Henry B. Eyring

“Porque es bondadoso, el Señor llama a siervos para que adviertan a la gente sobre los peligros. Ese llamado se vuelve aún más serio e importante por el hecho de que las advertencias de mayor mérito son acerca de peligros que las personas aún no cree que sean reales” (véase “Una voz de amonestación”, Liahona, enero de 1999, pág. 37).

Pregunte a los alumnos:

  • ¿Cómo pueden los profetas percibir los peligros que otras personas no perciben? (Si los alumnos no lo mencionan, este podría ser un buen momento para dar testimonio de la función de los videntes: que ven cosas mediante revelación que otros no ven).

Lea la siguiente declaración del élder M. Russell Ballard, del Cuórum de los Doce Apóstoles:

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Élder M. Russell Ballard

“Cuando escuchamos el consejo del Señor expresado por medio de las palabras del Presidente de la Iglesia, nuestra respuesta debe ser positiva y pronta. La historia ha demostrado que hay seguridad, paz, prosperidad y felicidad cuando respondemos al consejo profético” (M. Russell Ballard, “Recibiréis su palabra”, Liahona, julio de 2001, pág. 80).

Haga las siguientes preguntas a los alumnos:

  • ¿Cuáles son las razones que dan algunas personas para ignorar las advertencias que recibimos de las Autoridades Generales?

  • ¿Qué diferencia habría si respondieran a las advertencias y los consejos de los profetas y apóstoles de la manera que describió el élder Ballard?

Pida a los alumnos que miren la lista de la pizarra que la clase hizo previamente de las verdades importantes que han revelado nuestros profetas vivientes. Las Autoridades Generales invierten mucho tiempo, esfuerzo y dinero para llevar a cabo las conferencias generales; el propósito de ellos es que los mensajes, las oraciones y la música nos ayuden a mejorar nuestra vida. Pida a la clase que respondan las siguientes preguntas:

  • ¿Qué deben hacer las Autoridades Generales para asegurarse de que eso ocurra? (Las respuestas podrían incluir estar bien preparados, recibir inspiración en cuanto a qué temas deben tratar y hablarnos bajo la influencia del Espíritu Santo).

  • ¿Cuál es mi responsabilidad en ese proceso? (Las respuestas podrían incluir escuchar, orar a favor de las Autoridades Generales que nos hablarán, orar para ser receptivos, tomar notas, evitar las interrupciones durante la conferencia y estar a tono con el Espíritu Santo).

Permita suficiente tiempo para que los alumnos piensen en cuanto a sus respuestas y fijen algunas metas.

Organice a los alumnos en equipos de dos. Pida a cada equipo que estudie Doctrina y Convenios 21:4–6 y después analice las siguientes preguntas (podría escribir las preguntas en la pizarra antes de la clase):

  • ¿Qué doctrina se enseña en estos versículos?

  • ¿Por qué a veces se requiere fe y paciencia para dar oído al consejo del profeta?

  • ¿Qué promesas se hacen a quienes presten oído a las palabras y los mandamientos del profeta?

Comparta con la clase la siguiente declaración del presidente Henry B. Eyring, de la Primera Presidencia:

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Presidente Henry B. Eyring

“Para los que tienen una fe firme, resulta razonable buscar el camino hacia la seguridad en el consejo de los profetas. Cuando un profeta habla, los que tengan poca fe pueden creer que solo escuchan a un hombre sabio que da buenos consejos…

“Pero la elección de no aceptarlo sacude el mismo suelo que pisamos; este se torna más peligroso. El no seguir el consejo profético disminuye nuestro poder de aceptarlo en el futuro” (Henry B. Eyring, “Busquemos seguridad en el consejo”, Liahona, julio de 1997, págs. 27–28).

Haga las siguientes preguntas a los alumnos:

  • ¿Por qué “el mismo suelo que pisamos” se torna “más peligroso” cuando rechazamos el consejo del profeta?

  • ¿Cuáles son algunos ejemplos de consejos que el profeta ha dado durante la vida de ustedes que hayan tratado problemas de la actualidad? (Escriba las respuestas de los alumnos en la pizarra. Las respuestas podrían incluir la pornografía, los juegos de azar, el divorcio, perdonar a los demás, el orgullo, leer el Libro de Mormón u otros consejos).

Entregue a cada alumno una hoja de papel. Pídales que seleccionen una de las respuestas de la lista en la pizarra y que escriban un párrafo que describa cómo el prestar oído a ese consejo traerá seguridad espiritual y “dispersará los poderes de las tinieblas” (D. y C. 21:6) en su vida. Invite a varios alumnos a compartir lo que hayan escrito. Considere hacer estas preguntas adicionales a los alumnos que compartan su respuesta:

  • ¿Cuándo han sentido la veracidad de esa enseñanza en su vida?

  • ¿Cómo podrían enseñar y testificar de ese principio a un miembro de su familia o a un amigo?

Ayude a los alumnos a comprender que una vez que reconocemos la importancia de los profetas vivientes en nuestra vida, debemos actuar decididamente para aplicar sus enseñanzas. El Señor ha mandado a profetas para ayudarnos a mantenernos a salvo espiritualmente.