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Enseñe la doctrina


Enseñe la doctrina

(Manual 2: Administración de la Iglesia, 2010, 5.5.4)

El Salvador dijo: “Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió” (Juan 7:16). La doctrina del Padre consiste en verdades eternas que, si se aplican de forma constante, conducen a la exaltación. La parte central de esas verdades es la expiación del Salvador y su función vital en el Plan de Salvación. El Salvador nos mandó que nos “… [enseñáramos] el uno al otro la doctrina del reino” (D. y C. 88:77). Al hacerlo, el Espíritu Santo testifica de la verdad de la doctrina e inspira a las personas a vivirla. La doctrina no cambia, sino que, más bien, nos cambia y cambia a las personas a las que enseñamos.

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Cristo enseñando

Centre su enseñanza en la doctrina de Cristo

El presidente Boyd K. Packer enseñó: “La verdadera doctrina, cuando se entiende, cambia la actitud y la conducta”1. Como maestro del Evangelio, puede confiar en que “… la virtud de la palabra de Dios” tiene “… un efecto más potente en la mente del pueblo que la espada o cualquier otra cosa” (Alma 31:5). Si se enfoca en solamente entretener a los alumnos o en mantenerlos ocupados, puede perderse la oportunidad de enseñar verdades eternas que los ayudarán a realizar cambios significativos en su vida.

Una manera de cerciorarse de que está enseñando doctrina verdadera es pensar en la forma en que lo que enseña se relaciona con la doctrina de Cristo, la cual se resume en 2 Nefi 31 y en 3 Nefi 27:16–21, y se encuentra una y otra vez en las Escrituras. Pregúntese constantemente: “¿De qué modo ayudará lo que estoy enseñando a los integrantes de la clase a edificar la fe en Cristo, a arrepentirse, a efectuar y guardar convenios con Dios, y a recibir el Espíritu Santo?”.

Preguntas para reflexionar: ¿De qué manera serán bendecidas las personas a las que enseño a medida que vivan la doctrina de Cristo? (véase 3 Nefi 27:16–21). ¿Cuáles serán las consecuencias eternas si no viven la doctrina de Cristo?

Ejemplo de las Escrituras: Según Mosíah 5:2–5, ¿qué ocasionó un cambio en el pueblo del rey Benjamín? ¿Qué enseñó el rey Benjamín a su pueblo? (véase Mosíah 2–5). ¿De qué forma se relacionan las cosas que el rey Benjamín enseñó con la doctrina de Cristo?

Enseñe dentro del contexto del Plan de Salvación

En ocasiones, los alumnos —particularmente los jóvenes— se preguntan cómo se relacionan los principios del Evangelio con ellos o por qué deberían obedecer ciertos mandamientos. Sin embargo, si comprenden el plan eterno del Padre Celestial que brinda felicidad a Sus hijos, las razones de los principios y mandamientos del Evangelio se vuelven más claras y aumenta la motivación para obedecer. Por ejemplo, si alguien comprende la doctrina del matrimonio eterno y nuestro potencial de llegar a ser como el Padre Celestial, entonces tiene razones para obedecer la ley de castidad que son más poderosas que el deseo de evitar un embarazo no deseado o enfermedades.

Preguntas para reflexionar: ¿Qué principios enseñaré en las próximas lecciones? ¿Cómo puedo ayudar a los integrantes de la clase a comprender esos principios dentro del contexto del Plan de Salvación?

Ejemplo de las Escrituras: Alma enseñó que Dios dio mandamientos a Su pueblo después de enseñarle el “plan de redención” (véase Alma 12:32). ¿Cómo puedo aplicar ese modelo al enseñar?

Utilice las Escrituras y las palabras de los profetas de los últimos días

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Cristo enseñando en una sinagoga

El Señor nos mandó que nos “… [enseñemos] el uno al otro la doctrina del reino” (D. y C. 88:77) y que usemos las Escrituras para “… [enseñar] los principios de [Su] evangelio” (D. y C. 42:12). Las Escrituras y las palabras de los profetas y apóstoles de los últimos días constituyen la fuente de las verdades que enseñamos. Siempre que tenga la oportunidad, inspire a las personas a las que enseña a acudir a la palabra de Dios en busca de guía, respuestas a preguntas y apoyo. Si los participantes se “[deleitan] en las palabras de Cristo”, la doctrina que hallen en ellas “… [les dirá] todas las cosas que [deben] hacer” (2 Nefi 32:3).

Preguntas para reflexionar: ¿Cómo puedo inspirar a las personas a las que enseño a “deleitarse” en la palabra de Dios? ¿De qué manera puedo ayudarlas a utilizar las notas al pie de página y otras ayudas para el estudio a fin de que comprendan mejor las Escrituras?

Ejemplo de las Escrituras: ¿Qué ejemplos puedo encontrar en los que el Salvador haya empleado las Escrituras para enseñar y testificar en cuanto a las verdades del Evangelio? (por ejemplo, véanse Mateo 12:1–8 y Lucas 4:16–21).

Ayude a los alumnos a comparar las Escrituras a ellos mismos

Nefi dijo: “… comparé todas las Escrituras a nosotros mismos para nuestro provecho e instrucción” (1 Nefi 19:23). Las mismas verdades del Evangelio que inspiraron y sostuvieron a Abraham, Ester, Lehi y José Smith pueden ayudar a las personas a las que enseña a hacer frente a los desafíos actuales. A fin de ayudar a los alumnos a comparar las Escrituras a ellos mismos, invítelos a insertar su nombre en un versículo o a reflexionar sobre cómo se aplica un pasaje de las Escrituras a su vida.

Pregunta para reflexionar: ¿Qué pasajes de las Escrituras me han dado perspectiva respecto a una dificultad que he afrontado?

Ejemplo de las Escrituras: ¿De qué manera comparó el Salvador las Escrituras a las personas a las que enseñó? (por ejemplo, véase Lucas 4:24–32).

Ayude a los alumnos a encontrar verdades en las Escrituras

Antes de que los alumnos lean un pasaje de las Escrituras en la clase, considere la idea de pedirles que busquen las verdades específicas que se enseñan en el pasaje. A veces esas verdades se expresan con claridad y otras veces están implícitas. Por ejemplo, podría decir: “A medida que lean Doctrina y Convenios 11:12–14, busquen las verdades que aprenden sobre el Espíritu Santo”.

Pregunta para reflexionar: ¿Cómo puedo ayudar a los integrantes de la clase a aprender a encontrar verdades del Evangelio en las Escrituras?

Ejemplo de las Escrituras: ¿Por qué deseaba el Salvador que los nefitas escudriñaran las Escrituras y leyeran las palabras de los profetas? (véase 3 Nefi 23:1-5).

Véase también el video “Escudriñar las Escrituras” (LDS.org).

Testifique de la doctrina verdadera

El Salvador “… enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas” (Mateo 7:29). El testimonio personal del Salvador dio autoridad a Sus palabras y ayudó a las personas a las que Él enseñó a reconocer que les enseñaba verdades eternas. A medida que dé testimonio de la doctrina verdadera, el Espíritu confirmará la veracidad de la doctrina en el corazón de las personas a las que enseñe.

Pregunta para reflexionar: ¿De qué forma se ha fortalecido mi testimonio mediante el poderoso testimonio de otra persona?

Ejemplo de las Escrituras: ¿Qué puedo aprender del ejemplo de Alma cuando dio testimonio de la verdad? (véase Alma 5:43–48).

Para el líder del análisis

Compartir y deliberar juntos: Para comenzar, pida a los maestros que compartan experiencias que hayan tenido con la enseñanza recientemente y que hagan preguntas con respecto a la enseñanza.

Aprender juntos: Pida a los maestros que analicen una o más de las ideas de esta sección. No trate de usar todo el material durante una sola lección.

Practicar: Pida a los maestros que compartan algunos de sus pasajes favoritos de las Escrituras. Analice las diversas maneras en que cada uno de esos pasajes se podría comparar a la vida de los alumnos.

Prepararse: Decidan juntos el tema que tratarán en la reunión siguiente y pida a los maestros que se preparen.