“Entre el Antiguo y el Nuevo Testamento”, Ayudas para las Escrituras: Nuevo Testamento, 2024
Entre el Antiguo y el Nuevo Testamento
Malaquías es el último libro del Antiguo Testamento. Su profecía data de alrededor del año 430 a. C. Después de Malaquías, no tenemos ningún registro bíblico de ninguna voz profética autorizada hasta el Nuevo Testamento. El período entre el Antiguo y el Nuevo Testamento se conoce como el intertestamento o período intertestamentario. “Sin tener un profeta, la gente empezó a dividirse en partidos y grupos, cada uno de ellos adjudicándose el derecho de interpretar las Escrituras y de dirigir al pueblo. Entre esos grupos, disminuyó el verdadero entendimiento de Jehová, lo que dio paso a un largo período de confusión que terminó cuando Dios envió a un nuevo profeta, Juan el Bautista, a dar comienzo a una nueva dispensación”.
Comprender el período entre el Antiguo y el Nuevo Testamento puede ayudarnos a comprender mejor el contexto del ministerio terrenal del Salvador.
¿Cómo llegaron los escribas a ser influyentes y a tener poder?
En el año 597 y luego de nuevo en el 587 a. C., los ejércitos babilonios atacaron Jerusalén y se llevaron cautiva a la élite judía a Babilonia. Se llevaron a miembros de las familias sacerdotales y reales, a artistas, artesanos y poderosos hombres de guerra. Los campesinos y los habitantes de las aldeas y las ciudades del campo permanecieron.
Los exiliados se esforzaron por conservar su identidad religiosa y cultural, aun cuando fueron influenciados por la cultura babilónica. Adoptaron el calendario babilónico y el idioma arameo reemplazó al hebreo en su habla diaria. Los exiliados se reunían en congregaciones locales conforme se generalizaba la adoración en las sinagogas judías.
Alrededor del año 538 a. C., el rey Ciro de Persia conquistó Babilonia y permitió que los judíos exiliados regresaran a su tierra natal para reconstruir el templo. Sin embargo, muchos decidieron quedarse en Babilonia. Casi un siglo después del edicto de Ciro, un escriba y sacerdote llamado Esdras viajó a Jerusalén con un grupo de exiliados. Junto con Nehemías, enseñó al pueblo a obedecer estrictamente la ley de Moisés. Esdras ayudó a marcar el comienzo de una nueva era en la que se hacía hincapié en la lectura de las Escrituras en público.
Ezra Called as Scribe [Se llama a Esdras como escriba], por Robert T. Barrett
Siguiendo el modelo de Esdras, surgió un nuevo grupo de escribas, los que llegaron a ser influyentes maestros de la ley. Los escribas eran hombres instruidos que se ganaban la vida llevando registros y trabajando como copistas (personas que copiaban) de las Escrituras. Estudiaban diligentemente los textos religiosos para entender su significado y detectar los errores de otros escribas. También suministraban copias de las Escrituras al creciente número de sinagogas. Los escribas llegaron a ser expertos en interpretar la ley de Moisés.
Un factor importante para el ascenso al poder de los escribas fue el cambio del idioma principal del pueblo, que pasó del hebreo al arameo. Aunque eran lenguas hermanas, los idiomas eran lo suficientemente diferentes como para que los judíos que solo hablaban arameo tuvieran dificultad para entender las Escrituras hebreas, de modo que el pueblo tenía que confiar en que los escribas las leyeran, interpretaran y explicaran.
No es de sorprender que, con el tiempo, los diversos grupos interpretaran las Escrituras de manera diferente. Sin profetas que los guiaran, la sociedad judía se dividió y se volvió más contenciosa. La verdadera intención de la ley mosaica se perdió, así como la comprensión correcta en cuanto al Mesías que vendría.
¿De qué modo influyó la cultura griega en los judíos?
En el siglo IV a. C., los griegos se convirtieron en una nueva potencia mundial. Alejandro Magno y sus ejércitos derrotaron al Imperio persa. Desde allí se extendió rápidamente por todo el Medio Oriente, conquistando todas las naciones a su paso, incluida Judea.
Tras la conquista de Alejandro, llegaron colonos griegos, entre ellos, mercaderes, artesanos y trabajadores. Alejandro intentó unificar su imperio mediante la difusión de la cultura y la lengua griegas. En ciudades a lo largo del imperio proliferaron las bibliotecas griegas, los gimnasios griegos, las academias de filosofía y retórica, los teatros, y las asambleas o consejos que gobernaban los poblados. Esa difusión de la cultura griega a veces se denomina helenismo.
Algunos judíos adoptaron voluntariamente la forma de vida griega, pero otros eran más reacios y consideraban que hacer eso debilitaba la identidad judía. Durante ese tiempo, muchos judíos dejaron Judea para ir a vivir a otras ciudades griegas, acrecentando así la dispersión del pueblo judío. Las comunidades judías y las sinagogas a lo largo del mundo mediterráneo facilitarían posteriormente la difusión del cristianismo.
La propagación del helenismo condujo a una nueva traducción de las Escrituras hebreas al griego. La traducción griega más antigua que se conserva es la Septuaginta, realizada en Alejandría, Egipto. Esa traducción llegó a ser las Escrituras más utilizadas por los primeros cristianos para difundir el Evangelio fuera de Palestina.
¿Cómo influyó la revuelta de los macabeos en el pueblo judío?
Tras la muerte de Alejandro Magno, su imperio se dividió entre sus generales y uno de ellos, llamado Seleuco, estableció su propio imperio. Con el tiempo, los gobernantes seléucidas llegaron a gobernar Palestina. En el año 167 a. C., uno de dichos gobernantes intentó imponer a los judíos la cultura y la religión griegas. Saquearon el templo de Jerusalén y ofrecieron cerdos, animales considerados impuros según la ley de Moisés, sobre el altar del templo. Se prohibió toda observancia del día de reposo, festividad y circuncisión judías.
Estas medidas y restricciones indignaron a la comunidad judía. En respuesta, un sacerdote llamado Matatías y sus cinco hijos encabezaron una revuelta. Con el tiempo, su hijo Judas se convirtió en el líder de dicha rebelión y fue apodado macabeo, que significa “martillador”.
Las fuerzas de los macabeos recuperaron Jerusalén y rededicaron el templo. La Festividad de Dedicación (Janucá) conmemora ese acontecimiento trascendental. Los líderes macabeos finalmente lograron establecer un estado judío independiente por primera vez en más de 400 años. Simón, hijo de Matatías, se convirtió en sumo sacerdote y gobernante de Judea, estableciendo así la dinastía asmonea.
¿Quiénes eran los fariseos?
En el siglo II a. C., surgieron dos grupos judíos influyentes: los fariseos y los saduceos.
Los fariseos eran un grupo de judíos devotos cuyo nombre es probable que signifique “separatistas”. Esto podría hacer referencia a su oposición al gobierno asmoneo. También podría referirse a sus esfuerzos por apartarse de las impurezas de los gentiles. Para contrarrestar las influencias griegas, los fariseos decidieron seguir la ley de Moisés de manera estricta. Su celo por la pureza ritual los llevó a condenar a cualquiera que no se ajustara a sus reglas y tradiciones. En general, los fariseos constituyeron una de las principales fuentes de oposición a Jesucristo.
Además de la ley escrita de Moisés, los fariseos defendían la ley oral, también conocida como tradición oral. La ley oral definía las maneras de aplicar la ley de Moisés y contenía reglas y análisis sobre cómo vivir la ley de Dios. Los fariseos afirmaban que esas reglas y enseñanzas se habían transmitido en forma oral de Moisés a Josué, quien las transmitió a los ancianos de Israel, los cuales a su vez las transmitieron a los profetas. Los fariseos creían que dicha tradición oral tenía la misma autoridad que las Escrituras escritas. Sus enseñanzas a menudo reducían la religión a un conjunto de reglas a seguir. En ocasiones, los fariseos entraban en conflicto con Jesús debido a la ley oral, es decir, la “tradición de los ancianos”.
Los fariseos creían en la vida después de la muerte, en los ángeles y los espíritus, en la resurrección individual y en el juicio final.
¿Quiénes eran los saduceos?
Mientras que los fariseos mayormente formaban parte del pueblo, los saduceos eran aristócratas de clase alta, y en general, representaban a la clase acomodada que aceptaba la cultura griega. Su grupo religioso estaba compuesto en su mayoría por sacerdotes que servían en el templo.
No es claro cuál era su origen. Algunos eruditos creen que la palabra saduceo deriva de un término que significa “recto”. Por lo tanto, el nombre podría denotar la idea de “persona recta”. Otros creen que saduceo proviene del nombre Sadoc, el sumo sacerdote de los días del rey David y del rey Salomón. Es posible que los saduceos adujeran vínculos con la familia de Sadoc para sustentar su derecho al poder y al control del templo.
Los saduceos solo creían en la ley escrita tal como se encontraba en la Torá (los primeros cinco libros del Antiguo Testamento). Rechazaban la creencia en los ángeles y los espíritus, la resurrección y la vida después de la muerte, y hacían hincapié en que los ritos y los sacrificios del templo eran esenciales para mantener la relación con Dios. Se opusieron a Jesucristo por haber purificado el templo, algo que ellos consideraron un desafío a su autoridad.
¿Qué impacto tuvieron el gobierno romano y Herodes el Grande en los judíos de Judea?
La independencia judía no duró mucho y cuando estalló la guerra civil entre los gobernantes judíos rivales en Judea, los romanos intervinieron. En el año 63 a. C., el general romano Pompeyo invadió Jerusalén y Judea volvió a ser tierra conquistada. Con el tiempo, Roma nombró a Herodes el Grande como gobernante de Judea.
Los romanos estaban complacidos con Herodes porque mantenía el orden en una provincia que tenía fama de conflictiva. Herodes fue un hábil administrador que expandió y fortificó las fronteras de Judea. Con su ayuda e influencia, se garantizó la libertad de culto de los judíos en todo el Imperio Romano. Herodes también renovó y amplió el templo de Jerusalén, que posteriormente llegaría a conocerse como el templo de Herodes.
A Herodes también se le conocía por su brutalidad. Hizo que ahogaran al sumo sacerdote, quien era hermano de su esposa, para poder nombrar a un nuevo sumo sacerdote, y respondía enérgicamente y con violencia cuando le informaban que alguien estaba conspirando para derrocarlo. Lleno de desconfianza, mandó matar a su esposa Mariamne y más adelante también hizo ejecutar a sus dos hijos. Al enterarse del nacimiento del Mesías, se sintió amenazado y ordenó la matanza de los niños de Belén de dos años o menos.
Tras la muerte de Herodes en el año 4 a. C., su reino se repartió entre tres de sus hijos. Uno de ellos, Herodes Antipas, asumió el gobierno de Galilea y es el Herodes que se menciona con más frecuencia durante la época del ministerio de Jesucristo.
La agitación que había en Judea llevó al emperador romano a destituir a Arquelao, hijo de Herodes, como gobernante de Judea. A partir del año 6 d. C., Roma comenzó a designar los gobernantes de la provincia de Judea. A Poncio Pilato se le nombró gobernador en el año 26 d. C.
¿Quiénes eran los herodianos y los zelotes?
Un grupo de judíos estaba a favor del reinado de Herodes Antipas e instaba al pueblo a apoyarlo; por esa razón se les llamaba herodianos. A menudo unían fuerzas con los fariseos para oponerse a Jesús, ya que lo veían como una amenaza para sus objetivos políticos.
En oposición a los herodianos estaban los zelotes, quienes se oponían al dominio romano y deseaban la independencia de los judíos. Algunos zelotes consideraban que estaba justificado emplear la violencia para tratar de derrocar a Roma. Después de la muerte de Jesús, fueron principalmente los zelotes quienes lideraron la revuelta contra Roma que terminó en la destrucción de Jerusalén en el año 70 d. C.
Más información
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S. Kent Brown y Richard Neitzel Holzapfel, “Los 500 años perdidos: Desde Malaquías hasta Juan el Bautista”, Liahona, diciembre de 2014, págs. 30–34.