Manuales de la Primaria y del Tiempo para compartir
El don del Espíritu Santo


Lección 12

El don del Espíritu Santo

Objetivo

Que los niños aprecien el privilegio de recibir el don del Espíritu Santo cuando son confirmados miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Preparación

  1. Estudie Juan 14:16–17, 26.

  2. Tenga preparado el diagrama “Cómo llegar a ser miembro de la Iglesia de Jesucristo”. Antes de la clase, coloque los papeles con las frases “Fe en Jesucristo”, “Arrepentimiento” y “Bautismo” en los peldaños correspondientes del diagrama. Será preciso que tenga a mano el papel donde dice “Don del Espíritu Santo” para utilizarlo durante la presentación de la lección.

  3. Coloque la lámina 3–14, La confirmación de una niña (62020) en una caja. Si le fuera posible, envuelva la caja de tal manera que parezca un regalo.

  4. Prepárese para ayudar a los niños a cantar o repetir la letra de la canción “El Espíritu Santo”, (Canciones para los niños, pág. 56), cuya letra se incluye al final de este manual.

  5. Materiales necesarios:

    1. Una Biblia.

    2. La lámina 3–14, La confirmación de una niña (62020), la lámina 3–22, La Última Cena (62174 002, Las bellas artes del evangelio 225); y la lámina 3–10, La Primera Visión (62470 002; Las bellas artes del evangelio 403).

  6. Haga los arreglos necesarios para las Actividades complementarias que usted desee llevar a cabo.

Sugerencias para el desarrollo de la lección

Pida a un niño que ofrezca la primera oración.

Si en la clase anterior les dio una asignación, verifique si la hicieron.

Podemos recibir el don del Espíritu Santo

Actividad para despertar el interés

Enseñe la caja envuelta como regalo y haga las siguientes preguntas:

  • ¿Por qué razón nos hacemos regalos el uno al otro?

  • ¿Qué sienten ustedes cuando alguien les hace un regalo?

Presentación por el maestro

Explique que el día en que llegamos a ser miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es uno de los más importantes de nuestra vida, dado que en esa maravillosa ocasión nuestro Padre Celestial y Jesús nos dan un regalo muy preciado.

Indicios Diga a los niños que les dará algunos indicios que les ayuden a descubrir de qué regalo se trata; que han de escuchar en silencio hasta que les haya dado a conocer todos los indicios.

  1. El regalo que dan nuestro Padre Celestial y Jesucristo no puede comprarse con dinero.

  2. Dicho regalo no se puede tomar en las manos ni se puede mirar como miraríamos un libro o un juguete.

  3. Este regalo vale muchísimo más que cualquier otro regalo que persona alguna pudiera recibir.

  4. Este regalo es una ayuda y un consuelo para los miembros dignos de la Iglesia a lo largo de toda su vida.

  5. Recibimos ese regalo (don) cuando varones que poseen el Sacerdocio de Melquisedec nos ponen las manos sobre la cabeza y nos confirman miembros de la Iglesia.

Pida que levanten la mano todos los que sepan qué regalo es.

• ¿Qué regalo es? (El don del Espíritu Santo.)

Lámina y análisis

Pida a un niño que abra el paquete para que encuentre la lámina. En seguida, muestre la lámina de la confirmación de la niña y explique cómo se confiere el don del Espíritu Santo. Después de haber sido bautizado, los poseedores del Sacerdocio de Melquisedec ponen las manos sobre la cabeza de la persona, como se puede apreciar en la lámina. Uno de ellos, que habitualmente es el padre, el obispo o un amigo de la persona que es confirmada, dice la oración. Durante la oración, la persona en confirmada miembro de la Iglesia y recibe el don del Espíritu Santo.

• ¿Qué saben con respecto al Espíritu Santo?

Permita a los niños hablar en forma breve de lo que sepan concerniente al Espíritu Santo, y saque a relucir los siguientes puntos.

  1. El Espíritu Santo no tiene un cuerpo de carne y hueso como el que tenemos nosotros; tiene un cuerpo de espíritu.

  2. El Espíritu Santo nos enseña acerca de nuestro Padre Celestial y Jesucristo y nos testifica de las cosas que se nos enseñan de ellos.

  3. Cuando se nos enseña la verdad, el Espíritu Santo nos testifica que lo que oímos es verdadero.

  4. Nuestro Padre Celestial y Jesucristo envían al Espíritu Santo para ayudarnos a escoger lo correcto y hacer lo justo.

Diagrama

Exponga el diagrama “Cómo llegar a ser miembro de la Iglesia de Jesucristo”.

Coloque en el diagrama la tira “Don del Espíritu Santo” en el cuarto peldaño. Pida a uno de los niños mayores que lo lea en voz alta o léalo usted. En seguida, pida a los niños que lo repitan con usted.

Aclare que no todas las personas que viven en la tierra tienen el privilegio de recibir el don del Espíritu Santo, sino únicamente aquellos que han sido bautizados y confirmados miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Recalque el hecho de que al recibir el don del Espíritu Santo en la confirmación, llegamos a ser oficialmente miembros de la Iglesia. Repase con los niños los pasos del diagrama, comenzando con el que dice “Fe en Jesucristo”.

Repaso de Artículo de Fe

Escriba en la pizarra el Artículo de Fe 4 y repítalo en voz alta con los niños. En seguida, borre algunas palabras y vuelva a repetirlo con ellos en voz alta. Siga borrando más palabras cada vez que lo repitan tantas veces como estime conveniente.

Jesucristo prometió enviar el Espíritu Santo

Lámina

Enseñe la lámina 3–22, La Última Cena, y explique que la noche antes de que Jesús fuera crucificado, comió la que fue la última cena con los Doce Apóstoles. En aquella ocasión, Jesús les enseñó algo muy importante; sabía que cuando se marchara, los apóstoles se sentirían muy tristes, y sabía, asimismo, que necesitarían Su ayuda. Jesús prometió a los Apóstoles que no les dejaría solos y que enviaría a alguien que les ayudara y les consolara.

Pasajes de las Escrituras

Pida a uno de los niños mayores que lea lo que Jesús les dijo a Sus Apóstoles en Juan 14:16, o léalo usted mismo.

• ¿Qué otro nombre tiene el Consolador que Jesús prometió enviar a los Apóstoles? (El Espíritu Santo.)

Lea a la clase Juan 14:26.

Ponga de relieve que Jesús envió al Espíritu Santo para ayudar y consolar a Sus Apóstoles. Aun cuando los Apóstoles no podían ver al Espíritu Santo, sabían cuándo les ayudaba y les consolaba por motivo de los cálidos sentimientos que experimentaban dentro de sí. Esa es la razón por la que se le llama el Consolador.

Canción

Canten o reciten la letra de la canción “El Espíritu Santo”.

El Espíritu Santo puede ayudarnos

Presentación por el maestro

Explique que como miembros de la Iglesia de Jesucristo, tenemos el mismo privilegio que tuvieron los Apóstoles de la antigüedad de contar con la ayuda y el consuelo del Espíritu Santo. Subraye que la compañía del Espíritu Santo es el más grande y el más importante de todos los regalos o dones de que podemos disfrutar en esta vida. Siempre podremos disfrutar de Su compañía si somos dignos y vivimos con rectitud.

Diga a los niños que el Espíritu Santo nos puede ayudar a saber qué hacer cuando tengamos que tomar decisiones difíciles. Ínstelos a seguir los susurros del Espíritu Santo cuando tengan miedo o estén tristes. Él les ayudará a saber qué deben hacer, como por ejemplo susurrarles que pidan ayuda a alguien.

Cuente el relato que se indica a continuación con sus propias palabras. Pida a los niños que escuchen con atención para que se den cuenta de la forma en que el Espíritu Santo ayudó y consoló a una niña llamada Juanita:

Juanita había vivido la mayor parte de su vida en un pueblecito agrícola en el cual se sentía muy contenta, pues sentía un gran afecto por las personas que allí vivían, así como por el lugar. A menudo pensaba en cuán maravilloso era vivir en un pueblo donde había tanta gente amistosa y amable.

Sucedió que un día, el padre de Juanita llegó a casa después del trabajo y dijo a su familia que iba a cambiar de empleo, por lo que debían trasladarse a una ciudad más grande.

• ¿Cómo creen que se sintió Juanita?

La niña se sentía triste e intranquila cada vez que pensaba en que se irían del pueblo; era difícil para ella pensar que pronto se marcharían y dejarían allí a sus amigos, la casa, la escuela y la Iglesia.

Juanita estaba preocupada y se hacía preguntas como: ¿Le resultaría difícil hacerse de nuevos amigos? ¿Cómo sería la nueva casa donde habían de vivir y cómo sería allí la Iglesia? ¿Sería muy difícil la escuela para ella?

No había nadie que pudiera ayudarle a liberarse de todas esas cosas que tanto le preocupaban. Entonces, nuestra amiguita decidió orar y pedir a nuestro Padre Celestial que le ayudara.

Y la niña oró de todo corazón; mientras oraba, algo en verdad maravilloso empezó a suceder: todas sus preocupaciones y temores comenzaron a desvanecerse.

Juanita sintió que alguien la estaba consolando.

• ¿Quién creen que brindaba consuelo a Juanita? (El Espíritu Santo.)

La familia de Juanita se trasladó a la ciudad grande y todo salió bien. La niña siempre recordó la ayuda que con tanto amor recibió de su Padre Celestial por medio del Espíritu Santo.

Experiencia y testimonio del maestro

Si lo desea, podría contar alguna experiencia en la que el Espíritu Santo lo haya consolado, como por ejemplo el haber tenido miedo o el haber perdido a un ser querido. Exprese su testimonio de que el Espíritu Santo puede en verdad consolarnos y guiarnos. El don del Espíritu Santo que recibimos después de haber sido bautizados es el más grande de todos los dones que nuestro Padre Celestial puede darnos para ayudarnos a escoger lo justo durante toda la vida.

Resumen

Haga hincapié en que, como miembros de la Iglesia, creemos en el Espíritu Santo. Sabemos que Él nos proporcionará la ayuda y el consuelo que necesitamos si obedecemos los mandamientos.

Artículo de Fe

Explique que el primeira regra de fé nos habla del Espíritu Santo, y repítalo con los niños. Exponga la lámina 3–10, La Primera Visión, y la lámina 3–14, La confirmación de una niña, en el momento apropiado conforme reciten el Artículo de Fe de referencia.

Pida a un niño que ofrezca la última oración y que dé gracias al Padre Celestial por darnos la oportunidad de recibir el Espíritu Santo.

Actividades complementarias

Escoja de entre las siguientes actividades las que sean más apropiadas para los niños de su clase. Puede realizarlas durante la lección, como repaso o resumen. Para más información, véase “El período de clases”, en “Ayudas para el maestro”.

  1. Invite a una persona a visitar la clase y contarles a los niños una experiencia en la que haya recibido el consuelo del Espíritu Santo. (Si la persona no fuera del barrio o de la rama, pida la autorización del obispo o del presidente de rama.)

  2. Pregunte a los niños si conocen alguna persona que les haga tener un sentimiento de calidez, de felicidad y de seguridad, especialmente en los momentos en que se sientan tristes. Haga notar que esas personas pueden consolarnos cuando estamos tristes o nos sentimos solos. Explique que al Espíritu Santo a veces se le llama el Consolador, porque nos consuela mucho durante toda la vida. Jesucristo nos envió al Espíritu Santo para que estuviera con nosotros cuando estemos tristes o con problemas.

  3. Juegue el siguiente juego con los niños para demostrarles que pueden tener la guía de una voz suave y apacible:

    Muestre a los niños un pequeño objeto que usted habrá de esconder a fin de poner en práctica este juego. Pida a uno de los niños que salga de la clase por unos momentos mientras usted esconde el objeto. Pídale que regrese junto con los demás y dígale que debe escuchar a fin de encontrar el objeto escondido. Utilice un sonido suave, como por ejemplo el golpecito de un lápiz, un aplauso suave con las manos o el susurro de una canción para indicar al niño hacia dónde debe dirigirse para encontrar el objeto; asegúrese de que los sonidos que usted haga sean suaves y reverentes. Haga que el sonido sea suave cuando el niño mire en dirección al lugar donde está escondido el objeto y que sea más rápido cuando el niño se acerque al escondite, hasta que encuentre el objeto.

    Haga hincapié en el hecho de que ellos pueden ser guiados en la vida si escuchan la voz suave y apacible del Espíritu Santo.

  4. Susurre algo al oído de los niños como por ejemplo “Si me escuchas, ponte un dedo en la mejilla. Si me escuchas, ponte un dedo en el mentón”. Entonces explíqueles que hay alguien más que habla con una voz suave y apacible, y que ellos deben prestar mucha atención para oír lo que esa voz les diga. Esa voz es la del Espíritu Santo.