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Capítulo 31: Alma 36–39


Capítulo 31

Alma 36–39

Introducción

Alma 36–39 contiene los últimos consejos de Alma a sus tres hijos: Helamán, Shiblón y Coriantón. Los consejos que les dio a los fieles Helamán y Shiblón fueron muy diferentes a los que le dio al descarriado Coriantón. En cierta manera, nosotros determinamos qué tipo de consejos podremos recibir en la vida según nuestra fidelidad a los que ya se nos hayan dado (véase Alma 12:9–11).

El relato de la conversión de Alma provee uno de los ejemplos más claros de cómo podemos saber cuándo hemos recibido el perdón de nuestros pecados. Mediante el consejo de Alma a Shiblón, aprendemos el poder y el valor que tiene la firmeza en nuestra vida. Por último, los conmovedores consejos que le da a Coriantón nos enseñan cuán grave y destructiva es la transgresión sexual.

Comentario

Alma 36. Quiasmo

  • El quiasmo, al que a veces se le llama paralelismo invertido, es una figura literaria hebrea en la que las palabras o ideas se ponen en cierto orden y después se repiten de forma inversa; mediante esta repetición se hace hincapié en las ideas y palabras importantes. Además, la idea principal del autor por lo general se ubica en la parte central del quiasmo.

    Alma empleó el quiasmo para relatarle su conversión a su hijo Helamán. La presencia de figuras literarias semíticas como el quiasmo en el Libro de Mormón es un testimonio externo de que el libro es precisamente lo que el profeta José Smith enseñó que era: una traducción de un texto antiguo escrito en un idioma del Oriente Medio.

    El cuadro que aparece aquí le ayudará a reconocer el quiasmo de Alma 36. Para que resulte más fácil, las posiciones en el recuadro se identifican de izquierda a derecha, desde la letra A hasta la P. Por tanto, la idea que se expresa en el primer versículo del quiasmo, Alma 36:1 (en la posición A), se repite en el último versículo de éste: Alma 36:30 (también en la posición A). La idea que aparece en Alma 36:2 (en la posición D) también se repite en el versículo 29 (también en la posición D), y así sucesivamente.

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    Chart of Chiasmus

    A. Da oído a mis palabras (versículo 1)

     B. Al grado que guardes los mandamientos de Dios, prosperarás en la tierra (versículo 1)

      C. Quisiera que hicieses lo que yo he hecho (versículo 2)

       D. Recuerda el cautiverio de nuestros padres (versículo 2)

        E. Estaban en el cautiverio (versículo 2)

         F. Él de cierto los libró (versículo 2)

          G. Pon tu confianza en Dios (versículo 3)

           H. Serán sostenidos en sus tribulaciones, y sus dificultades y aflicciones (versículo 3)

            I. No quisiera que pensaras que yo sé de mí mismo… sino de Dios (versículo 4)

             J. Nacido de Dios (versículo 5)

              K. Yo andaba tratando de destruir la iglesia de Dios (versículo 6)

               L. No pude hacer uso de mis miembros (versículo 10)

                M. Quería no ser llevado ante la presencia de mi Dios (versículo 15)

                 N. Las penas de un alma condenada (versículo 16)

                  O. Me atribulaba el recuerdo de mis muchos pecados (versículo 17)

                   P. Me acordé de un Jesucristo, un Hijo de Dios (versículo 17)

                   P. Clamé dentro de mi corazón: ¡Oh Jesús, Hijo de Dios! (versículo 18)

                  O. Dejó de atormentarme el recuerdo de mis pecados (versículo 19)

                 N. Un gozo tan profundo como lo había sido mi dolor (versículo 20)

                M. Mi alma anheló estar allí (en la presencia de Dios) (versículo 22)

               L. Mis miembros recobraron su fuerza (versículo 23)

              K. He trabajado para traer almas al arrepentimiento (versículo 24)

             J. Nacido de Dios (versículo 26)

            I. El conocimiento que tengo viene de Dios (versículo 26)

           H. Sostenido en tribulaciones, dificultades y aflicciones (versículo 27)

          G. Pongo mi confianza en él (versículo 27)

         F. Me librará y me levantará (versículos 27–28)

        E. Los ha librado de la servidumbre y del cautiverio (versículo 28)

       D. Debes recordar su cautiverio (versículo 29)

      C. Debes saber como yo sé (versículo 30)

     B. Al grado que guardes los mandamientos de Dios, prosperarás en la tierra (versículo 30)

    A. Esto es según su palabra (versículo 30)

    Observe que el mensaje central del quiasmo se centra en el momento de la vida de Alma en que experimentó un dolor y una angustia inmensos y acudió a Jesucristo para obtener socorro (véase Alma 36:17–18).

Alma 36:2–3. Recordar las misericordias de Dios

  • Alma 36:2–3 sigue con un tema que se recalca a lo largo del Libro de Mormón. Nefi empezó su relación diciendo que nos iba a mostrar que “las entrañables misericordias del Señor se extienden sobre todos aquellos que, a causa de su fe, él ha escogido, para fortalecerlos, sí, hasta tener el poder de librarse” (1 Nefi 1:20). En Alma 36, Alma les enseñó a sus hijos que debían recordar el cautiverio de sus padres y la manera en que Dios liberó a quienes confiaron en Él (véase Alma 36:2–3, 29).

    Después, Moroni nos exhortó a “record[ar] cuán misericordioso ha sido el Señor con los hijos de los hombres” (Moroni 10:3). Alma, hijo, probablemente lo haya manifestado con más énfasis que nadie: “Y ahora, he aquí os digo, hermanos míos, vosotros los que pertenecéis a esta iglesia, ¿habéis retenido suficientemente en la memoria el cautiverio de vuestros padres? Sí, ¿y habéis retenido suficientemente en la memoria la misericordia y longanimidad de Dios para con ellos? Y además, ¿habéis retenido suficientemente en la memoria que él ha rescatado sus almas del infierno?” (Alma 5:6).

Alma 36:6–10. Alma “ca[yó] al suelo”. ¿Dos o tres días?

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    El arrepentimiento de Alma

    © 1996 Robert Barrett

    “Algunos lectores del Libro de Mormón sostienen que hay una discrepancia entre los relatos de la conversión de Alma que aparecen en Mosíah 27:23 y en Alma 36:10. Cierto es que un relato menciona ‘dos días y dos noches’ y el otro dice ‘tres días y tres noches’, pero no parece existir tal discrepancia, porque no se refieren exactamente a lo mismo. En el relato del libro de Mosíah, la mención del tiempo se refiere claramente al período del ayuno que hicieron los sacerdotes; no se declara la duración del estado de inconsciencia de Alma. Obsérvense los detalles principales del relato: Después de que el ángel confrontó a Alma y éste comprendió la enormidad de sus pecados, cayó a tierra como si estuviera muerto. Entonces, inconsciente, fue llevado ante su padre, quien procedió a llamar a los sacerdotes de la Iglesia y ‘después de que hubieron ayunado y orado por el espacio de dos días y dos noches, los miembros de Alma recobraron su fuerza, y se puso de pie’ (Mosíah 27:22–23; cursiva agregada). En el relato del libro de Alma, sin embargo, la frase ‘tres días y tres noches’ claramente se refiere al tiempo total en el que Alma no pudo abrir la boca ni usar sus miembros (Alma 36:10)” (Daniel H. Ludlow, A Companion to Your Study of the Book of Mormon, 1976, págs. 217–218).

Alma 36:11–16. La tristeza que es según Dios

  • El presidente Ezra Taft Benson (1899–1994) enseñó en cuanto a la diferencia que hay entre la tristeza según el mundo y esa más profunda tristeza según Dios que es necesaria para arrepentirse:

    “Es común encontrar en el mundo a hombres y mujeres que tienen remordimientos por lo que hacen mal; muchas veces eso se debe a que su conducta les causa pesar e infortunio, tanto a ellos como a sus seres queridos; a veces sufren ese dolor porque los han descubierto y castigado por sus acciones. Esos sentimientos mundanos no son ‘la tristeza que es según Dios’…

    “La tristeza según Dios es un don del Espíritu; es un claro reconocimiento de que nuestras acciones han ofendido a nuestro Padre, nuestro Dios; es adquirir una vívida conciencia de que nuestro comportamiento hizo que el Salvador, que estaba libre de todo pecado, Él, el más grande de todos, padeciera agonía y sufrimiento. Fue por nuestros pecados que sangró por cada poro. Es a esa aflicción mental y espiritual tan real que sufrimos a lo que las Escrituras se refieren cuando dicen ‘un corazón quebrantado y un espíritu contrito’ (véase 3 Ne. 9:20; Moro. 6:2; D. y C. 20:37; 59:8; Sal. 34:18; 51:17; Isa. 57:15). Ese tipo de espíritu es el requisito absolutamente necesario para que tenga lugar el verdadero arrepentimiento” (véase “Un poderoso cambio en el corazón”, Liahona, marzo de 1990, págs. 4–5).

  • El élder Richard G. Scott, del Quórum de los Doce Apóstoles, explicó un poco más uno de los motivos para la tristeza según Dios: “Las dolorosas consecuencias del pecado las puso a propósito en Su plan de felicidad un Padre Celestial compasivo para que no siguieras esa trágica senda en la vida. Un pecador no sólo sufrirá en esta vida, sino que los pecados que no hayan sido perdonados por medio de un arrepentimiento sincero le causarán padecimiento más allá del velo [véase D. y C. 19:4, 15–24]” (véase Liahona, noviembre de 2002, pág. 87).

Alma 36:17–21. “Ya no me pude acordar más de mis dolores”

  • El presidente Spencer W. Kimball (1895–1985) señaló que durante el proceso del arrepentimiento es necesario confiar plenamente en Jesucristo:

    “En esta relación de Alma, el lector perceptivo puede en cierta manera identificarse con él, sentir sus dolores, experimentar su inmensa sensación de horror al reconocer la profundidad de su pecado. El lector entonces también puede compartir con Alma el gran alivio que éste iba a encontrar. ¿Cómo logró ese alivio? De la misma manera en que lo hace todo transgresor, a saber, participando del milagro del perdón mediante el arrepentimiento sincero y entregándose por completo en manos de las misericordias de Jesucristo…

    “La angustia ahora se había tornado en gozo, el dolor en calma, las tinieblas en luz. Sólo ahora podía Alma sentir paz. Al hablar a su hijo Shiblón le puso de relieve la única fuente de esa paz.

    “‘…y no fue sino hasta que imploré misericordia al Señor Jesucristo que recibí la remisión de mis pecados. Pero he aquí, clamé a él y hallé paz para mi alma’ (Alma 38:8)” (El milagro del perdón, 1977, págs. 373–374).

  • El presidente Ezra Taft Benson explicó que el arrepentimiento sincero exige un cambio en el corazón:

    “Arrepentirse significa más que simplemente reformar el comportamiento. Muchos hombres y mujeres del mundo demuestran una gran voluntad y autodisciplina para vencer los malos hábitos y las debilidades de la carne. Pero al mismo tiempo que lo hacen no se acuerdan en absoluto del Maestro, y, a veces, hasta lo rechazan abiertamente. Aun cuando estos cambios en el comportamiento de una persona estén orientados correctamente, no se puede decir que ha habido en ellos un verdadero arrepentimiento…

    “…El arrepentimiento no requiere un simple cambio de proceder, sino un cambio en el corazón” (véase “Un poderoso cambio en el corazón”, Liahona, marzo de 1990, pág. 4).

Alma 36:23–24. Pruebas de que alguien ha nacido de nuevo

  • El presidente Ezra Taft Benson describió el cambio que forma parte del nacer de nuevo: “Una vez que se produce en nosotros este cambio poderoso, que sólo se puede llevar a cabo por medio de la fe en Jesucristo y de la influencia del Espíritu en nosotros, es como si nos convirtiéramos en otra persona. Por ese motivo, el cambio se compara con volver a nacer. Miles de ustedes han experimentado este cambio; han abandonado el pecado, a veces profundo y repulsivo, y, mediante la aplicación de la sangre de Cristo, se han vuelto limpios. No tienen más la disposición de volver a sus costumbres anteriores; son en realidad personas nuevas. Eso es lo que significa tener un cambio en el corazón” (véase “Un poderoso cambio en el corazón”, Liahona, marzo de 1990, pág. 4).

Alma 36:30. “Prosperarás en la tierra”

  • Alma hizo eco de un tema recurrente en el Libro de Mormón, el de prosperar en la tierra. Alma 36:30 da contexto al significado de esa frase. No supone forzosamente que todos los habitantes se enriquecerán en cuanto a las cosas materiales en esta vida, ya que la palabra prosperar tiene un sentido espiritual. Este versículo nos enseña que si no “guard[amos] los mandamientos de Dios”, no prosperaremos y seremos “separad[os] de su presencia”. Por lo tanto, los que prosperan en la tierra son quienes con éxito obtienen las bendiciones espirituales de estar cerca del Señor. Ellos siguen un sendero que los llevará a entrar en la presencia del Señor.

Alma 37. La importancia y el valor de las Escrituras

  • A fin de preparar a su hijo Helamán para que fuera el líder espiritual y el nuevo encargado de los registros de su pueblo, Alma recalcó la importancia de las Escrituras. Algunas de las ideas principales que presentó fueron que el Señor preservaría las planchas de bronce y los anales nefitas de una forma maravillosa y sencilla (véase Alma 37:1–5). Dio el mandato a su hijo de llevar una relación de su pueblo, y le enseñó que las Escrituras tienen el objetivo de ensanchar nuestra memoria, convencernos del error de nuestro proceder y llevarnos al conocimiento de Dios y de Su plan de salvación (véanse los versículos 8–9). Luego le recordó a su hijo que sólo alguien que guarde los mandamientos es digno de redactar escritura (versículos 14–16). Alma además prometió a su hijo, y a nosotros, que el obedecer las palabras de Cristo “nos [lleva] más allá de este valle de dolor a una tierra de promisión mucho mejor” (versículo 45).

    El élder David A. Bednar, del Quórum de los Doce Apóstoles, describió algunas formas de sacarle más provecho a nuestro estudio personal de las Escrituras: “Las Escrituras contienen las palabras de Cristo y son una reserva de agua viva a la que tenemos fácil acceso y de la que podemos beber profundamente y por mucho tiempo. Debemos acudir a Cristo y venir a Él, quien es ‘la fuente de aguas vivas’ (1 Nefi 11:25; compárese con Éter 8:26; 12:28), al leer (véase Mosíah 1:5), estudiar (véase D. y C. 26:1), escudriñar (véase Juan 5:39; Alma 17:2), y deleitarnos (véase 2 Nefi 32:3) en las palabras de Cristo que se encuentran en las Santas Escrituras. Al hacerlo, podemos recibir guía y protección espiritual durante nuestra jornada mortal” (“Una reserva de agua viva” [charla fogonera del SEI para jóvenes adultos, 4 de febrero de 2007], pág. 1).

Alma 37:6–7.
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Dominio de las Escrituras
“Cosas pequeñas y sencillas”

  • El élder M. Russell Ballard, del Quórum de los Doce Apóstoles, enseñó la importancia de prestarle atención a las cosas pequeñas y sencillas:

    “Vemos acaecimientos enormes y arrolladores en el mundo; sin embargo, debemos recordar que los propósitos del Señor en nuestra vida personal en general se cumplen mediante las cosas pequeñas y sencillas, y no por medio de sucesos memorables y espectaculares…

    “En tanto que los acontecimientos grandes y asombrosos parecen motivarnos, muchas veces las cosas pequeñas no nos llaman la atención. Al hacer notar que la Liahona funcionaba por la fe, Alma dijo: ‘Sin embargo, por motivo de que se efectuaron estos milagros por medios pequeños… [los del pueblo de Lehi] fueron perezosos y se olvidaron de ejercer su fe y diligencia, y entonces esas obras maravillosas cesaron, y no progresaron en su viaje’ (Alma 37:41).

    “¿Obstaculizamos a veces nuestro viaje al olvidar la importancia de las cosas pequeñas? (véase Alma 37:46). ¿Nos damos cuenta de que pequeños sucesos y modos de proceder determinan el rumbo de nuestra vida tal como un pequeño timón determina la dirección de una gran nave? (véase Santiago 3:4; D. y C. 123:16)…

    “…Debemos orar individualmente y en familia, estudiar las Escrituras, sobre todo el Libro de Mormón, realizar la noche de hogar, seguir la admonición del Salvador de amarnos unos a otros, y ser considerados, bondadosos y corteses dentro de la familia. Se nos ha prometido que por éstas y otras cosas pequeñas y sencillas similares, abundarán en nuestra vida la paz y el regocijo” (véase Liahona, julio de 1990, págs. 7, 10).

Alma 37:19. El poder del Libro de Mormón

  • El élder Bruce R. McConkie (1915–1985), del Quórum de los Doce Apóstoles, enumeró algunas de las formas en que el poder del Libro de Mormón se demuestra y se demostrará: “Entonces, ¿cuál es el poder del Libro de Mormón? Éste proclamará el evangelio sempiterno, recogerá a Israel, levantará la Nueva Jerusalén, preparará a un pueblo para la Segunda Venida, introducirá el Milenio, o por lo menos desempeñará una función tan importante en todo eso que difícilmente se puede exagerar su valor y poder” (The Millennial Messiah, 1982, pág. 171).

Alma 37:21, 27–29, 32. No revelar las obras secretas de tinieblas

  • El presidente Boyd K. Packer, Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles, explicó que enseñar sobre el pecado con demasiados detalles puede despertar la curiosidad por probar dicho pecado:

    “Creo que dos de los errores principales son enseñar demasiado acerca del tema y enseñar en el momento errado…

    “Sé de más de una ocasión en que un joven fue llevado a experimentar con la soez y pervertida inmoralidad por motivo de una insinuación que se originó en una entrevista con el obispo.

    “Las personas que enseñen —y me refiero a los líderes, los maestros y los padres— deberían tener presente este mensaje. Imagínense a un padre y una madre que van a irse de casa por algún tiempo, y cuando están a punto de salir por la puerta les dicen a sus hijitos, quienes quedarán sin supervisión durante su ausencia: ‘Niños, pórtense bien. Hagan lo que hagan mientras no estemos, no lleven la escalerita a la despensa, ni suban hasta el cuarto estante, ni muevan la caja de galletitas saladas, ni extiendan el brazo para alcanzar la bolsa de frijoles [porotos, judías], ni saquen uno y se lo metan en la nariz, ¿está bien?’.

    “Algunos somos así de insensatos. El humor del ejemplo resulta irónico cuando se piensa en lo primero que pasa apenas se van los padres. No hay duda de que podemos ser más prudentes. Los jóvenes tienen que saber desde el principio que la castidad es un tema sagrado” (Teach Ye Diligently, 1975, págs. 256–257).

Alma 37:35.
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Dominio de las Escrituras
¿Qué bendiciones vienen a raíz de aprender en nuestra juventud “a guardar los mandamientos de Dios”?

  • El presidente Ezra Taft Benson describió el poder que se recibe a raíz de aprender a guardar los mandamientos desde temprana edad, cuando todavía se es joven: “Denme un joven que se haya mantenido moralmente limpio y que haya asistido fielmente a sus reuniones de la Iglesia; denme un joven que haya magnificado su sacerdocio y haya ganado su premio ‘Mi deber a Dios’ y sea Scout Águila; denme un joven que se haya graduado de seminario y que tenga un testimonio ferviente del Libro de Mormón; denme a tal joven y les daré a un joven que podrá efectuar milagros para el Señor durante su misión y durante toda su vida” (véase Liahona, julio de 1986, pág. 43).

  • Las Escrituras brindan varios ejemplos de personas que el Señor llamó a ser Sus líderes cuando todavía eran jóvenes: José Smith tenía catorce años (véase José Smith—Historia 1:7); Mormón tenía quince años (véase Mormón 1:15); el profeta Samuel, del Antiguo Testamento, aún era un “joven” cuando lo llamó el Señor (1 Samuel 3:1–10).

    El presidente Joseph F. Smith dio testimonio de la relación que existe entre guardar los mandamientos en las primeras etapas de la vida y ser llamados a servir al Señor posteriormente: “Se puede mirar en derredor hoy, y ¿quiénes son los líderes entre el pueblo sino aquellos que desde temprano y con celo se dedicaron a la fe? Y se puede predecir quiénes habrán de ser los líderes observando a los muchachos que exhiben respeto por sí mismos, y pureza, y que abordan con seriedad todas las buenas obras. El Señor no escogerá hombres de entre ninguna otra clase de personas… El otro camino, el de esperar para servir al Señor hasta después de haber cometido iniquidades en la juventud, es censurable. Al hombre que dedica su juventud a la iniquidad y al pecado para años después volverse a la rectitud siempre le falta algo… Hay remordimientos y dolores que vienen cuando uno se arrepiente tarde en la vida de las locuras y los pecados de la juventud, pero hay consuelo y ricos galardones cuando uno sirve al Señor en los días llenos de fuerza de los principios de la adultez” (Gospel Doctrine, quinta edición, 1939, pág. 335).

Alma 37:38–47. La liahona

  • Con el correr de los años, las Autoridades Generales han descrito varios medios por los cuales el Señor nos sigue guiando en nuestro viaje por la vida, como con una liahona.

    El élder W. Rolfe Kerr, de los Setenta, comparó las palabras de Cristo con la liahona: “Así vemos, hermanos y hermanas, que las palabras de Cristo pueden ser una liahona personal para cada uno de nosotros, mostrándonos el camino. No seamos perezosos por la facilidad que presenta la senda. Con fe, llevemos las palabras de Cristo a nuestra mente y a nuestro corazón, según se hallan registradas en las sagradas Escrituras y son proferidas por los profetas, videntes y reveladores vivientes. Con fe y diligencia deleitémonos en las palabras de Cristo, porque las palabras de Cristo serán nuestra liahona espiritual que nos dice todo lo que tenemos que hacer” (Liahona, mayo de 2004, pág. 37).

  • El presidente Thomas S. Monson comparó la liahona con la bendición patriarcal de una persona: “Ese mismo Señor que le brindó una liahona a Lehi nos ofrece hoy a ustedes y a mí un regalo inusual y valioso para darnos dirección en la vida… El regalo al que me refiero es lo que se llama una bendición patriarcal” (Live the Good Life, 1988, pág. 36).

    El presidente Spencer W. Kimball comparó la liahona con la luz de Cristo o la conciencia:

    “¿No les gustaría a ustedes tener una esfera similar?…

    “…El Señor le dio a… cada persona una conciencia que le hace saber cada vez que se encamina por el sendero equivocado…

    “…Se da a todo niño” (véase Liahona, febrero de 1977, pág. 39).

  • El élder David A. Bednar comparó la Liahona con el don del Espíritu Santo:

    “Al seguir adelante por el camino de la vida, cada uno de nosotros recibe la dirección del Espíritu Santo de la misma forma en que Lehi la recibió por medio de la liahona…

    “En nuestra vida, el Espíritu Santo funciona exactamente como la liahona lo hizo para Lehi y su familia, de acuerdo con nuestra fe, diligencia y atención…

    “Y el Espíritu Santo nos proporcionará hoy los medios por los cuales recibiremos, ‘por medio de cosas pequeñas y sencillas’ (Alma 37:6), un mayor entendimiento en cuanto a las vías del Señor…

    “El Espíritu del Señor será nuestra guía y nos bendecirá con dirección, instrucción y protección espiritual a lo largo de nuestro trayecto terrenal” (Liahona, mayo de 2006, págs. 30–31).

Alma 38:12. “Procura… refrenar todas tus pasiones”

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    Freno de un caballo

    © Photospin

    El freno de un caballo es un instrumento que se coloca en la cabeza del animal y que se compone en parte de las riendas y una embocadura, las cuales dan el control al jinete.

    El élder Bruce C. Hafen, de los Setenta, y su esposa Marie explicaron que la idea del freno es dar dirección a los deseos y las pasiones, y no destruirlos: “¿Es prudente el renunciamiento porque tienen algo de malo nuestras pasiones, o es precisamente porque son buenas? Alma le enseñó a su hijo: ‘…procura también refrenar todas tus pasiones para que estés lleno de amor…’ (Alma 38:12; cursiva agregada). Él no dice elimina, o siquiera suprime, tus pasiones sino refrénalas, es decir, ponles un arnés, encáuzalas, concéntralas. ¿Por qué? Porque la disciplina hace posible un amor más pleno y profundo” (The Belonging Heart, 1994, pág. 302).

Alma 39. La ley de castidad

  • “No tengas ninguna clase de relación sexual antes del matrimonio, y sé completamente fiel a tu cónyuge después del matrimonio. Es posible que Satanás te haga pensar que la intimidad sexual antes del matrimonio es aceptable cuando dos personas están enamoradas. Eso no es cierto. A la vista de Dios, los pecados sexuales son sumamente serios ya que profanan el poder que Dios nos ha dado para crear vida…

    “Antes del matrimonio, no hagas nada para despertar las poderosas emociones que únicamente se deben expresar en el matrimonio. No participes de los besos apasionados, no te acuestes encima de otra persona ni toques las partes privadas y sagradas del cuerpo de otra persona, con ropa o sin ella. No permitas que nadie haga eso contigo. No despiertes esas emociones en tu propio cuerpo.

    “En las culturas en las que el salir con jóvenes del sexo opuesto o el noviazgo sean aceptables, siempre trata a tu pareja con respeto, nunca como un objeto para satisfacer tus deseos lujuriosos. Permanece en áreas seguras en donde fácilmente puedas controlar tus sentimientos físicos. No participes en conversaciones ni actividades que despierten las emociones sexuales.

    “La actividad homosexual es un pecado grave; si enfrentas el problema de sentir atracción hacia personas del mismo sexo, busca el consejo de tus padres y el de tu obispo; ellos te ayudarán.

    “Las víctimas de violación sexual, incesto u otra clase de abuso sexual no son culpables de pecado. Si has sido víctima de cualquiera de esos crímenes, ten la seguridad de que eres inocente y que Dios te ama. Busca inmediatamente el consejo de tu obispo a fin de que él pueda guiarte a través del proceso de rehabilitación emocional” (Para la Fortaleza de la Juventud: Cumplir nuestro deber a Dios, 2001, págs. 26–28).

Alma 39:3. La gravedad de los pecados sexuales

  • El élder Jeffrey R. Holland habló sobre el efecto devastador de los pecados sexuales y sobre la importancia de conservar la virtud hasta el matrimonio: “Cuando se trata de relaciones íntimas, ¡deben esperar! Deben esperar hasta que puedan brindar todo, y eso no lo pueden hacer sino hasta que estén legal y lícitamente casados. El dar ilícitamente lo que no es de ustedes (recuerden: ‘no sois vuestros’ [1 Corintios 6:19]) y el dar sólo una parte de aquello a lo que no puede seguir el don de entregarse por entero es jugar a la ruleta rusa emocional. Si persisten en obtener satisfacción física sin la aprobación del cielo, corren el terrible riesgo de ocasionar un daño espiritual y psicológico tal que podrían debilitar tanto su deseo de intimidad física como su capacidad para brindar más tarde una devoción incondicional al amor verdadero. Podrían llegar a ese momento más real de amor genuino, de unión verdadera, sólo para descubrir horrorizados que lo que debieron haber preservado ya lo han perdido y que solamente la gracia de Dios puede recobrar la virtud que perdieron poco a poco y que tan despreocupadamente desecharon. El día de su boda, el mejor regalo que pueden hacer a su pareja eterna es su persona en la mejor de las condiciones, limpia y pura y digna de recibir a cambio esa misma pureza” (véase Liahona, octubre de 2000, pág. 42).

  • El presidente Boyd K. Packer describió la relación que existe entre el poder de creación y el plan de salvación:

    “El poder de creación, o podríamos decir procreación, no es apenas una parte incidental del plan sino que es esencial para éste. Sin él, dicho plan no podría avanzar. El uso impropio de este poder puede echar el plan por tierra.

    “Mucha de la felicidad que podrán ustedes recibir en esta vida dependerá de la manera en que utilicen este sagrado poder de la creación” (véase Liahona, enero de 1973, pág. 15).

Alma 39:5. Le sigue al asesinato en gravedad

  • El élder Jeffrey R. Holland explicó que existe un vínculo entre el valor de un alma y la Expiación, lo cual nos ayuda a entender por qué las transgresiones sexuales son tan graves:

    “Al explotar el cuerpo de otra persona —lo cual significa aprovecharse de su alma— se profana la expiación de Cristo, que salvó esa alma y que hace posible el don de la vida eterna. Y cuando una persona se burla del Hijo de Justicia, esa persona entra en un reino más candente que el sol del mediodía. No es posible hacer eso sin quemarse.

    “Por favor, nunca digan: ‘¿A quién le hace daño? ¿Por qué no puedo tener un poco de libertad? Puedo pecar ahora y arrepentirme después’. Por favor, no sean tan tontos ni tan crueles. No pueden ‘crucifi[car] de nuevo’ a Cristo impunemente [véase Hebreos 6:6]. ‘Huid de la fornicación’ [1 Corintios 6:18], clama Pablo, y huid de toda ‘cosa semejante’, [D. y C. 59:6; cursiva agregada] agrega Doctrina y Convenios. ¿Por qué? Bueno, por una razón: debido al sufrimiento incalculable, tanto en cuerpo como en espíritu, que padeció el Salvador del mundo para que nosotros pudiéramos huir. Por eso le debemos algo. En realidad, se lo debemos todo gracias a eso. ‘…no sois vuestros’, dice Pablo. ‘Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios’ [1 Corintios 6:19–20; cursiva agregada]. En la transgresión sexual, está en grave peligro el alma: el cuerpo y el espíritu” (véase Liahona, enero de 1999, pág. 91).

Alma 39:6. ¿Qué es el pecado imperdonable?

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    El profeta José Smith sosteniendo un manuscrito

    Alvin Gittins, © 1959 IRI

    El profeta José Smith (1805–1844) brindó conocimiento adicional sobre el pecado imperdonable: “Todos los pecados serán perdonados con excepción del pecado contra el Espíritu Santo; porque Jesús salvará a todos menos a los hijos de perdición. ¿Qué debe hacer el hombre para cometer el pecado imperdonable? Debe haber recibido el Espíritu Santo, deben habérsele manifestado los cielos y, después de haber conocido a Dios, pecar contra Él. Después de que un hombre ha pecado contra el Espíritu Santo, no hay arrepentimiento para él. Tiene que decir que el sol no brilla, cuando lo está mirando; negar a Jesucristo, cuando se le han manifestado los cielos, y renegar del plan de salvación mientras sus ojos están viendo su verdad; y desde ese momento empieza a convertirse en enemigo. Así sucede con muchos apóstatas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días” (History of the Church, tomo VI, pág. 314).

Alma 39:9. “Quisiera que… no te dejases llevar más por las concupiscencias de tus ojos”

  • ¿Cómo se aplica a nosotros el no dejarse llevar “por las concupiscencias de tus ojos”? En el mundo actual, con los avances de la tecnología, Satanás ofrece ese tipo de tentaciones de muchas maneras. Muchos profetas en los años recientes nos han advertido de los peligros de la pornografía en sus muchas manifestaciones.

    El élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, explicó los peligros que supone permitir que el mal nos entre en la mente: “Nuestro Salvador hizo hincapié en la importancia de la pureza sexual cuando enseñó que suponía pecado el que un hombre tan sólo mirase a una mujer para codiciarla [véase Mateo 5:28]… Nos rodea el mensaje promocional de las relaciones sexuales ilícitas, tanto en el papel como en la pantalla. Por su propio bien, evítenlo. Las historias e imágenes pornográficas y eróticas son peores que los alimentos inmundos o contaminados. El cuerpo cuenta con defensas para deshacerse de los alimentos poco saludables, y salvo unas pocas excepciones fatales, los alimentos echados a perder solamente enferman, sin causar daños permanentes. Por otra parte, una persona que se deleita en historias sucias o en imágenes o escritos pornográficos o eróticos los deja grabados en ese extraordinario sistema de recuperación de datos que llamamos cerebro. El cerebro no rechaza con vómitos la mugre. Una vez que algo queda registrado, siempre se lo podrá recuperar, proyectando sus imágenes pervertidas en la mente y alejándonos de las cosas edificantes de la vida” (“Things They’re Saying”, New Era, febrero de 1974, pág. 18).

  • El presidente Ezra Taft Benson describió varios métodos que Satanás tiene para intentar meternos pornografía en la mente:

    “Consideren cuidadosamente las palabras del profeta Alma a Coriantón, su hijo descarriado: ‘…quisiera que… abandonases tus pecados, y no te dejases llevar más por las concupiscencias de tus ojos…’ (Alma 39:9).

    “‘Las concupiscencias de tus ojos’. ¿Qué significa esta frase en nuestros días?

    “Películas, programas de televisión y videos que son tanto insinuantes como depravados.

    “Revistas y libros obscenos y pornográficos.

    “Les aconsejamos, queridos hombres jóvenes, que no ensucien su mente con materiales tan degradantes, porque la mente por la cual pasan estas inmundicias nunca queda igual después. No vean películas no aptas para menores, ni videos vulgares, ni participen en ninguna clase de entretenimiento inmoral, insinuante o pornográfico. No escuchen música degradante” (véase Liahona, julio de 1986, pág. 43).

  • El presidente Gordon B. Hinckley (1910–2008) añadió su testimonio sobre los males de la pornografía:

    “La pornografía se imprime y los materiales fotográficos se diseñan con el fin de entusiasmarnos y atraernos para que entremos en áreas que sólo pueden resultar en remordimiento. Su atractivo es tentador. Explota los instintos que todos llevamos dentro, instintos que Dios puso en nuestro interior para lograr Sus grandiosos propósitos. La pornografía es un arma del diablo que tiene la finalidad de distorsionar esos instintos con fines prohibidos. Con mayor frecuencia tiene que ver con jovencitas hermosas y jovencitos atractivos, y el objetivo de crearla es poner dólares en los bolsillos de los productores. El resultado de su utilización es que deforma la mente e incita las pasiones de quienes caen en su trampa. Sus creadores recogen miles de millones, mientras que los que participan de ella terminan apesadumbrados, dolidos y con remordimientos.

    “Se la encuentra en revistas que se pueden comprar en la mayoría de los puestos de venta de periódicos, en los cines que muestran películas no aptas para menores y pornográficas, así como en las pantallas de nuestros televisores en casa” (Teachings of Gordon B. Hinckley, 1997, pág. 460).

  • La palabra “refrenarse” que se usa en Alma 39:9 hace alusión a sujetar, reducir, contener o reprimir (véase Diccionario de la Lengua Española, 2001). Todas esas acciones se aplican bien a lo que uno debe hacer para evitar caer en transgresiones morales, tema acerca del cual Alma estaba enseñando a su hijo Coriantón. Consúltese en Alma 39:9 la nota al pie b.

Alma 39:11–12. Desviar a los demás de la verdad

  • En Alma 39:11–12, Alma explicó a Coriantón, su hijo descarriado, el hecho de que nuestros malos ejemplos pueden alejar del Evangelio a otras personas.

    El presidente Joseph Fielding Smith (1876–1972) advirtió que desviar a las personas de la verdad es grave:

    “Creo que el delito más grande en todo este mundo es apartar de los principios verdaderos a los hijos de Dios. Hoy en día, vemos en el mundo filosofías de distinta clase, tendentes a destruir la fe en Dios y en los principios del evangelio. ¡Qué cosa tan terrible es ésa!

    “El Señor dice que si trabajamos todos nuestros días y salvamos aunque fuere una sola alma, grande será nuestro gozo con ella; por otra parte, ¡cuán grande será nuestro pesar y nuestra condenación si mediante nuestros actos llegamos a desviar de la verdad a un alma!

    “A quien ciega a un alma, a quien esparce error, a quien destruye la verdad divina mediante sus enseñanzas, ¡cuán grande será su condenación y su castigo en la eternidad! ¡La destrucción de un alma es la destrucción de lo más grande que ha sido creado!” (Doctrina de Salvación, comp. de Bruce R. McConkie, tres tomos, 1995, tomo I, pág. 298).

Alma 39:12–13, 15. Vuélvete al Señor “y reconoce tus faltas”

  • Imagen
    Hombre en proceso de arrepentimiento

    © 1989 Douglas Fryer

    “Si has cometido transgresiones sexuales, inicia hoy el proceso del arrepentimiento a fin de que puedas tener la conciencia tranquila y contar con la plena compañía del Espíritu. Busca el perdón del Señor. Habla con tu obispo; él te ayudará a obtener el perdón que está al alcance de los que verdaderamente se arrepienten” (Para la Fortaleza de la Juventud, pág. 28).

  • El élder Richard G. Scott explicó lo que hay que hacer para “volverse al Señor” y recibir el perdón de los pecados graves, como la inmoralidad: “Hablaré un momento a cualquiera que haya sucumbido a la tentación grave. Por favor, detente ya. Puedes lograrlo con la ayuda de un comprensivo padre o madre, obispo o presidente de estaca. Una transgresión grave, tal como la inmoralidad, exige la ayuda de alguien que posea las llaves de autoridad, como un obispo o un presidente de estaca, para seguir discretamente el proceso del arrepentimiento a fin de asegurarse de que sea completo y se haga de forma apropiada. No cometas el error de creer que, por haber confesado una transgresión seria, ya te has arrepentido; ése es un paso esencial, pero no es todo lo que se requiere. Tampoco des por sentado que si no se te preguntan todos los detalles importantes de una transgresión, no hace falta mencionarlos. Tienes que asegurarte tú mismo de que el obispo o el presidente de estaca los entienda para poder ayudarte en forma apropiada a través del proceso del arrepentimiento a fin de lograr el perdón completo” (Liahona, enero de 1999, pág. 81).

  • El élder Jeffrey R. Holland enseñó que el Señor nos acompañará y fortalecerá si nos arrepentimos de forma adecuada: “[A] ustedes… se les extiende la paz y la renovación del arrepentimiento que es posible por medio del sacrificio expiatorio del Señor Jesucristo. En esos asuntos tan graves, el camino del arrepentimiento no es fácil de comenzar ni está libre de dolor, pero el Salvador del mundo estará allí para recorrer ese esencial sendero con ustedes. Él los fortalecerá cuando ustedes flaqueen; Él será su luz cuando les parezca estar en las más oscuras tinieblas; Él los tomará de la mano y será su esperanza cuando piensen que la esperanza es lo único que les queda. Su compasión y misericordia, con todo el poder purificador y sanador que poseen, se brindan gratuitamente a todos los que en verdad deseen un perdón total y den los pasos necesarios para lograrlo” (véase Liahona, enero de 1999, pág. 92).

Alma 39:17–19. El plan de salvación se conocía desde antes de que se creara el mundo

  • Algunas religiones reconocen que existe algún tipo de vida después de la terrenal; sin embargo, son muy pocas las que proclaman creer en la vida antes de esta vida. El profeta José Smith explicó qué era lo que sabía el Señor incluso antes de la Creación: “El gran Jehová contempló todos los acontecimientos relacionados con la tierra, en lo que al plan de salvación concierne, antes que ésta llegara a existir… lo pasado, lo presente y lo futuro fueron y son, para Él, un eterno ‘hoy’. Él sabía de la caída de Adán, de las iniquidades de los antediluvianos, de la profunda iniquidad en que se hundiría la familia humana… comprendía la caída del hombre y su redención; conocía el plan de salvación y lo manifestó; estaba al tanto de la situación de todas las naciones y de su destino… Él conoce la situación tanto de los vivos como de los muertos y ha proporcionado todo lo necesario para su redención” (History of the Church, tomo IV, pág. 597).

Para meditar

  • Cuando Alma se convenció de que Dios y el Evangelio eran reales, de inmediato empezó a sufrir enormemente por causa de sus pecados anteriores. ¿Por qué cree usted que sucedió eso? ¿Cómo se aplica eso a nosotros hoy en día?

  • Alma recalcó a su hijo Helamán la importancia de las Escrituras, y los profetas modernos siguen haciendo lo mismo con nosotros. ¿Goza usted, o alguien que usted conozca, de las bendiciones de estudiar las Escrituras a diario? ¿De qué forma son una bendición las Escrituras para quienes se deleitan en ellas con regularidad? ¿Cómo puede usted establecer o darle fuerza a su hábito de estudiar personalmente las Escrituras?

  • ¿Qué podemos aprender del ejemplo de Shiblón que nos ayude a seguir fuertes tanto en los momentos buenos como en los malos?

Tareas sugeridas

  • Los principios del arrepentimiento y perdón de Alma son los mismos que se aplican a nosotros en la actualidad por más que las circunstancias fueran distintas a las nuestras. Resuma en un escrito de una página algunos de los principios pertinentes y cómo se aplican a nosotros.

  • Alma le dijo a Coriantón que las transgresiones sexuales le siguen en gravedad al asesinato. Ponga por escrito un plan específico de acciones a tomar ahora para proteger su pureza.