2023
Bancos de niebla
Enero de 2023


Voces de los Santos

Bancos de niebla

Antes del amanecer salimos con toda la familia en el auto rumbo a un encuentro de básquet, en el que participaba nuestro hijo mayor. Mi esposo conducía con cautela por la niebla que por momentos era muy densa. Cuando salió el sol disfrutamos de un bello paisaje serrano. ¡Sierra de la Ventana es hermosa! Nos maravilló pasar entre sus altas paredes y observar a lo lejos los valles entre las montañas, creando un bello paisaje.

Después vimos a lo lejos algunas nubes sobre el campo, que atravesaban la ruta, pero el cielo se veía claro, las nubes solo estaban sobre la tierra. En pocos minutos estábamos sumergidos nuevamente en un banco de niebla; era tan espesa que no se veía a más de 50 metros. Bajando la velocidad, seguimos andando. Mi esposo seguía manejando guiado por la línea blanca en el asfalto, mientras yo les iba dando manzanas y galletitas a nuestros tres hijos. Nos sentíamos tranquilos escuchando agradable música y ellos iban jugando, cada uno con su cinturón de seguridad como siempre.

Durante varios minutos seguimos viajando en la niebla. En cierto momento todo se aclaró, el cielo volvió a verse celeste, y recuperamos la hermosa vista que nos daban los campos alrededor. Al mirar por el espejo retrovisor me di cuenta de que la niebla atrás permanecía sobre la ruta, por lo que hubiera sido mala y peligrosa idea parar sobre la banquina a esperar que se disipara la niebla.

Al vivir esta experiencia, reflexioné que a veces atravesamos por bancos de nieblas espirituales o emocionales. Por momentos anda todo bien en nuestra vida y por momentos pareciera que todo sale mal. A veces los desafíos pueden bloquear nuestra visión eterna de las cosas, aparece la frustración, la enfermedad, la incertidumbre, el temor, el estrés, entre otras cosas.

Esa experiencia en la ruta me llevó a meditar en mis pruebas, que llegan a ser como bancos de nieblas, que aparecen y desaparecen. Aprendí que, si continúo andando, si sigo en la senda de los convenios, permaneceré segura, pase lo que pase.

En esos momentos en los que atravesamos esos bancos de niebla espiritual, decidir parar, dejar de asistir a la iglesia, dejar de servir al Señor y esperar en la apatía nos evita progresar y nos impide seguir en nuestro progreso eterno.

La línea blanca demarcada en el asfalto sobre el borde de la ruta es una representación del Salvador y Sus mandamientos. El fijar nuestro enfoque en la obediencia nos permite permanecer en la senda y estar seguros, el dejar de mirar al Salvador y Su ley nos puede llevar a terminar fuera de la ruta, en lugares que seguramente no quisiéramos estar ni llevar a nuestra familia.

Las líneas entrecortadas que están en el medio de la ruta, y que nos separan de los que vienen de frente, son los convenios que hacemos con Dios, los convenios que nos mantienen a salvo. El traspasar esos convenios o desatenderlos, nos puede llevar a chocar con el mundo que va en contra de lo que creemos.

Ese día comprendí que los bancos de niebla siempre estarán en el camino. Son parte esencial de nuestra probación terrenal. Depende de nuestra actitud el que continuemos andando por la fe o nos paralicemos por el temor.

Entendí que, a nuestro alrededor, en nuestro vehículo no viajamos solos, está nuestra familia, nuestros amigos, líderes y, por sobre todo, el Salvador, quien conoce la ruta a la perfección.

La belleza que disfrutamos al seguir andando es grandiosa e inimaginable. Estoy agradecida por el Plan de Salvación que me permite tener una visión eterna de las cosas, por los bancos de niebla que me permiten valorar los días bellos y por la expiación de Jesucristo, quien atravesó y disipó el mayor de todos los bancos de niebla: el pecado y la muerte; y me permite ser feliz aun atravesando lo difícil.