2023
¿Cómo enseñamos sobre Jesucristo mientras pasamos por pruebas difíciles?
Enero de 2023


Páginas Locales

¿Cómo enseñamos sobre Jesucristo mientras pasamos por pruebas difíciles?

Hace alrededor de cinco años, nuestra familia tuvo la triste noticia de la enfermedad de mi madre. Ella fue diagnosticada con fibrosis pulmonar, una enfermedad donde los pulmones gradualmente se secan y la capacidad de oxígeno en el cuerpo con el tiempo se reduce hasta no respirar más. La única manera en que se puede curar esta enfermedad es con un trasplante de pulmón, el cual es muy costoso y no todos son elegibles.

Desde el comienzo, a pesar de ser diagnosticada con la enfermedad, mi madre pasó por momentos muy difíciles que solo le daban un bajo porcentaje de vida. Mi padre y mis hermanos, aun con la poca esperanza que daban los médicos, no calificaban como donantes, y su corazón débil no aguantaría la operación. Nunca perdimos la fe. Los médicos no estaban seguros de que pasaría la noche y nos pidieron que nos preparáramos con los arreglos funerales. Uno de los doctores de infectología que atendía a mi madre siempre veía cuando mi padre o un poseedor del sacerdocio le daba una bendición de salud en los momentos más difíciles de su enfermedad, y este no era la excepción. Él no era miembro de la Iglesia, pero sabía que esas oraciones tenían un poder que no podía describir. El doctor se unía en oración con mucha fe, escuchando y viendo cómo las oraciones eran tan poderosas.

Y esa noche el milagro ocurrió. Mi madre pudo pasar la noche y sobrevivió. Con el tiempo fue mejorando y salió del hospital caminando. No me puedo imaginar todo el amor de Jesucristo que pudo sentir aquel doctor de infectología. Estoy segura de que esta experiencia que vivió gracias a una prueba difícil de un paciente y ejemplo de fe de la familia, amigos y hermanos, incluso de mi madre, ayudó a conocer y obtener el testimonio que Jesucristo es un Dios vivo que hace milagros.

Aunque mi madre falleció cuatro años después por esta enfermedad, fue un gran ejemplo de enseñanza y amor por Dios, preparó a la familia para su futura partida, fortaleció a doctores, enfermeros, a mi padre, a sus hijos y nietos, hermanos de la Iglesia y a toda persona que la ministró.

Gracias a esta prueba inmensa que como hija y familia pasamos, aprendimos que todo tiene un propósito en la vida, es parte del plan del Señor. Tomemos el tiempo de analizar las pruebas que pasemos y no perdamos la oportunidad de enseñar y aprender de ellas.

“He aquí, esta es la promesa del Señor a vosotros, oh mis siervos.

“Sed de buen ánimo, pues, y no temáis, porque yo, el Señor, estoy con vosotros y os ampararé; y testificaréis de mí, sí, Jesucristo, que soy el Hijo del Dios viviente; que fui, que soy y que he de venir” (Doctrina y Convenios 68:5–6).

Yo sé que Jesucristo vive, sé que nos ama. Los milagros existen, las bendiciones del sacerdocio son poderosas y se realizan por medio de la fe; aun dentro de las dificultades hablemos y enseñemos de Jesucristo, Él nos guía y nos protege, nos enseña para crecer y aprender a llegar a ser como Él. Esta es la verdad completa del Evangelio restaurado, así como de Su Iglesia con la debida autoridad y como la organizó Jesús en la antigüedad. Les ruego que nunca dejen de testificar que Él vive.