2021
Ministrar a las personas que tienen problemas de salud
Julio de 2021


Principios de ministración

Ministrar a las personas que tienen problemas de salud

Podemos ser las manos del Señor para dar consuelo y ayuda.

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man delivering groceries

Las enfermedades, las alergias, las discapacidades o la edad pueden afectar la capacidad que un miembro tenga para adorar o servir. Si los hermanos y hermanas ministrantes son sensibles a esas necesidades, hay muchas maneras de ayudar a los miembros que tienen dificultades físicas a fin de que disfruten de las bendiciones del Evangelio.

Después de que a una joven madre se le diagnosticó cáncer, se sintió sola y se llenó de temor. Sin embargo, a medida que la noticia se propagó en su barrio, pronto se vio rodeada del amor y de la atención de las hermanas. Cuando comenzó a recibir el difícil tratamiento, había hermanas que la llevaban a sus citas y se sentaban con ella durante las largas sesiones de quimioterapia. Oraban con ella, le daban ánimo, le llevaban los pocos alimentos que podía comer y le llevaban comida a su familia semana tras semana. Otras hermanas apartaban tiempo de su ajetreada vida para limpiarle la casa. Una hermana sabía que ciertos tratamientos harían difícil conciliar el sueño, por lo que hizo planes para visitarla por la noche para ver películas de comedia. En lugar de permanecer en cama sin poder dormir, la joven madre pudo hacer a un lado sus temores por un tiempo y sentir el poder sanador de la risa y la amistad. Por medio de esa ministración, de bendiciones del sacerdocio y de ayunos del barrio, pudo salir de una época sumamente difícil y formar fuertes lazos de amor con todas las personas que participaron en su cuidado.

No siempre es fácil ministrar a personas que tienen problemas de salud, pero podemos seguir el ejemplo del Salvador de tender la mano con amor a nuestros hermanos y hermanas cuando se presenten problemas de salud. Podemos ser las manos de Él para dar consuelo y ayuda a quienes nos rodean, incluso a aquellos cuyos problemas no sean fácilmente visibles a simple vista.

Ideas para considerar

1. Respete la privacidad de las personas. Algunas personas sienten vergüenza de tener problemas de salud que quizás a usted no le molesten en lo absoluto. Siempre pregúnteles si está bien si usted habla a otras personas sobre su situación, antes de hacerlo.

2. Recomiende la atención médica establecida. Evite recomendar productos o servicios para la salud cuya eficacia no se haya comprobado o que estén fuera de la atención médica establecida. Comparta ideas y experiencias conforme sienta la impresión de hacerlo, pero aliente a la persona a que investigue por su cuenta y consulte a profesionales médicos competentes.

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adult woman helps her mother put on clothing

Ilustraciones fotográficas de Getty Images.

3. Brinde servicio a las personas y ore por ellas. Si una persona afronta problemas de salud ocasionales a corto plazo o una situación previsible como el nacimiento de un bebé o una cirugía, el servicio, la comida, los actos de bondad y las oraciones muestran que usted se preocupa por ella. En una emergencia, su disposición inmediata a ayudar puede ser de mucho valor.

4. Ayude a empoderar a la persona. Por crucial que sean la ayuda y el servicio, las personas necesitan más que eso, sobre todo si afrontan problemas de salud serios o a largo plazo. Puede que también necesiten ayuda para aprender a hacer lo siguiente por su cuenta:

  1. Determinar sus necesidades. ¿Qué sabe la persona, hasta el momento, de su condición? ¿Cómo se siente al respecto? ¿Cuáles son sus preocupaciones inmediatas y futuras? Escuche con compasión y sin juzgar a fin de ayudar a la persona a enfrentar la realidad con franqueza.

  2. Recordar sus puntos fuertes. Pregunte en cuanto a otros tipos de adversidad que la persona haya enfrentado y lo que haya aprendido a raíz de esas experiencias. Señale las cualidades, los valores y las aptitudes que haya observado en ella. Pregunte cuáles son los valores más importantes para ella en esta nueva situación. ¿Cómo podría vivir esos valores?

  3. Elaborar un plan. ¿Qué decisiones deben tomarse pronto y que información adicional necesita la persona para tomarlas? ¿Qué ayuda o recursos necesita de inmediato, y qué necesitará a largo plazo? ¿Qué opciones considera que tiene? ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de cada una de ellas?

  4. Organizar un equipo que le ayude. ¿Quiénes pueden ayudar? La familia inmediata tiene la responsabilidad primordial de ayudar, aunque otros parientes, amigos, otros miembros del barrio, profesionales de la salud, servicios públicos disponibles, usted y su compañero o compañera, y el Espíritu Santo pueden formar parte del equipo. Según sea apropiado y con el permiso de la persona, cuente con la participación de la presidenta de la Sociedad de Socorro y del presidente del cuórum de élderes para que le ayuden a explorar la forma realista en que usted, otros miembros y los recursos de la Iglesia podrían ayudar.

  5. Invitar al Espíritu. Ore con la persona y por ella, invitando al Señor a que confirme y guíe las decisiones que ella tome, y le ayude a sentir Su amor.