2021
Un momento personal con el Salvador
Junio de 2021


Un momento personal con el Salvador

Fue una de esas experiencias que solo se tienen una vez en la vida, ¿o realmente fue así?

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actors in the Hill Cumorah Pageant

Abajo: fotografías cortesía de la autora.

A través de los árboles se escuchaba el eco de los gritos de la gente que huía de la lava y las rocas que caían. Me quedé detrás del escenario escuchando la banda sonora que resonaba por los altavoces al otro lado del cerro.

Ese verano, participé en el espectáculo al aire libre del Cerro Cumorah, donde se representaban varios acontecimientos del Libro de Mormón. Se me había asignado el papel de bailarina de las cosechas (véase 1 Nefi 18:23–24) y de incrédula (véase 3 Nefi 1:4–21), pero en la siguiente escena participábamos todos, incluso el personal.

Un reflector iluminó a un personaje vestido de blanco que daba la apariencia de flotar por encima del nivel más alto del escenario. Por supuesto que no era el Salvador, sino un estudiante universitario voluntario igual que yo. Sin embargo, en ese momento en el escenario, me imaginé que el auténtico Salvador estaba ahí en su lugar.

Lo imaginé caminando hacia mí y que yo lo miraba a los ojos. El Espíritu invadió mi ser con un caudal de sentimientos. En ese momento, me imaginé lo que debe ser ver a mi verdadero Salvador. Atesoré esa experiencia espiritual única.

Seis meses después, una declaración del obispo W. Christopher Waddell, que en ese entonces era el Segundo Consejero del Obispado Presidente, cambió mi perspectiva: “Cada domingo podemos tener una experiencia similar a la que contaron los sobrevivientes de la seria destrucción que tuvo lugar al momento de la crucifixión del Salvador, como se describe en el Libro de Mormón”1.

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sacrament bread and water

Quedé atónita. ¿Acaso era posible que sintiera cada semana lo mismo que había sentido esa noche en el escenario? Mientras más pensaba al respecto, mejor entendía que participar de la Santa Cena constituye una experiencia personal con el Salvador, casi como arrodillarse frente a Él y sentir las marcas de los clavos en Sus manos y pies.

No hace falta participar en un espectáculo para sentir el amor del Salvador y comprender o visualizar un momento personal con Él. Cada semana tenemos esa oportunidad. Cada domingo, Él está dispuesto a mostrarnos Su amor y comprensión. Todo lo que tenemos que hacer es venir a Él.

Nota

  1. W. Christopher Waddell, “Are You Ready?” (Devocional de la Universidad Brigham Young, 5 de noviembre de 2019), pág. 6, speeches.byu.edu.