2020
Un buen fundamento para [el tiempo que está] por venir
Mayo de 2020


Un buen fundamento para [el tiempo que está] por venir

Durante los próximos años, ruego que permitamos que estas mejoras que se hagan en el Templo de Salt Lake nos conmuevan e inspiren.

La historia del Templo de Salt Lake

Remontémonos a la calurosa tarde del 24 de julio de 1847, alrededor de las dos de la tarde. Luego de un difícil viaje de 111 días con 148 miembros de la Iglesia que conformaban el primer grupo en dirigirse hacia el oeste, Brigham Young, el entonces Presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles, enfermo y débil a causa de la fiebre propia de las montañas, entró en el valle del Lago Salado.

Dos días más tarde, mientras se recuperaba de su enfermedad, Brigham Young dirigió a varios miembros del Cuórum de los Doce Apóstoles y a otras personas en una expedición con el fin de explorar. William Clayton lo registró así: “A unos 1200 metros al norte del campamento, llegamos a una hermosa meseta, llana e inclinada ligeramente hacia el oeste”1.

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Brigham Young en el terreno del templo
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Brigham Young marca el lugar para el templo
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Marca el lugar para el templo

Mientras inspeccionaba el lugar con el grupo, Brigham Young se detuvo de repente y con su bastón golpeó la tierra exclamando: “Aquí estará el templo de nuestro Dios”. Uno de sus acompañantes era el élder Wilford Woodruff, quien dijo que esa declaración “lo atravesó como un relámpago” y clavó una rama en la tierra para marcar la huella que dejó el bastón del presidente Young. Se escogieron unas 16 hectáreas (40 acres) para el templo y se decidió que la ciudad debía construirse “formando un cuadrado perfecto, al norte y al sur, al este y al oeste”, y que el templo debía ocupar el lugar central2.

En la Conferencia General de abril de 1851, los miembros de la Iglesia votaron unánimemente para sostener la moción de construir un templo “en el nombre del Señor”3. Dos años más tarde, el 14 de febrero de 1853, Heber C. Kimball dedicó ese lugar en una ceremonia pública, a la que asistieron varios miles de santos y se dio la primera palada de los cimientos del Templo de Salt Lake. Meses después, el 6 de abril, se colocaron y dedicaron las enormes piedras angulares del templo, en unas elaboradas ceremonias que incluyeron bastoneros y bandas de marcha, y una procesión encabezada por líderes de la Iglesia desde el antiguo tabernáculo hasta el terreno del templo, y se ofrecieron discursos y oraciones en cada una de las cuatro piedras4.

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Cimientos del Templo de Salt Lake
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Brigham Young

En la ceremonia de la palada inicial, el presidente Young recordó que había tenido una visión al pisar por primera vez ese lugar, cuando inspeccionaban el terreno del valle, y declaró: “Supe [entonces], así como sé ahora, que este era el terreno en el que se debía erigir un templo; el lugar se encontraba ante mí”5.

Diez años después, Brigham Young hizo la siguiente declaración profética durante la Conferencia General de octubre de 1863: “Quiero ver [el] templo edificado de manera que resista durante todo el Milenio. Este no será el único templo que construyamos; habrá cientos de templos edificados y dedicados al Señor. Este templo será conocido como el primer templo edificado en las montañas por los Santos de los Últimos Días […]. Quiero que ese templo […] se erija como un orgulloso monumento a la fe, la perseverancia y la laboriosidad de los santos de Dios en las montañas”6.

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El Templo de Salt Lake en construcción
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El Templo de Salt Lake en construcción

Al repasar este breve relato, me maravilla la videncia de Brigham Young: en primer lugar, al asegurarse de que, en la medida de lo posible y con los métodos de construcción disponibles en esa época y lugar, el Templo de Salt Lake se construyera de forma que pudiera resistir durante todo el Milenio; y, en segundo lugar, al profetizar acerca de la proliferación de futuros templos en todo el mundo, incluso por centenares.

La renovación del Templo de Salt Lake

Al igual que Brigham Young, nuestro profeta actual inspecciona el Templo de Salt Lake y el resto de los templos con mucho cuidado. A lo largo de los años, la Primera Presidencia ha deliberado en consejo, ocasionalmente, con el Obispado Presidente para asegurarse de que los cimientos del Templo de Salt Lake sean sólidos. Cuando yo prestaba servicio en el Obispado Presidente, a petición de la Primera Presidencia, hicimos una inspección general de las instalaciones del Templo de Salt Lake, que incluía una evaluación de los últimos avances en las técnicas de diseño y construcción antisísmicas.

Estas son partes de la evaluación que se presentó en aquel entonces a la Primera Presidencia: “En el diseño y la construcción del Templo de Salt Lake se utilizaron los mejores recursos de ingeniería, mano de obra especializada, materiales de construcción, mobiliario y otros recursos disponibles de esa época. Desde su dedicación en 1893, el templo ha permanecido firme y ha servido como un emblema de fe [y] esperanza y una luz para las personas. Se ha tenido sumo cuidado en manejar, limpiar y mantener el templo en buenas condiciones. El exterior de granito y los travesaños y las vigas de soporte del suelo interior se encuentran en buen estado. Hay estudios recientes que confirman que el lugar escogido por Brigham Young para el templo tiene un suelo muy bueno y cualidades de compactación excelentes”7.

Como conclusión, la evaluación determinaba que se necesitaban reparaciones y mejoras para renovar y actualizar el templo, incluso la cubierta exterior y las áreas superficiales, los sistemas obsoletos de servicios públicos y las zonas del bautisterio. No obstante, se recomendó también que se considerara una mejora antisísmica más exhaustiva, que debía realizarse empezando en los cimientos del templo y hacia arriba.

Los cimientos del templo

Como recordarán, el presidente Brigham Young participó personalmente, y con gran detalle, en la construcción de los cimientos originales del templo, que han sido de gran utilidad para este desde su finalización hace 127 años. El nuevo paquete de mejoras antisísmicas propuesto para el templo utilizaría una tecnología de aislamiento de la base, algo que ni siquiera se podría haber pensado en el momento de su construcción. Se considera que estas mejoras representan la ingeniería más novedosa y avanzada para la protección contra terremotos.

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Plano de la renovación del templo
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Plano de la renovación del templo

Esta tecnología, de desarrollo reciente, comienza en los mismos cimientos del templo y aporta una sólida defensa contra daños en un terremoto. Básicamente, refuerza estructuralmente el templo para que se mantenga firme, aunque el terreno y su entorno se vean sometidos a un terremoto impactante.

La Primera Presidencia anunció el año pasado que en la renovación del templo se utilizaría esa tecnología. Bajo la dirección del Obispado Presidente, la construcción comenzó hace unos meses, en enero de 2020. Se calcula que se terminará en cuatro años aproximadamente.

Asegurar sus cimientos personales

Cuando contemplo los próximos cuatro años de la vida de este hermoso, noble, exaltado e impresionante Templo de Salt Lake, los imagino como un tiempo de renovación más que un tiempo de clausura. De manera similar, podríamos preguntarnos: “¿En qué forma esta extensa renovación del Templo de Salt Lake podría inspirarnos a experimentar nuestra propia renovación, reconstrucción, renacimiento o restauración espiritual?”.

Una mirada introspectiva podría revelar que también nosotros y nuestra familia podríamos beneficiarnos de realizar una labor de mantenimiento y renovación necesarios, ¡e incluso mejoras antisísmicas! Podríamos iniciar ese proceso preguntándonos:

“¿Cómo son mis cimientos?”.

“¿Cuáles son los componentes de las piedras angulares de paredes gruesas, estables y fuertes que forman parte de mis cimientos personales, en los que se apoya mi testimonio?”.

“¿Cuáles son los elementos fundacionales de mi carácter espiritual y emocional que nos permitan, a mí y a mi familia, permanecer firmes e inamovibles, e incluso resistir los impactantes y tumultuosos terremotos que con certeza tendrán lugar en nuestra vida?”.

Estos acontecimientos, similares a un terremoto, suelen ser difíciles de predecir y se presentan en distintos niveles de intensidad: batallar contra preguntas o dudas, afrontar la aflicción o la adversidad, o esforzarse por superar ofensas personales relacionadas con líderes, miembros, doctrina o normas de la Iglesia. La mejor defensa contra todo ello se encuentra en nuestros cimientos espirituales.

¿Cuáles podrían ser las piedras angulares espirituales de nuestra vida personal y familiar? Quizá sean los principios simples, sencillos y preciados de vivir el Evangelio: la oración familiar; el estudio de las Escrituras, incluido el Libro de Mormón; la asistencia al templo; y el aprendizaje del Evangelio por medio de Ven, sígueme y la noche de hogar. Otros recursos útiles para reforzar sus cimientos espirituales podrían incluir los Artículos de Fe, la proclamación sobre la familia y “El Cristo Viviente”.

Para mí, los principios incluidos en las preguntas que se analizan como parte de la obtención de una recomendación para el templo constituyen una base fuerte para un cimiento espiritual, en particular las primeras cuatro preguntas. Las considero piedras angulares espirituales.

Obviamente, estamos familiarizados con esas preguntas que el presidente Russell M. Nelson nos leyó, una por una, en la última conferencia general.

  1. ¿Tiene fe en Dios el Eterno Padre, en Su Hijo Jesucristo y en el Espíritu Santo, y tiene un testimonio de Ellos?

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    La Trinidad
  2. ¿Tiene un testimonio de la expiación de Jesucristo y de la función que Él tiene como su Salvador y Redentor?

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    La expiación de Jesucristo
  3. ¿Tiene un testimonio de la restauración del evangelio de Jesucristo?

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    La Restauración
  4. ¿Apoya al Presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días como el profeta, vidente y revelador; y lo reconoce como la única persona sobre la tierra autorizada para ejercer todas las llaves del sacerdocio?8.

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    Profetas

¿Pueden ver cómo podrían considerar que estas preguntas son elementos valiosos para sus cimientos personales que sirvan de ayuda para edificarlos y reforzarlos? Pablo enseñó a los efesios acerca de una iglesia “edificad[a] sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor”9.

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El templo con un sólido cimiento

Uno de los mayores gozos de mi vida es poder conocer a miembros de la Iglesia de todo el mundo y sentirme inspirado por ellos, quienes son ejemplos vivientes de la fe en Jesucristo y en Su evangelio. Tienen cimientos personales fuertes que les permiten resistir terremotos con una comprensión constante, a pesar de su tristeza y dolor.

Para reflejar esto de una manera más personal, hace poco hablé en el funeral de una hermosa, enérgica y joven esposa y madre (que también era amiga de nuestra familia). Ella era una decidida jugadora de fútbol de primera división cuando conoció a su esposo y se casó con él, quien estudiaba odontología. Fueron bendecidos con una hermosa y precoz hija. Ella se enfrentó valientemente a varios tipos de cáncer durante seis difíciles años. A pesar de la aflicción emocional y física que siempre estaba presente en su vida, ella confiaba en su amoroso Padre Celestial y, con frecuencia, muchos de sus seguidores en las redes sociales citaban una frase por la que era muy conocida: “Dios está en los detalles”.

En una de sus publicaciones en las redes sociales, escribió que alguien le había preguntado: “¿Cómo puedes seguir teniendo fe con todo el dolor que te rodea?”. Ella respondió firmemente con estas palabras: “Porque la fe es lo que me hace seguir adelante en estos oscuros momentos. Tener fe no significa que no te vaya a ocurrir nada malo. Tener fe me permite creer que de nuevo habrá luz; y esa luz será incluso más brillante porque he caminado a través de la oscuridad. Por mucha oscuridad que haya presenciado a lo largo de los años, he sido testigo de mucha más luz. He visto milagros, he sentido la presencia de ángeles, he sabido que mi Padre Celestial me sostenía. No habría experimentado nada de eso si la vida fuera fácil. Quizá desconozca el futuro de esta vida, pero no es así con mi fe. Si escojo no tener fe, estoy escogiendo caminar únicamente en la oscuridad; porque sin fe, lo único que queda es oscuridad”10.

Su inquebrantable testimonio de fe en el Señor Jesucristo —en sus palabras y en sus actos— fue una inspiración para los demás. Aunque su cuerpo estaba débil, elevó a otros para que fueran más fuertes.

Pienso en otros innumerables miembros de la Iglesia, guerreros como esta hermana, que caminan cada día con fe, esforzándose por ser discípulos verdaderos e inmutables de nuestro Salvador, Jesucristo. Aprenden de Cristo, predican de Cristo y se esfuerzan por imitarlo. Ya sea que los días de su vida afronten un terreno firme o movedizo, sus cimientos espirituales son fuertes e inamovibles.

Ellos son las almas devotas que entienden el profundo significado de la letra del himno “Qué firmes cimientos, oh santos de Dios” y “si ya os promete ser vuestro Defensor”11. Me siento infinitamente agradecido por poder caminar entre aquellos que han preparado unos cimientos espirituales dignos del nombre de santos y que se encuentran suficientemente fuertes y seguros como para soportar las muchas conmociones de la vida.

Creo que no puedo exagerar la importancia que tienen tales cimientos firmes en nuestra vida personal. Esta verdad se enseña a nuestros niños de la Primaria, aun cuando son muy pequeños:

En roca el hombre sabio construyó

y la lluvia descendió

La lluvia cayó y todo se inundó

y la casa en la roca se quedó12.

Las Escrituras refuerzan esta doctrina fundacional. El Salvador enseñó al pueblo del continente americano:

“… Y si hacéis siempre estas cosas, benditos sois, porque estáis edificados sobre mi roca.

“Pero aquellos que de entre vosotros hagan más o menos que esto, no están edificados sobre mi roca, sino sobre un cimiento arenoso; y cuando caiga la lluvia, y vengan los torrentes, y soplen los vientos, y den contra ellos, caerán”13.

Los líderes de la Iglesia esperan sinceramente que las importantes renovaciones del Templo de Salt Lake contribuyan a que se cumpla el deseo de Brigham Young de ver “el templo edificado de manera que resista durante todo el Milenio”. Durante los próximos años, ruego que permitamos que estas mejoras que se hagan en el Templo de Salt Lake nos conmuevan e inspiren, individualmente y en familia, para que también nosotros —metafóricamente— estemos “edificados de manera que resistamos durante todo el Milenio”.

Así lo haremos conforme llevemos a cabo el encargo del apóstol Pablo de ir “atesorando para [nosotros] un buen fundamento para [el tiempo que está] por venir, que eche[mos] mano de la vida eterna”14. Ruego fervientemente que nuestros cimientos espirituales sean seguros y firmes, que nuestro testimonio de la expiación de Jesucristo y de Su función como nuestro Salvador y Redentor se convierta en nuestra principal piedra angular, de quien testifico en Su nombre, sí, Jesucristo. Amén.

Notas

  1. Diario de William Clayton, 26 de julio de 1847, Biblioteca de Historia de la Iglesia, Salt Lake City.

  2. Véase “At the Tabernacle, Presidents Woodruff and Smith Address the Saints Yesterday Afternoon”, Deseret Evening News, 30 de agosto de 1897, pág. 5; “Pioneers’ Day”, Deseret Evening News, 26 de julio de 1880, pág. 2; diario de Wilford Woodruff, 28 de julio de 1847, Biblioteca de Historia de la Iglesia, Salt Lake City.

  3. “Minutes of the General Conference of the Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, held at Great Salt Lake City, State of Deseret, April 6, 1851”, Deseret News, 19 de abril de 1851, pág. 241.

  4. Véanse “The Temple”, Deseret News, 19 de febrero de 1853, pág. 130; “Minutes of the General Conference”, Deseret News, 16de abril de 1853, pág. 146; “Minutes of the General Conference”, Deseret News, 30 de abril de 1853, pág. 150.

  5. “Address by President Brigham Young”, Millennial Star, 22 de abril de 1854, pág. 241.

  6. “Remarks by President Brigham Young”, Deseret News, 14 de octubre de 1863, pág. 97.

  7. Presentación sobre el Templo de Salt Lake a la Primera Presidencia, realizada por el Obispado Presidente en octubre de 2015.

  8. Véase Russell M. Nelson, “Palabras de clausura”, Liahona, noviembre de 2019, pág. 120.

  9. Efesios 2:20–21.

  10. Publicación en redes sociales de Kim Olsen White.

  11. “Qué firmes cimientos”, Himnos, nro. 40.

  12. “El sabio y el imprudente”, Canciones para los niños, pág. 132; se quitó la cursiva del original en este caso.

  13. 3 Nefi 18:12–13; cursiva agregada.

  14. 1 Timoteo 6:19; cursiva agregada.