2020
¡El Barrio Ubon puede hacerlo!
Marzo de 2020


¡El Barrio Ubon puede hacerlo!

El autor vive en Isan, Tailandia.

Los miembros de nuestro barrio raras veces estábamos todos juntos, incluso en la Iglesia. ¿Qué podíamos hacer para reunirnos todos juntos?

Imagen
Photograph of Ubon Ward

El clima, la distancia y los horarios escolares impiden que muchos miembros tailandeses asistan a la Iglesia, por lo que el Barrio Ubon decidió fijar una fecha y alentar al mayor número posible de personas a asistir.

Muchos miembros aquí en Tailandia tienen dificultades para asistir a la Iglesia debido a reuniones escolares, el mal tiempo (la mayoría de nuestros miembros viajan en motocicleta) y la distancia. Los miembros de mi barrio, el Barrio Ubon, enfrentan todos esos desafíos y más, lo que hace que sea difícil asistir a la Iglesia.

Un domingo, me preguntaba cómo podíamos ayudar a los miembros a reconocer las bendiciones de ejercer la fe para adorar juntos con más frecuencia. Se me ocurrió esta idea: “¿Y si eligiésemos un domingo para centrarnos en que todos los miembros fueran a la Iglesia ese día?”. Si lográbamos que todos asistieran el mismo día, eso permitiría que los miembros realmente vieran y sintieran la fuerza del barrio.

A otros líderes y miembros del barrio les gustó la idea y empezaron a participar en la planificación. Decidimos una fecha, el 17 de junio de 2018, el domingo más cercano al aniversario de la creación de la Estaca Ubon, Tailandia, y comenzamos a enviar mensajes al respecto por medio de las redes sociales. Llamamos al evento: “¡Vayamos a la Iglesia el mismo domingo! 200 asistentes a la reunión sacramental — El Barrio Ubon puede hacerlo”.

Prácticamente todo el barrio participó en alentarse mutuamente a asistir. Todos seguían enviando mensajes para convencer a los demás de que se unieran al evento. Los miembros también invitaron a miembros que estaban volviendo a la Iglesia y a amigos que no eran miembros. ¡Y mucha gente dijo que sí!

Nos dimos cuenta de que se trataba de algo más que un simple evento divertido para ver cuántas personas podían asistir. Queríamos que fuera una experiencia especialmente espiritual para ayudar a motivar a los miembros a que dieran prioridad a asistir a la reunión sacramental. De modo que, en los meses previos al evento, el obispado alentó a las personas a evitar cualquier actividad que pudiera restarle importancia a la Santa Cena o a la adoración al Señor.

Incluso hicimos marcadores de libros para ayudar a las personas a recordar el evento y el Espíritu que sabíamos que nos acompañaría gracias a los esfuerzos de todos por asistir. El marcador de libros tenía el nombre del evento y también un pasaje de las Escrituras: “Yo dije: Vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Altísimo” (Salmos 82:6). Elegimos ese pasaje porque queríamos que todos se dieran cuenta de que son hijos de Dios y que tienen el potencial de llegar a ser como Él.

Los miembros planificaron durante mucho tiempo para poder asistir en el día establecido. Finalmente, llegó el día, pero también llegaron los obstáculos. Llovió mucho la tarde anterior y continuó lloviendo durante toda la noche. Otro obstáculo para algunos miembros fue que una reunión escolar importante iba a efectuarse al mismo tiempo que las reuniones de la Iglesia.

Pedimos a todos que oraran para que se eliminaran o se superaran esos obstáculos. Alrededor de las siete de la mañana del domingo, dejó de llover. Cuando llegamos a la Iglesia, encontramos a esas familias que tenían que asistir a la reunión escolar. Cuando les preguntamos sobre su otra reunión, dijeron: “Primero tenemos que venir a la reunión sacramental”. Fue un gran testimonio para mí de la importancia de la Santa Cena del Señor.

Los miembros llevaron a muchos amigos y vecinos a la reunión. ¡Una hermana del barrio llevó a ocho amigos que nunca antes habían ido a la Iglesia! A medida que iban llegando más y más personas, fue necesario abrir la sala adyacente. ¡El recuento de la asistencia a la reunión sacramental fue de 215 personas! Durante toda la reunión, pude sentir que el Espíritu Santo estaba con nosotros y que Dios nos ayudó a tener éxito en esa labor.

Después de ese increíble domingo, aumentó el número de personas que asisten con regularidad a la reunión sacramental, entre ellas tres poseedores del Sacerdocio de Melquisedec que también comenzaron a asistir a la Iglesia con sus familias. En una familia, incluso, fueron bautizados y confirmaron dos de sus hijos al mes siguiente.

Nuestros líderes de estaca vieron lo buena que esa experiencia fue para nuestro barrio y decidieron llevar a cabo un evento similar. Para el evento de estaca, cada uno de los miembros de la estaca se comprometió a asistir a su propio barrio el mismo domingo. La actividad también tuvo gran éxito en toda la estaca. ¡Sé que en un barrio de nuestra estaca asistieron 208 personas! Siento una gran gratitud por las bendiciones que yo, mi barrio y mi estaca hemos recibido debido a esos eventos y por el Espíritu que sentimos al prepararnos y participar en ellos.