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Las bendiciones de estudiar Ven, sígueme en el hogar
Cada familia tiene sus propios retos en el estudio de Ven, sígueme. Para mi familia el principal desafío ha sido organizar nuestros horarios, ya que mi hermana mayor está por terminar la universidad; mi papá con su trabajo y sus responsabilidades en el obispado; mi mamá siempre con ocupaciones del hogar; y yo con la preparatoria y actividades extracurriculares. Sin embargo, me he dado cuenta de que es posible lograrlo cuando todos nos esforzamos por organizar nuestro tiempo, cuando estamos dispuestos a sacrificar algunas actividades para dedicar tiempo a estudiar juntos.
He aprendido que se necesita fe para seguir el consejo de nuestros profetas y he descubierto las bendiciones que se reciben por hacerlo. Durante este programa he valorado mucho más el tiempo con mi familia y la oportunidad de aprender juntos del Salvador Jesucristo, conocer su vida, su poder y sentir el amor que tiene por nosotros.
Durante este año también aprendí más sobre los apóstoles de la antigüedad, su carácter, sus enseñanzas y su testimonio del Salvador.
Con el estudio de Ven, sígueme durante estos meses pude sentir que la unidad y el amor en mi hogar aumentaron, además de sentirme feliz y protegida al esforzarme por seguir el consejo del presidente Russell M. Nelson.