2019
Jesucristo: La fuente del gozo duradero
Diciembre de 2019


Jesucristo: La fuente del gozo duradero

Tomado de “That They Might Have Joy”, discurso pronunciado en un devocional de la Universidad Brigham Young el 4 de diciembre de 2018.

Todo miembro de la Iglesia restaurada del Señor que se esfuerza por recordar y honrar los convenios sagrados y guardar los mandamientos puede recibir el don del gozo duradero.

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Nativity scene

Nacimiento, por Michael Malm.

Hace poco, estuve en una reunión de testimonios sumamente espiritual y escuché con atención cuando una devota hermana declaró: “Siento gran gozo por el plan de salvación del Padre”.

De inmediato me di cuenta de que esa mujer no estaba simplemente expresando palabras conocidas; la luz que brillaba en sus ojos, el tono de su voz, digno y espiritual, su rostro resplandeciente y sereno, todo en ella afirmaba la veracidad de lo que decía. La embargaba el gozo; irradiaba alegría. De hecho, se estaba volviendo más como el Salvador y estaba recibiendo la imagen de Él en su rostro (véase Alma 5:14), parte de lo cual era llenarse de gozo.

Su expresión de fe me hizo recordar la letra de varios himnos conocidos:

Con fe confiamos en Nuestro Señor,

Él paz y gozo nos dará1.

Santos, venid, sin miedo, sin temor,

mas con gozo andad…

Mejor nos es el procurar

afán inútil alejar,

y paz será el galardón.

¡Oh, está todo bien!2.

Gozoso, canto con fervor:

Yo sé que vive mi Señor3.

Y en esta época navideña entonaremos:

“Buenas nuevas de gran gozo traigo

a ustedes y a toda la humanidad”4.

Y

¡Regocijad! Jesús nació,

del mundo Salvador…

loor resonará,

loor resonará,

y gran loor resonará5.

Desde que pasó a ser el Presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, el presidente Russell M. Nelson ha extendido con frecuencia una invitación a la gente del mundo que incluye la promesa de gozo: “Nuestro mensaje al mundo es sencillo y sincero: invitamos a todos los hijos de Dios en ambos lados del velo a venir a su Salvador, recibir las bendiciones del santo templo, tener gozo duradero y calificar para la vida eterna”6.

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Christ reaching out

Y sanaba a todos, por Michael Malm

¿Qué es exactamente ese gozo sobre el cual cantamos y enseñamos y que tenemos la obligación de brindar a toda la humanidad? ¿Y cómo se obtiene? Reflexionemos ahora sobre las respuestas a estas dos importantes preguntas.

¿Qué es el gozo?

Una definición común de gozo es “un sentimiento de gran placer [o] felicidad”7. Por el contrario, la Guía para el Estudio de las Escrituras describe el gozo como una “[c]ondición de gran felicidad, que es el resultado de vivir con rectitud”8. Algo interesante es que nuestra perspectiva del Evangelio nos ayuda a comprender que el gozo es más que un sentimiento o emoción fugaz; más bien, es un don espiritual y un estado de ser y de llegar a ser. Por esa razón, describí a la hermana que dio su testimonio como si estuviese llena de gozo e irradiara ese mismo gozo.

Como padre sabio y amoroso, Lehi enseñó a sus hijos que el propósito de la vida terrenal es que todas las personas tengan gozo:

“Pero he aquí, todas las cosas han sido hechas según la sabiduría de aquel que todo lo sabe.

“Adán cayó para que los hombres existiesen; y existen los hombres para que tengan gozo” (2 Nefi 2:24–25).

Adán y Eva resumieron las lecciones esenciales que aprendieron del Padre Eterno y de su propia experiencia. Adán declaró: “Bendito sea el nombre de Dios, pues a causa de mi transgresión se han abierto mis ojos, y tendré gozo en esta vida, y en la carne de nuevo veré a Dios” (Moisés 5:10; cursiva agregada).

Y Eva dijo: “De no haber sido por nuestra transgresión, nunca habríamos tenido posteridad, ni hubiéramos conocido jamás el bien y el mal, ni el gozo de nuestra redención, ni la vida eterna que Dios concede a todos los que son obedientes” (Moisés 5:11; cursiva agregada).

El plan de felicidad del Padre permite que Sus hijos obtengan un cuerpo físico y ganen experiencia terrenal, elijan la rectitud en presencia del mal y de la tentación, y ayuden al Padre Celestial con Su gran plan mediante el matrimonio y la paternidad honorables9. Finalmente, en el momento de nuestra resurrección, “el espíritu y el cuerpo [van] a ser reunidos para nunca más ser separados, a fin de recibir una plenitud de gozo” (Doctrina y Convenios 138:17; cursiva agregada).

¿Cómo se obtiene el gozo?

Creo que el contraste que existe entre el gozo proveniente de la rectitud y la diversión mundana es instructivo y nos ayuda a comprender mejor la naturaleza del verdadero gozo. El gozo se recibe al ejercer fe en el Señor Jesucristo, recibir dignamente y honrar fielmente ordenanzas y convenios sagrados, y al esforzarnos por llegar a convertirnos profundamente al Salvador y a Sus propósitos. La diversión es el resultado del “entretenimiento”, una “acción o modo de hablar alegre [y] con frecuencia estrepitoso”, o una distracción agradable10. Un día en las atracciones de Disneylandia es divertido. Prepararse y participar dignamente en la ordenanza de la Santa Cena es gozoso.

El gozo es principalmente espiritual; la diversión es principalmente terrenal. El gozo es principalmente duradero; la diversión es principalmente temporal. El gozo es principalmente profundo y abundante; la diversión es principalmente superficial. El gozo es principalmente íntegro y completo; la diversión es principalmente parcial. El gozo se relaciona principalmente con la mortalidad y la eternidad; la diversión tiene que ver solo con la mortalidad.

Cuán importante es que nunca confundamos ni intercambiemos el gozo duradero y profundo del discipulado devoto con la diversión temporal y superficial.

El Redentor es la fuente máxima y única del gozo duradero y eterno. El profeta Jacob testificó: “Mas he aquí, los justos, los santos del Santo de Israel, aquellos que han creído en el Santo de Israel, quienes han soportado las cruces del mundo y menospreciado la vergüenza de ello, estos heredarán el reino de Dios que fue preparado para ellos desde la fundación del mundo, y su gozo será completo para siempre” (2 Nefi 9:18; cursiva agregada).

La verdadera fuente de gozo

Debido al plan de nuestro Padre Celestial y a la expiación del Salvador, el arrepentimiento sincero nos invita a volvernos a Jesucristo y a depender de Él, la fuente verdadera de gozo. Por favor, consideren detenidamente la respuesta del pueblo del rey Benjamín a las enseñanzas que él les dio acerca de la expiación del Salvador:

“Y ahora bien, aconteció que cuando el rey Benjamín hubo concluido de hablar las palabras que le habían sido comunicadas por el ángel del Señor, miró a su alrededor hacia la multitud, y he aquí, habían caído a tierra, porque el temor del Señor había venido sobre ellos.

“Y se habían visto a sí mismos en su propio estado carnal, aún menos que el polvo de la tierra. Y todos a una voz clamaron, diciendo: ¡Oh, ten misericordia, y aplica la sangre expiatoria de Cristo para que recibamos el perdón de nuestros pecados, y sean purificados nuestros corazones; porque creemos en Jesucristo, el Hijo de Dios, que creó el cielo y la tierra y todas las cosas; el cual bajará entre los hijos de los hombres!

“Y aconteció que después de que hubieron hablado estas palabras, el Espíritu del Señor descendió sobre ellos, y fueron llenos de gozo, habiendo recibido la remisión de sus pecados, y teniendo paz de conciencia a causa de la gran fe que tenían en Jesucristo que había de venir” (Mosíah 4:1–3; cursiva agregada).

Debido al plan de nuestro Padre Celestial y a la expiación del Salvador, la obediencia nos invita a seguir a Jesucristo, la verdadera fuente de gozo. El Salvador dijo a Sus discípulos:

“Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.

“Estas cosas os he hablado para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea completo” (Juan 15:10–11; cursiva agregada).

“… y ningún hombre recibe la plenitud, a menos que guarde sus mandamientos.

“El que guarda sus mandamientos recibe verdad y luz, hasta que es glorificado en la verdad y sabe todas las cosas” (Doctrina y Convenios 93:27–28).

Debido al plan de nuestro Padre Celestial y a la expiación del Salvador, el servicio nos invita a emular el carácter de Jesucristo, la verdadera fuente de gozo. Recientemente leí una declaración de Kevin J Worthen, rector de la Universidad Brigham Young, sobre el gozo profundo. Él dijo: “He llegado a creer que una medida de nuestro progreso eterno es cuánto gozo obtenemos del servicio”11.

Alma, hijo, dijo a su hijo Helamán: “… he trabajado sin cesar para traer almas al arrepentimiento; para traerlas a probar el sumo gozo que yo probé; para que también nazcan de Dios y sean llenas del Espíritu Santo” (Alma 36:24; cursiva agregada).

Recuerden el gozo que sintió Ammón al relatar su obra misional entre los lamanitas:

“… he aquí, mi gozo es completo; sí, mi corazón rebosa de gozo, y me regocijaré en mi Dios…

“He aquí, a cuántos miles de nuestros hermanos ha librado él de los tormentos del infierno, y se sienten movidos a cantar del amor redentor; y esto por el poder de su palabra que está en nosotros; por consiguiente, ¿no tenemos mucha razón para regocijarnos?…

“Este es mi gozo y mi gran agradecimiento; sí, y daré gracias a mi Dios para siempre” (Alma 26:11, 13, 37; cursiva agregada).

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Portrait of Christ

El mal no me hiere, ni penas habrá, por Michael Malm

Debido al plan de nuestro Padre Celestial y a la expiación del Salvador, los desafíos y las aflicciones nos invitan a levantar la vista (véanse Isaías 40:26; Salmos 123:1–2) hacia Jesucristo, la verdadera fuente de gozo. La preciada perspectiva que proporciona el Evangelio restaurado nos permite aprender lecciones que nos preparan para la eternidad a través de las adversidades de la mortalidad. Nuestro sufrimiento y desgracias pueden ser “consumid[o]s en el gozo de Cristo” (Alma 31:38) y consagrados para nuestro provecho (véanse 2 Nefi 2:2), “a fin de que [n]uestra obra sea para el beneficio de [n]uestras almas” (2 Nefi 32:9). Por tanto, el gozo perdura en los momentos y en las experiencias, tanto en los buenos como en los malos, a causa de nuestro conocimiento del plan del Padre y de la expiación del Salvador.

La fe en el Señor Jesucristo, el arrepentimiento, la obediencia, el servicio y una perspectiva del Evangelio acerca de las pruebas que encontramos en la mortalidad nos invitan a acudir a la fuente del gozo duradero: Jesucristo. Los invito a determinar, estudiar y reflexionar, con espíritu de oración, sobre otros principios que nos permitan recibir este importante don espiritual del gozo.

Una gozosa promesa

El gozo duradero no es una bendición reservada para unos pocos elegidos; más bien, todo miembro de la Iglesia restaurada del Señor que se esfuerza por recordar y honrar los convenios sagrados y guardar los mandamientos puede recibir este don, de acuerdo con la voluntad y el tiempo de Dios. En esta época navideña, ruego que cada uno de nosotros se esfuerce por apreciar más plenamente el don supremo del gozo. Al hacerlo, comencemos a ver con nuevos ojos y escuchar con nuevos oídos las palabras “a recibir al Rey”, y “gran loor resonará”, y “Tú serás su Dios”12.

Gozosamente declaro mi firme testimonio de la realidad y la divinidad vivientes del Señor Jesucristo.

Notas

  1. “Los jóvenes santos de Sion”, Liahona, abril de 2000, pág. 24.

  2. “¡Oh, está todo bien!”, Himnos, nro. 17.

  3. “Yo sé que vive mi Señor”, Himnos, nro. 73.

  4. “While Shepherds Watched Their Flocks”, Hymns, nro. 211.

  5. “¡Regocijad! Jesús nació”, Himnos, nro. 123.

  6. Véase Russell M. Nelson, “Trabajemos hoy en la obra”, Liahona, mayo de 2018, págs. 118–119, cursiva agregada.

  7. English Oxford Living Dictionaries, “joy” [gozo], en.oxforddictionaries.com; cursiva agregada.

  8. Guía para el Estudio de las Escrituras, “gozo”, scriptures.ChurchofJesusChrist.org; cursiva agregada.

  9. Véase “La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, Liahona, mayo de 2017, pág. 145.

  10. Merriam-Webster’s Collegiate Dictionary, edición nro. 11, 2003, “fun” [diversión], merriam-webster.com.

  11. Kevin J Worthen, “Enter to Learn; Go Forth to Serve” (discurso de graduación en la Universidad Brigham Young, 16 de agosto de 2018), pág. 3, speeches.byu.edu.

  12. “¡Regocijad! Jesús nació”.