2018
¿Equivale nuestro progreso terrenal a nuestro progreso eterno?
August 2018


Voces de los Santos de los Últimos Días

¿Equivale nuestro progreso terrenal a nuestro progreso eterno?

¿Qué quieres lograr en esta vida? ¿Dónde quieres trabajar? ¿Adónde quieres ir? ¿Cuánto quieres progresar?

Las respuestas a estas preguntas, y lo más importante, el convertirlas en realidad depende de lo que estamos haciendo hoy para prepararnos académicamente, de la mano con la preparación espiritual. En un mundo con cada vez más rivalidad y cada vez más exigente, se nos requiere ser  cada vez más competitivos, que nos exijamos más a nosotros mismos y que demostremos que podemos dar más de lo que se requiere.

Nosotros podemos hacer esto, como hijos de Dios tenemos todo el potencial de hacerlo. Sabemos de dónde venimos y sabemos hacia dónde vamos, por esto podemos ser o llegar a ser los candidatos perfectos para los lugares en los que deseamos trabajar o podemos crear nuestros propios negocios y con esfuerzo hacerlos exitosos.

A veces se nos hace difícil estudiar, se vuelve cansado y a veces tedioso, sin embargo, vale la pena. El seguir adelante en nuestros estudios, si ya vamos dentro; el reanudarlos, si los hemos dejado; o el iniciar, si no hemos empezado, es todo lo que debemos hacer para iniciar a recorrer el camino que nos llevará a cada una de las respuestas que cada uno de nosotros ha dado a las preguntas iniciales y a obtener lo que nuestro Padre Celestial tiene preparado para nosotros.

He tenido la oportunidad de trabajar en lugares en los que de alguna manera siempre quise estar y he tenido muy buen fruto de ellos. Esto ha sido gracias a una constante preparación académica; ha sido muy difícil en ocasiones, pero ha sido gratificante. Para mí es un mandamiento el hacer esto, pues como está escrito en D. y C. 130:18–19, “Cualquier principio de inteligencia que logremos en esta vida se levantará con nosotros en la resurrección; y si en esta vida una persona adquiere más conocimiento e inteligencia que otra, por medio de su diligencia y obediencia, hasta ese grado le llevará la ventaja en el mundo venidero”.

No podemos esperar que automáticamente la vida venidera sea mejor que esta si no estamos siendo diligentes y obedientes en adquirir conocimiento en general. Debemos aprovechar las herramientas que nuestro Padre Celestial nos da por medio de la Iglesia, como el Fondo Perpetuo para la Educación, becas, etc.; pues una buena vida venidera es consecuencia de una buena vida terrenal.