2017
La foto inapropiada
Agosto de 2017


La foto inapropiada

“Defenderé la rectitud y en mí Él podrá confiar” (Canciones para los niños, nro. 85).

Imagen
the bad picture

“¡Eh!, mira esto”. Jack se sacó un papel doblado del bolsillo. “Lo encontré en una revista esta mañana”. Lo desdobló y se lo mostró a Taran, pero este enseguida se dio cuenta de que aquello no era algo que él quisiera mirar, así que apartó la vista y dijo: “No quiero mirar eso”.

Jack se encogió de hombros y volvió a meterse el papel en el bolsillo. “Qué bebé”.

En realidad, a Taran no le importaba.

Cuando llegó a casa, ayudó a su mamá a hacer pan sin levadura para la cena. Acercó una silla a la encimera y la mamá le ató el delantal.

“Mamá”, dijo, “en casa de Ian un amigo suyo trató de mostrarme la foto de una persona sin ropa. Yo aparté la vista y me fui”.

La mamá dejó el recipiente con la masa y dio un abrazo a Taran. “Esa fue una decisión muy buena. Gracias por decírmelo”.

“En la noche de hogar dijiste que eso era lo que había que hacer”, dijo Taran mientras palmeaba las manos llenas de harina y levantaba la masa sobre la repisa de la cocina.

“Me alegro de que te acordaras. ¿Es la primera vez que alguien te muestra una foto inapropiada?”

Taran asintió.

“Bueno, estoy muy contenta de que me lo hayas contado. Sabes que puedes preguntarme cualquier cosa y contarme cualquier cosa, ¿verdad? Y todavía me gustaría saberlo aunque tomaras una decisión incorrecta; así podría ayudar. No me enojaría”, le dijo, al momento que le manchaba la nariz con harina.

Taran sonrió y arrugó su enharinada nariz. “Sí; lo sé”.

Esa noche, después de cenar, el papá dijo: “Hoy alguien quiso mostrarle a Taran una foto inapropiada, como aquellas de las que hemos hablado durante la noche de hogar”.

Reena levantó repentinamente la mano. “¡Recuerdo que hablamos de eso!”. Dhara no era lo suficientemente mayor como para recordarlo, pero también asintió.

“Y entonces ¿qué hiciste?”, preguntó Sonia a Taran.

“No la miré, y me fui de allí”, dijo Taran.

La mamá asintió. “Nos hace muy felices que Taran tomara una decisión tan buena y estamos orgullosos de él por haberme explicado lo que pasó”.

El papá extendió el brazo sobre la mesa para chocar en alto las manos con Tara. “Bien hecho, camarada”. Reena y Dhara aplaudieron, y Sonia dirigió a Taran una gran sonrisa.

“Y para celebrarlo tenemos un postre especial”, dijo el papá. Eso hizo que todos exclamaran de alegría.

La mamá sacó un helado del congelador, y Taran y Sonia corrieron a buscar los tazones y las cucharas.

“Bien, camarada”, dijo el papá, señalando a Taran con la cuchara para servir el helado. “¿De qué sabor lo quieres?”

Mientras todos se disponían a comer sus respectivos helados, la mamá dijo: “Su papá y yo solo queremos que ustedes recuerden que si les preocupa algo o tienen preguntas siempre pueden venir y hablar con nosotros, sea lo que sea. Eso nos hace felices”.

“¿Y tendremos helado?”, preguntó Sonia con una cucharada de chocolate en la mano.

La mamá empezó a reír. “Algunas veces. Pero sobre todo simplemente nos hace felices. Y eso es suficiente”.

Taran asintió mientras se comía la última porción de helado. Decírselo a su mamá le había hecho feliz a él también.