2015
La organización de la Iglesia es divina
Julio de 2015


Lo que creemos

La organización de la Iglesia es divina

Con frecuencia, los miembros nuevos de la Iglesia oyen términos que no han oído antes: llaves del sacerdocio, apartar, imposición de manos, bautismos por los muertos, Mutual, Sociedad de Socorro, etc.; y también oyen términos conocidos que se usan de maneras desconocidas para ellos: diácono, patriarca, obispo, consejeros, Santa Cena, llamamiento, relevo, testimonio, ordenanza y muchos más.

Si se encuentra en esa situación, no se preocupe; cuanto más asista a las reuniones de la Iglesia, estudie las Escrituras y el material para las lecciones, y se relacione con los miembros de la Iglesia, llegará a entender mejor esos términos. Mientras tanto, no dude en preguntar a los miembros del barrio o de la rama, ya que estarían encantados de explicarle cualquier cosa que no entienda.

Los términos como esos son importantes, ya que reflejan la doctrina, las normas, las prácticas y la organización de la Iglesia, las cuales provienen de las Escrituras y por medio de la revelación dada a profetas modernos. Para dirigir Su Iglesia hoy día, el Salvador revela Su voluntad a la Primera Presidencia (el Presidente de la Iglesia y sus dos consejeros) y al Quórum de los Doce Apóstoles. En la actualidad, la Iglesia está organizada básicamente de la misma manera que el Señor la organizó cuando estuvo sobre la Tierra (véase Artículos de Fe 1:6). Al igual que en los tiempos bíblicos, tenemos profetas, apóstoles, miembros de los Setenta, misioneros que salen a predicar de dos en dos, obispos y otros líderes locales.

Todos los que sirven en la Iglesia son voluntarios; se los llama (se les pide servir) por inspiración de sus líderes. Con el tiempo, a usted se le dará un llamamiento: una responsabilidad, una oportunidad para prestar servicio; si la acepta con buena disposición y la cumple lo mejor que le sea posible, el Señor bendecirá sus esfuerzos por servir a Sus hijos. No importa cuáles sean sus antecedentes, usted puede aportar valiosos dones espirituales. Como miembro de la Iglesia, es parte del “cuerpo de Cristo” (véase 1 Corintios 12); su contribución es importante para el funcionamiento de la Iglesia.

Imagen
Product Shot from July 2015 Liahona

Ilustraciones por David Habben.