2015
El primer futuro Día del Padre de Steven
Junio de 2015


El primer futuro Día del Padre de Steven

El autor vive en Queensland, Australia.

Steven enrolló su corbata y se la puso debajo de la barbilla mientras el resto de los niños de la Primaria practicaban la nueva canción. No, él no iba a cantar esa canción.

El padre de nuestro hogar guía a nuestra familia…

Steven miraba por la ventana y para arriba, al techo. Se movía tanto en la silla que casi estaba bailando. No podía cantar aunque quisiera; tenía algo grande y molesto atascado en la garganta. El resto de la Primaria seguía cantando, aprendiendo las nuevas palabras una frase a la vez.

Con la luz de la sabiduría en todo lo justo;

mi padre es bueno conmigo (“Fathers”, Children’s Songbook, pág. 209).

Steven sintió un toquecito en el brazo. Su mamá, que había estado mirando en silencio desde la puerta de la Primaria, lo tiró suavemente del brazo y lo llevó hacia el pasillo. Lejos de sus amigos de la Primaria, Steven no pudo contener las lágrimas. Su mamá le dio un abrazo fuerte y afectuoso.

“Está bien estar triste”, dijo la mamá, dándole palmaditas en la espalda. “Sé que es difícil escuchar y cantar esa canción”.

Steven asintió, y se limpió los ojos. “No quiero cantar para el Día del Padre, porque no tengo papá”. Steven contuvo las lágrimas y se mordió el labio. “Ya no lo quiero llamar papá. No lo he visto en muchísimo tiempo, y ni siquiera quiere ser mi papá”.

Steven trató de no llorar, pero aún podía oír a los niños cantar. Esa canción le causaba un profundo dolor, igual que cuando su papá les escribió y dijo que él y su nueva esposa habían decidido que él ya no vería más a Steven ni a su hermano.

La mamá volvió a abrazarlo y Steven dejó que otras cuantas lágrimas le empaparan la camisa. “Hablaré con la presidenta de la Primaria. No tienes que cantar si no quieres. Pero, escucha; tengo una idea”. La mamá lo miró directamente a los ojos. “Este año no celebraremos el Día del Padre; ¡celebraremos el futuro Día del Padre!”. Ella sonrió y él la miró fijamente:

“¿Cómo? ¿Celebraremos qué?”.

“El futuro Día del Padre; vamos a celebrar lo maravillosos que tú y tu hermano serán algún día cuando sean padres. Tendremos regalos, un pastel y el refresco favorito de ustedes!”.

La mamá lo besó en la frente e intentó arreglarle la corbata torcida. “Steven, tú vas a ser un papá excelente; ya lo puedo ver, porque ya estás pensando en lo que vas a hacer con tus hijos y la clase de papá que serás”.

Cuanto más lo pensaba Steven, más grande era su sonrisa. Abrazó a su mamá y regresó a la Primaria sintiéndose mucho mejor.

Dos semanas después, Steven estaba frente al espejo arreglándose la nueva corbata de moño. ¡Su mamá se la había dado esa mañana para su primer futuro Día del Padre! Steven tomó las Escrituras y caminó hacia la puerta de entrada para dirigirse a la Iglesia.

Con una sonrisa le dijo a su mamá:

“Feliz Día del Padre, mamá”.

La mamá sonrió. “Feliz futuro Día del Padre, Steven”.

Ilustraciones por Alyssa Tallent.