2014
¿Qué debo hacer cuando en la escuela se burlan de mí porque sigo las normas de la Iglesia?
Diciembre de 2014


Preguntas y respuestas

“¿Qué debo hacer cuando en la escuela se burlan de mí porque sigo las normas de la Iglesia?”

Si se burlan de ti porque sigues las normas de la Iglesia, puedes tomarlo como una oportunidad de representar a Jesucristo. Sé respetuoso y caritativo. Si sientes la impresión de hacerlo, podrías explicar por qué vives de la manera que lo haces. Considera utilizar Para la Fortaleza de la Juventud como ayuda para hablar de tus normas. Invita al Espíritu a tu vida para que pueda tocar el corazón de tus compañeros; el Espíritu te puede ayudar a saber qué decir.

También puedes pedir consejo a tus padres, a los líderes de la Iglesia o a los misioneros de tiempo completo; pregúntales cómo respondieron ante situaciones similares.

Es posible que en ocasiones te sientas tentado a discutir con los demás sobre tus creencias, pero recuerda que “aquel que tiene el espíritu de contención no es [de Cristo]” (véase 3 Nefi 11:29).

En otras ocasiones, quizá te sientas presionado a darte por vencido y dejar de seguir las normas de la Iglesia. Sé fuerte; el mantenerte firme no sólo bendecirá tu vida con paz, sino que puede ser una bendición para tus compañeros; tu ejemplo puede animarlos a tomar decisiones correctas.

Para obtener fortaleza, ten presente el ejemplo del Salvador. A Él se lo ridiculizó por defender la verdad (véase Isaías 53), y sabe exactamente cómo te sientes; llevó a cabo la Expiación por ti y sufrió las mismas pruebas que tú enfrentas. Él está contigo; estudia más sobre Su vida para que puedas ser como Él en esas situaciones.

Aférrate a la barra de hierro

Cuando la gente se burla de mí en el colegio, pienso en la visión que Lehi tuvo del edificio grande y espacioso: “…estaba lleno de personas, tanto ancianas como jóvenes, hombres así como mujeres; y la ropa que vestían era excesivamente fina; y se hallaban en actitud de estar burlándose y señalando con el dedo a los que habían llegado hasta el fruto y estaban comiendo de él” (1 Nefi 8:27). Yo seré como Lehi; nunca me voy a soltar de la barra de hierro que conduce a la vida eterna.

Pierre S., 18 años, Haití

Comparte el Evangelio

Cuando mi amiga y yo estábamos completando el proyecto del valor Virtud para el programa del Progreso Personal, leíamos el Libro de Mormón en el colegio durante los tiempos de descanso. La maestra y nuestros compañeros empezaron a burlarse de nosotras. A veces sentía deseos de dejar de leer, pero simplemente no podía dejar las Escrituras en casa. Seguimos leyendo en la escuela y, con el tiempo, dejaron de burlarse de nosotras. Una de nuestras amigas se interesó en el Evangelio y en el programa del Progreso Personal. Le dimos el librito y una combinación triple, y desde entonces le hemos estado hablando sobre el Evangelio. Su hermano también se interesó y ahora ambos están leyendo el Libro de Mormón.

Kimberly A., 16 años, Brasil

Sé un ejemplo

En el colegio al que asisto no hay muchas personas que estén familiarizadas con el Evangelio. Pienso que lo mejor que uno puede hacer es demostrar a las personas la forma en que vivir el Evangelio tiene un efecto positivo en ti. Al ser amable y respetuoso sin importar lo que te digan, das un excelente ejemplo, y los demás tendrán mayor respeto por ti y por tus creencias. Al recordar tu ejemplo, esas mismas personas quizá estén más dispuestas a saber en cuanto al Evangelio en el futuro.

Kelsey P., 14 años, Florida, EE. UU.

Comparte tu testimonio

Una vez que conoces las bendiciones que se reciben al vivir las normas, no habrá necesidad de sentirte avergonzado cuando se burlen de ti. Puedes enseñar las normas y compartir tu testimonio de vivirlas. Es probable que tus compañeros aprendan y sientan el Espíritu, ya que estás testificando del Evangelio.

Emmanuel A., 16 años, Ghana

Recuerda quién eres

Para las actividades escolares, mis compañeras, e incluso mis amigas, me dicen que me ponga ropa que no es agradable a la vista de Dios. Me dicen: “Necesitas verte linda; necesitas verte diferente”. A veces me dicen que debo olvidar mis creencias para tener cabida en el mundo, pero yo siempre les respondo que no. Sé que ser realmente yo misma significa ser fiel y diferente del mundo. No me importa si no les caigo bien por ser auténtica; no se trata de lo que digan los demás; se trata de seguir los caminos del Padre Celestial.

Jazzy C., 19 años, Filipinas

Sé un misionero

He tenido muchas experiencias en cuanto a vivir las normas del Evangelio en el colegio; he aprendido que esos son momentos excelentes para fortalecer nuestro testimonio y participar en la obra misional. Cuando he estado en una situación de ese tipo y he mantenido mis normas elevadas, me he sentido feliz conmigo mismo por actuar tal como Dios desea que actúe. Nunca dejes ninguna duda sobre quién eres y lo que crees.

Hiram D., 18 años, Brasil