Volví a servir
La autora vive en Río Grande do Norte, Brasil.
Un día, después de acabar un proyecto de servicio, pasé caminando por nuestro centro de reuniones y vi a dos hermanas que estaban limpiando el edificio. Las palabras me salieron automáticamente: “Hermanas, ¿necesitan ayuda?”. Una de ellas me sonrió y dijo que yo había llegado justo a tiempo, porque ellas eran las únicas que estaban limpiando y estaban muy cansadas. Dijo que había orado pidiendo que el Señor enviara a alguien para ayudar. Me sentí muy feliz por ser la respuesta a su oración. Acababa de terminar de prestar servicio a otra persona y me sentía cansada también, pero seguí lo que me indicaba el corazón y me ofrecí para servir más.
El servir con gozo es un mandamiento (véase D. y C. 24:7). Cuando tenemos el deseo de servir en todo momento, podemos ayudar a que sucedan milagros en la vida de otras personas. Nuestra vida adquiere mayor significado cuando prestamos servicio. El Señor en verdad nos ama; Él ayuda a cada uno de Sus hijos y nos dará la fuerza para servir.