2014
Cuando hablo con mis amigos acerca de la Iglesia, ellos dicen que no están interesados porque tiene demasiadas reglas; ¿qué puedo contestarles?
Julio de 2014


Cuando hablo con mis amigos acerca de la Iglesia, ellos dicen que no están interesados porque tiene demasiadas reglas; ¿qué puedo contestarles?

Nuestra actitud hacia cualquier “regla” tiene mucho que ver con lo que estamos acostumbrados. Si tus amigos estuviesen acostumbrados a no cepillarse los dientes nunca y tú les dijeras que te los cepillas todos los días porque eso es lo que te enseñaron, quizás ellos consideren que ésa sea una regla agobiante. Sin embargo, tú ni siquiera lo consideras una regla porque simplemente se ha convertido en un hábito, un modo de vivir. Si bien ellos puedan considerar que el no cepillarse los dientes es una forma de libertad, tú sabes los problemas que eso ocasiona y cuánto mejor se siente tener dientes limpios y sanos.

Lo mismo sucede con las “reglas” de la Iglesia. Tus amigos quizás piensen que las normas que seguimos son restrictivas, pero tú sabes que el Señor y Sus siervos nos las han dado para ayudarnos a tener una vida mejor y a regresar a la presencia de nuestro Padre Celestial. Además, la obediencia a los mandamientos de Dios siempre trae bendiciones, siendo una de las más importantes la compañía del Espíritu Santo. Puedes tratar de explicar estas ventajas y bendiciones a tus amigos, o puedes decirles que la única manera de realmente saber si las “reglas” vienen de Dios es ponerlas a prueba (véase Juan 7:17).