2013
La gratitud
Junio de 2013


Para la Fortaleza de la Juventud

La gratitud

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David L. Beck

Todos seremos más felices si estamos llenos de gratitud.

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Durante el verano de 2011, tuve el privilegio de conocer a Josh Larson, en Philmont Scout Ranch, Nuevo México, EE. UU. Pocos meses más tarde, Josh estaba ayudando a su padre a limpiar un depósito. Inesperadamente, una cadena que transportaba una viga de 670 kg se rompió; la viga cayó sobre Josh y lo aplastó, desde el cuello hasta las piernas. Milagrosamente, el padre de Josh logró quitar la viga que descansaba sobre el cuerpo de su hijo, a quien le hizo reanimación cardiopulmonar hasta que llegó el personal médico para llevar a Josh, que todavía no respiraba, al hospital.

Josh pasó varios días en estado crítico. Los médicos trabajaron arduamente a fin de reparar el cráneo quebrado, los senos nasales destrozados y otras heridas graves. Finalmente, tras numerosas operaciones, lograron estabilizar a Josh. Entonces comenzó el largo y lento camino hacia la recuperación.

Actualmente Josh todavía sufre muchas de las consecuencias de su accidente: tiene un ojo dañado, perdió parte de la audición de un oído y tiene una placa de metal en la cabeza. A pesar de todo eso, él decide ver esta dura experiencia como una bendición; sabe que le debe su vida y su recuperación al Padre Celestial y al apoyo de las personas que lo rodean. Su corazón está lleno de gratitud.

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Aunque la recuperación de Josh ha sido larga y lenta y todavía sufre muchas de las consecuencias de su accidente, él considera que éste fue más una bendición que una prueba.

La gratitud durante la adversidad

En una conferencia para la juventud que se llevó a cabo recientemente, Josh habló acerca de las oraciones y los ayunos que hicieron su familia, sus vecinos y los líderes del barrio y de la estaca: “Estoy contando mis bendiciones. Las oraciones han sido contestadas. Creo que esto ha sido más una bendición que una prueba. Los quiero mucho a todos”.

Josh es un ejemplo de la enseñanza que se encuentra en Para la Fortaleza de la Juventud: “Vive con un espíritu de agradecimiento y tendrás más felicidad y satisfacción en la vida… Incluso en los momentos más difíciles, puedes encontrar muchas razones para sentirte agradecido(a)”1.

La gratitud puede convertir las pruebas en bendiciones, incluso las graves como la que pasó Josh. Se necesita un gran esfuerzo para tener gratitud y una actitud optimista frente a la vida. Sin embargo, el Señor ciertamente nos bendice y Sus tiernas misericordias no deben pasar inadvertidas ni debemos dejar de agradecerlas. El profeta Moroni, del Libro de Mormón, nos recuerda la importancia de la gratitud y nos insta a “[recordar] cuán misericordioso ha sido el Señor con los hijos de los hombres, desde la creación de Adán hasta el tiempo en que recibáis estas cosas, y que lo meditéis en vuestros corazones” (Moroni 10:3).

La ayuda del Espíritu Santo

En nuestra vida ocupada, puede ser fácil pasar por alto y olvidarnos de la guía del Padre Celestial en las actividades diarias. El Espíritu Santo nos ayuda a recordar que es mucho lo que debemos agradecer. El presidente Henry B. Eyring, Primer Consejero de la Primera Presidencia, enseñó: “El Espíritu Santo es quien nos ayuda a reconocer lo que Dios ha hecho por nosotros”; además, nos instó a “buscar formas de reconocer y recordar la bondad de Dios”2.

Si permitimos que el Espíritu Santo nos recuerde la bondad de Dios y el amor que Él siente por nosotros, estaremos llenos de sentimientos de gratitud. Esos sentimientos nos llevarán a dar gracias a nuestro Padre Celestial. En Leales a la Fe se enseña: “Da gracias al Padre Celestial por Su bondad hacia ti. Una forma de expresar tu gratitud a Dios es reconocer la mano de Él en todas las cosas, dar las gracias por todo lo que te da, guardar Sus mandamientos y servir a los demás… Esfuérzate por ser agradecido(a) y verás que te dará maravillosos resultados”3.

En la medida en que reconozcamos nuestras bendiciones, nuestro testimonio aumentará. Cuanto más capaces seamos de ver la mano del Señor en nuestra vida, más cerca estaremos de Él. Una de las mejores maneras de mostrar gratitud a nuestro Padre Celestial es dándole gracias a Él y a los demás por las muchas formas en que influyen en nuestra vida4.

Esos sentimientos de gratitud nos inspirarán a seguir al Señor y vivir una vida de servicio, una vida que inspire a quienes nos rodean y promueva cambios positivos.

Notas

  1. Para la Fortaleza de la Juventud, folleto, 2011, pág. 18.

  2. Henry B. Eyring, “¡Oh recordad, recordad!”, Liahona, noviembre de 2007, págs. 67, 68.

  3. Leales a la Fe: Una referencia del Evangelio, 2004, pág. 98.

  4. Véase Para la Fortaleza de la Juventud, pág. 18.

Fotografías cortesía de Vicki Larson y Servicios de Publicación de la Iglesia.