2012
La oración según el programa Progreso Personal
Septiembre de 2012


La oración según el programa Progreso Personal

Toda mi vida mis padres me enseñaron a orar, pero, a medida que iba creciendo, sólo hacía mis oraciones personales por la noche. Pensé que eso era suficiente, hasta que pasé a ser parte del programa de las Mujeres Jóvenes.

Cuando me dieron el folleto del Progreso Personal, leí todas las metas. Hubo una que realmente me llamó la atención: una experiencia del valor fe decía que tenía que orar por la mañana y también por la noche. “¿Por qué por la mañana?”, pensé. “Eso será imposible para mí”.

Pasó el tiempo y no estaba cumpliendo con esa meta; pero tomé la determinación de hacerlo, y aun cuando pensaba que era difícil, confié en el Señor.

Al principio todo parecía ir igual, pero algo en mi interior comenzó a cambiar. Parecía sentirme más segura en todo lo que hacía. Las pequeñas discusiones que tenía con mi familia ya no sucedían; cuando me levantaba temprano para ir a la Iglesia, no estaba exhausta, más bien, tenía muchas ganas de ir.

Hubo un día en particular en el que pensé que no tendría tiempo suficiente para hacer todo lo que tenía que hacer. Cuando me levanté ese día, oré, aunque sin mucha confianza, para que algo cambiase. Quedé sorprendida de lo que pasó: ¡pude hacer todo lo que tenía que hacer! Sentí vergüenza de no haber confiado totalmente en el Señor, pero estaba muy contenta de que Él contestara mi oración.

Ahora hago mis oraciones todas las mañanas y todas las noches, y mi vida realmente ha cambiado.

Sé que nuestro Padre Celestial siempre nos escucha y contesta nuestras oraciones; sólo tenemos que tener fe en Él. Él nunca nos abandonará; Él está allí; simplemente tenemos que ir hacia Él. Sé que la promesa “llamad, y se os abrirá” es verdadera (Mateo 7:7); sólo tenemos que arrodillarnos, orar y confiar en Su tiempo, no el nuestro. Estoy agradecida a Él por el programa del Progreso Personal y por el maravilloso don de la oración.