2012
Linda K. Burton
Mayo de 2012


Linda K. Burton

Presidenta General de la Sociedad de Socorro

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Linda K. Burton

Cuando era adolescente, durante una reunión de la Iglesia en Christchurch, Nueva Zelanda, Linda Kjar Burton recibió una confirmación de forma repentina. “Supe que el Evangelio era verdadero”, recuerda ella. “También me di cuenta de que siempre lo había sabido”. Ese testimonio ahora la sostendrá al servir como Presidenta General de la Sociedad de Socorro.

Nació en Salt Lake City, Utah, EE. UU. y es hija de Marjorie C. y Morris A. Kjar. Tenía 13 años cuando su familia se mudó de Utah para que su padre presidiera la Misión Nueva Zelanda Sur. La hermana Burton, la segunda de seis hijos, asistió al colegio universitario de la Iglesia en nueva Zelanda, y se asoció con jóvenes Santos de los Últimos Días de todo el Pacífico.Regresó a Salt Lake City no sólo con amor por culturas y tradiciones diversas, sino especialmente por el Señor y por su familia.

La hermana Burton asistía a la Universidad de Utah cuando conoció y se casó con Craig P. Burton, en agosto de 1973, en el Templo de Salt Lake. La pareja decidió no esperar para tener familia; el primero de sus seis hijos nació casi un año después.

Al trabajar con su esposo, ella pudo quedarse en casa con sus hijos mientras él estableció su profesión en bienes raíces. Los desafíos financieros del principio enseñaron a la pareja que tenían que mirar hacia el futuro con confianza “porque sabíamos que habíamos hecho algo difícil con la ayuda del Señor”, explica ella.

La familia tomaba vacaciones sencillas y disfrutaban de estar juntos. La hermana Burton ha servido en las Mujeres Jóvenes, la Primaria, la Escuela Dominical y en las Mesas Directivas Generales de la Primaria y de la Sociedad de Socorro. Sirvió junto con su marido cuando él presidió la Misión Corea Seúl Oeste, desde 2007 a 2010. En el campo misional, la hermana Burton comprendió, tal como había comprendido años antes en Nueva Zelanda, que el amor trasciende el idioma y la cultura.

Ella espera que, en su nueva asignación, se vuelva a aplicar algo que aprendió de una amiga en Corea: “Sentirán tu amor”.