2010
Dar a los niños la oportunidad de servir
Septiembre 2010


El servir en la Iglesia

Dar a los niños la oportunidad de servir

Cualquier persona que preste servicio en la Primaria le dirá que a los niños con frecuencia se les hace difícil asistir a la Primaria listos para sentarse calladitos y prontos para aprender. No importa el grado de habilidad del líder o cuánto amor tengan los maestros por los niños de su clase, a veces los niños se ponen inquietos.

A los Santos de los Últimos Días se les ha dicho que todos los miembros nuevos de la Iglesia necesitan una responsabilidad1. El tener una responsabilidad los ayuda a sentirse parte de la Iglesia y les da la oportunidad de aprender y crecer. Los niños pueden gozar de esas mismas bendiciones cuando se les da la oportunidad de servir.

A los niños no se les dan llamamientos, pero las líderes de la Primaria pueden buscar con oración oportunidades de prestar servicio para incluso los más pequeñitos. A continuación se presentan unas ideas:

  • Pedir a un niño mayorcito que ayude a uno más pequeño durante el tiempo para compartir.

  • Pedir a un niño que haya llegado temprano que se ponga en la puerta para saludar a los que vayan llegando a la Primaria.

  • Asignar a un niño mayorcito la responsabilidad de asegurarse de que el micrófono esté encendido.

  • Pedir a algunos de los niños mayorcitos que vayan a la biblioteca a buscar tiza [gis], borrador, crayones u otros artículos.

  • Pedir a un niño que sepa tocar el piano que toque un himno de preludio o un himno al partir.

  • Asignar a dos amigos que se sienten junto a un visitante o miembro nuevo para ayudar a esa persona a sentirse bienvenida.

  • Pedir a un niño que ayude a dirigir la música.

  • Asignar a varios niños que ayuden a poner o quitar las sillas.

  • Pedir a un niño y a su familia que visiten a un niño nuevo del barrio o de la rama.

  • Pedir a un niño que sostenga una lámina.

  • Pedir a alguien que haga un dibujo sencillo con tiza que sea parte de la lección.

  • Pedir a algunos integrantes específicos de la clase que ingenien algunos movimientos para acompañar una canción nueva que estén aprendiendo.

  • Ayudar a un niño de once años a planear un día de actividades de la Primaria. Esto ayudará al pequeño a cumplir con uno de los requisitos de Fe en Dios.

No importa cuán grande o pequeña sea la responsabilidad extendida al niño, no olvide agradecerle el servicio prestado.

He disfrutado de trabajar con niños a medida que han aprendido a servir. Es gratificante verlos crecer y utilizar en los programas de Hombres Jóvenes o Mujeres Jóvenes las habilidades que empezaron a desarrollar en la Primaria.

Nota

  1. Véase Gordon B. Hinckley, “Los conversos y los hombres jóvenes”, Liahona, julio de 1997, pág. 53.

Derecha: ilustración fotográfica por Robert Casey.