2010
Renovamos los convenios por medio de la Santa Cena
Junio de 2010


Mensaje de las maestras visitantes

Renovamos los convenios por medio de la Santa Cena

Enseñe los pasajes de las Escrituras y las citas o, si fuera necesario, otro principio que bendiga a las hermanas que visite. Dé testimonio de la doctrina e invite a las personas a quienes visite a expresar lo que hayan sentido y aprendido.

Jesucristo instituyó la Santa Cena

“…Jesús tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio a Sus Apóstoles, diciendo: ‘Tomad, comed’ (Mateo 26:26). ‘Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí’ (Lucas 22:19). De igual manera, tomó la copa de vino, que tradicionalmente se diluía con agua, y, habiendo dado gracias, la pasó para que bebieran de ella los que se encontraban presentes, diciendo: ‘Esta copa es el nuevo convenio en mi sangre, que… es derramada para remisión de los pecados’. ‘Haced esto en memoria de mí’…

“Desde aquel acontecimiento que tuvo lugar en el aposento alto, en la víspera de Getsemaní y del Gólgota, los hijos de la promesa han estado bajo convenio de recordar el sacrificio de Cristo en esta forma nueva, más perfecta, más santa y personal”1.

Élder Jeffrey R. Holland, del Quórum de los Doce Apóstoles

Por medio de la Santa Cena renovamos nuestros convenios bautismales

“Cuando somos bautizados, tomamos sobre nosotros el sagrado nombre de Jesucristo. El tomar Su nombre sobre nosotros es una de las experiencias más significativas que tenemos en la vida…

“Cada semana, en la reunión sacramental, prometemos recordar el sacrificio expiatorio de nuestro Salvador al renovar nuestro convenio bautismal. Prometemos hacer lo que hizo el Salvador: obedecer al Padre y guardar siempre Sus mandamientos. La bendición que recibimos a cambio es tener siempre Su Espíritu con nosotros”2.

Élder Robert D. Hales, del Quórum de los Doce Apóstoles.

“Hace poco, me encontraba con una niña de ocho años el día de su bautismo. Al fin del día, ella dijo muy segura: ‘¡Llevo un día desde que me bauticé y no he pecado ni una sola vez!’ Pero estoy segura de que su día perfecto no duró para siempre, y tengo la seguridad de que está aprendiendo, como todos lo hacemos, que, a pesar de todo lo que nos esforcemos, no siempre evitamos todas las malas situaciones, todas las decisiones incorrectas…

“No es posible hacer cambios verdaderos por nosotras mismas. Nuestra propia fuerza de voluntad y nuestras propias buenas intenciones no son suficientes. Al equivocarnos o tomar malas decisiones, debemos tener la ayuda de nuestro Salvador para regresar al camino correcto. Semana tras semana participamos de la Santa Cena para demostrar nuestra fe en el poder que Él posee para que cambiemos. Confesamos nuestros pecados y prometemos abandonarlos”3.

Julie B. Beck, Presidenta General de la Sociedad de Socorro.

Notas

  1. Jeffrey R. Holland, “Haced esto en memoria de mí”, Liahona, enero de 1996, pág. 76.

  2. Robert D. Hales, “El convenio del bautismo: Estar en el reino y ser del reino”, Liahona, enero de 2001, pág. 8.

  3. Julie B. Beck, “El recordar, el arrepentirse y cambiar”, Liahona, mayo de 2007, págs. 110–111.

Fotografía por Jerry Garns.