2010
Nuestra página
Enero 2010


Nuestra página

Los niños de la Primaria del Barrio Tlaxcallan, Estaca Chiautempán, México, dedicaron dos días para visitar y prestar servicio a las hermanas viudas y a otras familias del barrio. Cantaron himnos, ayudaron a dar de comer a las gallinas, e hicieron quehaceres en algunas de las casas.

En noviembre de 2008 hubo en Brasil una inundación con lluvias y deslizamientos de tierra. En la escuela nos dieron un volante donde pedían donativos. Yo doné una bolsa de artículos, así como un camión de bomberos y dos carros (coches) de policía de juguete.

Inacio F., 4 años, Brasil

Me gusta ayudar a uno de mis compañeros de la escuela; se llama Alessandro, y necesita mucha ayuda. Nuestros maestros lo ayudan mucho debido a sus necesidades, y yo lo ayudo a hacer lo que los maestros nos piden que hagamos.

Martina Z., 7 años, Italia

Nos sentimos felices cuando cantamos las canciones de la Primaria con mamá en la iglesia. La gente siente el Espíritu al cantar, y la reunión sacramental es mucho mejor cuando tenemos el Espíritu con nosotros.

Sephora B., 8 años, y Sariah B., 10 años, Guadeloupe

Andrés O., 9 años, Costa Rica

Un buen primo

A mi primo lo llevaron al hospital porque le dolía mucho el estómago; tuvieron que hacerle muchas pruebas y yo le escribí para decirle que fuera valiente y que oraría por él. También puse un buen libro y una golosina en una bolsa, y se los llevamos al hospital. Cuando salimos de allí, yo me sentía muy bien. Sé que cuando hacemos cosas buenas por los demás nos sentimos bien y eso hace feliz a nuestro Padre Celestial.

Jake S., 7 años, Alberta, Canadá

Devuelto a buena hora

Cuando estábamos nadando en la piscina de un hotel, encontramos un reloj de bolsillo en el fondo. Les preguntamos a muchas personas si el reloj era de ellas, pero todas dijeron que no. Al terminar el día, sentimos que debíamos ir a la piscina una vez más con el reloj. En la piscina había una familia a la que preguntamos si el reloj les pertenecía; dijeron que sí, y que lo habían estado buscando toda la semana. Era del papá, y había costado mucho dinero. Estoy contento por haber escuchado al Espíritu Santo a fin de que pudiéramos devolver el reloj.

Huntley, Sarabeth y Caelin C., 10, 9 y 7 años de edad, California, EE. UU.

Ilustración del reloj por Joe Flores.