2009
David M. McConkie
Mayo de 2009


David M. McConkie

Primer Consejero de la Presidencia General de la Escuela Dominical

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David M. McConkie

Aunque David Merrill McConkie, primer consejero en la presidencia general de la Escuela Dominical, ha tenido pocas oportunidades de servir en la Escuela Dominical, sus años de liderazgo en el sacerdocio le han brindado una importante perspectiva sobre la enseñanza del Evangelio.

“La doctrina es fundamental en todo lo que hacemos y en todo lo que somos”, dice él. “Desarrollamos la fe al aprender y comprender la doctrina y después al guardar los mandamientos. No se pueden guardar los mandamientos hasta que se sepa cuáles son”.

El guardar los mandamientos ha sido una prioridad desde una edad temprana en la vida del hermano McConkie. Nació el 13 de octubre de 1948, hijo de France Briton y Beth Merrill McConkie en Salt Lake City, Utah, E.U.A. El hermano McConkie creció en Bountiful, Utah, antes de ser llamado a la Misión Sudafricana.

Se casó con JoAnne Albrecht en septiembre de 1971 en el Templo de Salt Lake, y tienen siete hijos. En la Universidad de Utah recibió su licenciatura en Historia en 1974, y después su doctorado en Derecho en 1977, después de lo cual se integró a un bufete de abogados de Salt Lake.

Ha servido en el Sacerdocio Aarónico, la Escuela Dominical, como obispo, miembro del sumo consejo y consejero en una presidencia de estaca. Al momento de ser llamado era presidente de estaca. Durante su servicio, observó el importante papel que tiene la enseñanza en la Iglesia. “Todo líder y todo padre en la Iglesia es un maestro”, dice él.

Las responsabilidades más importantes de un maestro, dice el hermano McConkie, son escuchar y seguir las indicaciones del Espíritu. “Hay muchas técnicas didácticas, pero más importante que todas ellas es ser sensible a los susurros del Espíritu para saber lo que el Señor desea que se enseñe. Entonces el maestro puede llegar a ser un instrumento en las manos del Señor para aliviar las cargas y contestar las oraciones. Eso debe ocurrir en toda clase de la Iglesia”.