2009
Una vida de bondad
marzo de 2009


De la vida del profeta José Smith

Una vida de bondad

Adaptado de Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith (curso de estudio del Sacerdocio de Melquisedec y de la Sociedad de Socorro, 2007), pág. 552.

Un día, poco tiempo después de que había terminado de llover en la hermosa Nauvoo, Margarette McIntire y su hermano mayor Wallace caminaban hacia la escuela.

¡Apúrate, Wallace, o llegaremos tarde!

Ya voy.

¡ Margarette, se me atascaron las botas!

A mí también. Hay mucho lodo.

Los niños se dieron cuenta de que no podían salir y empezaron a llorar, pensando que se tendrían que quedar allí.

¿Qué sucede?

¡Hermano José!

Estamos atascados.

José sacó a los dos niños del lodo.

Les limpió las botas.

Te ves muy linda hoy, Margarette. No te preocupes por el lodo; lo quitaremos todo.

José les secó las lágrimas.

¡Arriba el ánimo, jovencito! Eres un hermano mayor muy bueno. Sigue cuidando bien de tu hermana.

Tiempo después, Margarette recordaba la experiencia: “No es de sorprender que amara a aquel grandioso, bueno y noble hombre de Dios”.

¡Ahora, a la escuela!

Gracias, hermano José.

¡Adiós!

Ilustraciones por Sal Velluto y Eugenio Mattozzi.