2008
Experiencias de la conferencia
Mayo de 2008


Experiencias de la conferencia

El lunes posterior a la conferencia general, a los suscriptores de LDS Gems, un correo electrónico diario de mensajes inspiradores, se les invitó a compartir las experiencias vividas en la asamblea solemne y en otras sesiones de la conferencia. Los siguientes correos electrónicos son representativos de más de 1.200 respuestas que se recibieron en las oficinas de las Revistas de la Iglesia.

El sábado por la mañana, poco antes de que comenzara la conferencia, nuestra casa bullía de actividad al seguir nuestra rutina de cada sábado y, de repente, al comenzar la conferencia general, la pantalla de televisión desplegó las escenas y los sonidos del Coro del Tabernáculo. Juntamos a nuestros dos hijos pequeños y los mantuvimos en “pausa” mientras se ofrecía la primera oración; entonces, cuando el presidente Uchtdorf llegó al púlpito para dar comienzo a la asamblea solemne, el ambiente cambió en nuestro hogar: los cuatro nos arrodillamos frente al televisor y el Espíritu llenó nuestro hogar. Por un momento me sentí avergonzada de que participáramos en ese momento tan sagrado vestidos informalmente, en una sala caótica como resultado de los juegos de los niños esa mañana. Y sin embargo, al ponernos de pie para levantar la mano e indicar nuestro apoyo sostenedor, se me llenó el corazón de un gran gozo. Finalmente nos pusimos de pie como familia, y aún el más pequeño levantó la mano derecha, y sentimos la santidad que usualmente se siente en el templo. Estuvimos de pie juntos, presenciando lo que el Espíritu confirmó que era correcto.

Momentos después, la algarabía de los niños comenzó de nuevo, y tuvimos que subir el volumen para escuchar a los oradores, pero ese breve momento de paz permaneció en nuestro hogar y en nuestro corazón.

Christina N., Utah, EUA

No tengo palabras para expresar lo que sentí en esta conferencia. Se sintió muy fuerte el Espíritu. Pude ver la conferencia en mi hogar, y sentir que el Espíritu me rodeaba completamente. Últimamente no he sido muy activa, y al ver al presidente Monson darme la bienvenida de regreso al redil, sentí que me hablaba directamente a mí. Me agradaron mucho todos los discursos. Nuestro Padre Celestial hablaba a través de ellos, y realmente lo pude sentir. Sé que no soy perfecta, pero realmente sentí que debo regresar a la iglesia para ser nutrida y comenzar de nuevo. Esta vez, sencillamente deseaba que la conferencia no acabara. Ya acudí a Internet para escuchar los discursos de nuevo, y espero asistir a mi barrio esta próxima semana.

Jeanne U.

Fue maravilloso escuchar los mensajes de la conferencia, en especial los del profeta viviente, el Presidente Monson, y a pesar de que estoy del otro lado del mundo en una tierra donde aún no se puede predicar el Evangelio. Pero gracias a la tecnología, pude participar y sentir el Espíritu y ser edificada. Sin embargo, al escuchar el consejo y los testimonios que se dieron, sentí un deseo aún más grande de que todos nuestros hermanos y nuestras hermanas participaran de las abundantes bendiciones del Evangelio. Ruego que esto suceda pronto.

Janryll F.

El momento de la conferencia más impactante para mí fue el discurso que dio el presidente Uchtdorf acerca del accidente aéreo que ocurrió en la Antártida. Eso me comunicó profundamente cómo algo de tan pequeñas proporciones puede tener un efecto duradero que quizás sea irreversible, con consecuencias perdurables. También me mostró que no importa cuánto nos hayamos alejado del camino recto y angosto, debemos admitir que nos hemos equivocado y buscar el perdón de nuestro siempre amoroso Padre Celestial. Él está profundamente interesado en nuestro bienestar y nos ama cuando aceptamos nuestros errores, cuando aprendemos y progresamos espiritualmente debido a ellos.

Orion H., Colorado, E.U.A.

En la escuela, una buena amiga me preguntó lo que había hecho el fin de semana. Le conté, y el tema de la conferencia general abrió el camino para sus preguntas acerca de mis creencias y el Libro de Mormón. Pude usar los Artículos de Fe para compartir con ella algunas diferencias esenciales que existen entre nuestra Iglesia y otras iglesias cristianas, y también pude explicarle claramente lo que es el Libro de Mormón y cómo se relaciona con la Biblia.

Estoy tan agradecida por esa oportunidad. Sé que el Espíritu me guió a las respuestas a sus preguntas, y si no hubiera sido por la conferencia general, probablemente no hubiera tenido el espíritu correcto para contestarlas.

Ellie W., Inglaterra

Me convertí en 1972, pero me inactivé durante más de 20 años. Me activé de nuevo hace unos 10 años, y me he sellado en el templo a mi esposo, quien también es converso. Yo amaba al presidente Hinckley y sentía que ningún otro profeta podía tomar su lugar. Cuando se presentó al presidente Monson para nuestro voto de sostenimiento, me sentí enojada y un tanto amargada, porque no pensé que pudiera hacer el trabajo. ¡Qué dureza de cerviz la mía! Cuando el presidente Monson se levantó para hablar, miré sus ojos y observé cada uno de sus movimientos. ¡Tenía el mismo brillo en los ojos que había tenido mi amado presidente Hinckley! Me conmovió el gozo y el reconocimiento de la presencia del Santo Espíritu en este hombre, mi nuevo profeta, vidente y revelador.

Mary Lou R., Nuevo México, E.U.A.

Durante la conferencia sentí la motivación del Espíritu para cambiar mi vida. Aunque he sido “activo” en la Iglesia toda mi vida, no me había sentido tan motivado por el Espíritu como en esta conferencia. Siento que todos los mensajes estuvieron dirigidos especialmente a mí. Voy a comunicarme con mi familia y con mis amigos para pedirles perdón por cualquier cosa que haya hecho para ofenderles y voy a perdonar a los que me hayan ofendido. Voy a tratar a los demás como me gustaría que me trataran, y voy a seguir lo mejor posible el ejemplo del Salvador.

Delbert C., E.U.A.

En nuestra familia tomamos turnos para encargarnos de la noche de hogar, y a mi esposo le tocó el lunes después de la conferencia. Durante la sesión del domingo por la tarde, el élder Zwick dio una lección sobre mantener nuestras normas. Mi esposo usó ese discurso para recalcar la necesidad que tenemos de mantener nuestras normas. Yo había bajado el archivo MP3 del sitio web, y como familia nos sentamos a escuchar su discurso de nuevo. Eso nos dio la oportunidad de hablar con nuestro hijo de catorce años sobre los temas de cómo elegir a los amigos, cómo tomar buenas decisiones y cómo hacer un plan de vida.

Gwen D., Washington, E.U.A.

Durante la asamblea solemne me sentí tan privilegiada, humilde y agradecida por poder participar desde mi hogar, ponerme de pie y levantar la mano para sostener a nuestro nuevo profeta, el presidente Monson. Me brotaron lágrimas cuando mi hijo, que hace poco cumplió 12 años, se puso de pie con el Sacerdocio Aarónico, y nuestra hija con las Mujeres Jóvenes, para hacer lo mismo. ¡Era tan fuerte la dulzura del Espíritu que le confirmó a mi corazón que Thomas S. Monson es el hombre que el Señor desea que esté al frente de Su Iglesia hoy! No hay ninguna duda en mi mente en cuanto a la divinidad de su sagrado llamamiento.

Maridee H., Nuevo México, E.U.A.

Soy soltero, y durante el discurso del élder Ballard, mi mente y mi corazón se conmovieron ante las formas en que puedo prepararme para amar mejor a mi futura esposa y servirle y sobrellevar mejor sus cargas, para que sean ligeras. En mi vida actual, nada es más importante que encontrar a una esposa con la que pueda casarme en el templo y criar a una familia para reconocimiento y alabanza de ella. Estoy tan emocionado y anticipo amarla con todo mi corazón, alma, mente y fuerza.

Mike S., Florida, E.U.A