2008
Las bendiciones que recibe la familia por medio de la noche de hogar
Abril de 2008


Las bendiciones que recibe la familia por medio de la noche de hogar

Mieko Takahashi, Tokio, Japón

“Hace seis años, siendo joven, soltera y Santo de los Últimos Días, me mudé a Tokio. Las noches de hogar me han ayudado a sentir que formo parte de mi familia del Evangelio. Al principio, las llevaba a cabo con mis dos compañeras de cuarto. Después, cuando empecé a vivir sola, efectuaba mi propia noche de hogar todos los lunes; leía las Escrituras, preparaba la lección para el domingo o miraba un vídeo de la Iglesia.

“Ahora nuestro barrio, después de las reuniones dominicales, lleva a cabo una noche de hogar por mes para el grupo de miembros solteros, y las espero con verdadero entusiasmo; ahí tengo la oportunidad de hablar con hermanos y hermanas a los que, a causa de sus llamamientos en la Iglesia, no podría llegar a conocer de otra manera.

“Otro barrio de la estaca efectúa también una noche de hogar semanal para un grupo de miembros solteros y recientemente he empezado a asistir a ella. A veces, van los misioneros con investigadores. Cada semana, las lecciones son espirituales y bien preparadas, por lo que aprendo mucho. Muchas veces, cuando pienso en algo que he aprendido allí, me digo: ‘Bueno, ¡trataré de hacerlo!’. Además, mientras sirven el refrigerio, me entretengo conversando con los demás.

“Es importante para mí pasar tiempo con amigos que comparten mi fe. Tal como dice en Moisés 7:18: ‘Y el Señor llamó Sión a su pueblo, porque eran uno en corazón y voluntad, y vivían en rectitud; y no había pobres entre ellos’. Si somos uno en corazón y voluntad, se derraman sobre nosotros muchas bendiciones. Y por medio de ello, se fortalecen la fe y el testimonio de toda persona que asista.

“Sé que el Señor nos ama. Estoy agradecida por nuestros profetas y por la revelación continua; también lo estoy por la noche de hogar que Él nos ha dado mediante Sus profetas. Las experiencias que tengo y lo que aprendo en las noches de hogar siendo soltera y miembro de la Iglesia también serán una bendición para mí cuando tenga mi propia familia”.