2008
SENTÍ UNA GUÍA
Marzo de 2008


SENTÍ UNA GUÍA

Cuando era yo un joven misionero en Noruega, mi presidente de misión convocó a los misioneros para decirnos que se nos había pedido cantar durante dos sesiones de la dedicación del Templo de Londres, Inglaterra, ocurrida en 1958. Me pidieron que tocara el piano.

Cuando llegamos al templo, me sorprendió descubrir que iba a tocar un órgano en vez de un piano. No había practicado con ese órgano, así que tuve que pedirle a alguien que me ayudara a ajustar los controles. Mi Padre Celestial escuchó mis ruegos de desesperación y llegó una hermana a socorrerme; ella preparó el órgano para el preludio suave, así como también para el acompañamiento del coro.

En medio de mi desesperación, me sobrevino un sentimiento de tranquilidad, y mientras tocaba el órgano con el cual no estaba familiarizado y que nunca antes había tocado, sentí que el amor del Salvador me guiaba. Después de uno de los números del coro, el presidente David O. McKay miró a nuestro presidente de misión y le dijo: “Bien hecho”. Me embargó la emoción al pensar cuánto habíamos sido bendecidos durante nuestra presentación, que fue impecable.

Jesucristo es el Hijo de Dios, el Unigénito del Padre. Él es el Santo Mesías, el Príncipe de paz. Él vive y volverá de nuevo.