2007
Un ardor en el pecho
Enero de 2007


Un ardor en el pecho

Tardé en compartir públicamente mi testimonio hasta que tuve 15 años de edad. Nunca dudé de la veracidad del Evangelio, pero fue mi primer año de seminario el que me brindó los primeros esbozos de mi propio testimonio de la Iglesia y del Libro de Mormón.

Durante el verano que siguió a aquel primer año de seminario, nuestra estaca llevó a cabo una conferencia de la juventud en un campamento. La conferencia concluyó con una reunión de testimonios, y yo no tenía la más mínima intención de compartir el mío, pero de pronto el Espíritu empezó a susurrarme que debía ponerme de pie y hacerlo. Hice caso omiso, pero seguía sintiendo que debía levantarme. Finalmente decidí que lo haría. Mientras hablaba, me sobrevino una sensación cálida, hasta el punto de sentir que me ardía el pecho. Se me había avivado una llama en el corazón.

Desde entonces he aprendido la importancia de expresar mi testimonio, ya que cada vez que lo hago, crece. He decidido seguir compartiendo mi testimonio durante toda la vida.