2006
Preguntas y respuestas
Diciembre de 2006


Preguntas y respuestas

“Mis padres están divorciados y a veces siento que no somos una familia SUD ‘de verdad’ porque no podemos sellarnos en el templo. Empiezo a sentirme distante de la Iglesia. ¿Qué puedo hacer con esos sentimientos?”

  • Todas las familias tienen dificultades, pero todas son bienvenidas a la Iglesia.

  • Ponte la meta de casarte algún día en el templo.

  • Vive el Evangelio para poder disfrutar de todas sus bendiciones.

  • Aprende de tu familia y ámala.

  • Conserva la esperanza y aprovecha esta prueba para acercarte más al Señor.

Liahona

Toda familia de los Santos los Últimos Días es diferente; cada una tiene sus puntos fuertes y sus debilidades; pero todas son bienvenidas a la Iglesia. El Evangelio de Jesucristo es para el perfeccionamiento de los santos y no para santos ya perfectos. Aquí tienes algunas sugerencias para ayudarte con este desafío:

Aprende de tu familia y prepárate para tu futura familia. Con todas nuestras imperfecciones, por el momento no podemos tener familias perfectas; pero sí puedes aprender de los puntos fuertes y de las debilidades de tu familia. Decide ahora mismo el tipo de familia que deseas tener cuando te cases; espera con ansias ese día y prepárate para el matrimonio eterno tomando hoy decisiones correctas.

Vive el Evangelio. Haz todo lo que esté a tu alcance para que tu hogar sea un lugar donde more el Espíritu. Una manera de hacerlo es honrar a tus padres. Aunque se hayan divorciado, siguen siendo tus padres —te dieron el don de la vida— y merecen tu amor.

Al esforzarte por vivir el Evangelio, el Espíritu Santo te dará consuelo y la Expiación te fortalecerá. El Salvador efectuó la Expiación para que podamos disfrutar de toda bendición a nuestro alcance si somos rectos y aquí se incluye la bendición de las familias eternas.

El divorcio de tus padres no determinará tu futuro eterno, pero sí lo hará tu dignidad personal. El élder Richard G. Scott, del Quórum de los Doce Apóstoles, enseñó: “[El Señor] hará posible que recibas todo lo que te mereces. No te desalientes. El vivir una vida lo más cercana posible al ideal te proporcionará enorme felicidad, gran satisfacción y un admirable progreso mientras estés en la tierra, no importa cuáles sean tus circunstancias actuales” (“Primero lo más importante”, Liahona, julio de 2001, pág. 7).

Ten esperanza. Es fácil sentirse triste cuando se tienen problemas familiares, pero recuerda que esa clase de dificultad, como cualquier otra prueba, puede enseñarte algunas lecciones importantes y contribuir a tu crecimiento espiritual y emocional. Puedes sentir esperanza al orar y planificar el día en que tus futuros hijos disfruten de las bendiciones de una familia eterna.

El Señor designó la familia para nuestro beneficio. Nuestra familia puede fortalecernos y guiarnos. Aprende a amar y apreciar a tu familia. El Señor ama a tu familia, con todos sus talentos y debilidades exclusivos. Tus experiencias con ella te enseñarán muchas cosas que te beneficiarán no sólo en esta vida, sino en la eternidad.

Lectores

Mis padres estuvieron divorciados durante varios años y, afortunadamente, volvieron a casarse; pero durante aquel tiempo, me sentí tal y como describes en tu pregunta, así que oré a mi Padre Celestial en busca de fortaleza y consuelo. Gracias a esa experiencia, he aprendido a acudir a mi Padre Celestial y a confiar en Él, pues Él sabe qué es lo mejor para mí. También aprendí a orar con sinceridad de corazón cada vez que tengo problemas o preguntas. Al terminar de orar, leo las Escrituras ya que puede que encuentre un capítulo con la respuesta que necesito. Cada vez que tengas esos sentimientos de distanciamiento, intenta leer las Escrituras y orar en busca de orientación.

Marie P., 13, Arizona, E.U.A.

También yo tuve ese mismo sentimiento cuando mis padres se separaron, pero lo vencí. Piensa simplemente que, no importa lo que suceda, Jesús está a tu lado para consolarte. Siempre está dispuesto a guiarnos al camino correcto y hacernos sentir que nos ama. Cuando percibes ese amor, te sentirás muy bien por ser miembro de la Iglesia. Piensa en lo que nuestro Padre Celestial y Jesucristo desean que seas y, al hacerlo, recibirás fortaleza.

Robert S., 15, Filipinas

Una manera de abordar esos sentimientos es recibir ayuda de los líderes de la Iglesia y de tus amigos. Tus líderes pueden ayudarte espiritualmente y tus amigos te ayudarán a entender que no es el fin del mundo sino más bien un incentivo para esforzarte a fin de que tu familia permanezca más unida. Es bueno saber que nada sucede por casualidad, que todo tiene un propósito en la vida y que Dios tiene un amor eterno por nosotros.

Juan B., 17, Brasil

A pesar de las pruebas que han enfrentado tu familia y tus padres, recuerda que sólo serás responsable de tus propias acciones en esta vida y no de las de tus padres. Consuélate al saber que, llegado el momento, podrás casarte en el templo. No te sientas excluido, sino orgulloso de pertenecer a la Iglesia verdadera. Si no puedes dejar de sentirte distanciado, lee Doctrina y Convenios 68:6.

Judith O., 14, Maryland, E.U.A.

No permitas que el divorcio de tus padres te desanime ni te haga sentir como un extraño en la Iglesia, tanto si tu familia está sellada en el templo como si no. Lo más importante que debes hacer es mantener la fe y evitar los factores que hayan desencadenado el divorcio de tus padres, a fin de poder sellarte en el santo templo.

Alexander H., 20, Nigeria

Crecí con padres divorciados. Mi padre no asistía a nuestra rama y mi madre no podía ir a las reuniones debido a su trabajo, así que mi hermana y yo íbamos solos a la Iglesia. Era difícil y me sentía raro, pero seguimos asistiendo. Si te aferras a tu testimonio y observas los mandamientos, serás bendecido. Si oras y te esfuerzas por conservar el Espíritu en tu corazón, te sobrepondrás a las pruebas de esta vida y al final recibirás tu recompensa.

Jess D., 18, Nevada, E.U.A.

El sentimiento de no encajar en la Iglesia no procede de Dios ya que Su Iglesia es para todos Sus hijos que creen en ella, independientemente de sus circunstancias. En la Iglesia no hay lugar para la exclusión, pues se acepta a todo el mundo. No es fácil encarar una situación familiar como la que describes, pero el Evangelio ofrece esperanza y una perspectiva positiva para cada circunstancia que afrontemos. Ponte metas dignas ahora y empieza a prepararte para cuando tengas tu propia familia y puedas establecer vínculos eternos.

Ixchel C., 23, México

Las respuestas tienen por objeto servir de ayuda y exponer un punto de vista, y no deben considerarse pronunciamientos de doctrina de la Iglesia.

“Para los que han pasado por un divorcio: No dejen que la desilusión ni el sentimiento de fracaso afecten negativamente al concepto que tengan del matrimonio ni de la vida. No pierdan la fe en el matrimonio ni permitan que la amargura mine su alma, destruyéndoles a ustedes y a los que aman o han amado…

“Que el Señor nos bendiga para que tratemos a los demás tal y como corresponde a los Santos de los Últimos Días. Que no haya nadie entre nosotros que se sienta como ‘extranjero ni advenedizo’, sino como ‘conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios’ (Efesios 2:19)”.

Presidente Howard W. Hunter (1907–1995), “La Iglesia es para todos”, Liahona, agosto de 1990, pág. 40.