2005
Regocijémonos en el Libro de Mormón
septiembre de 2005


Mensaje de las maestras visitantes

Regocijémonos en el Libro de Mormón

Por medio de la oración, seleccione y lea de este mensaje los pasajes de las Escrituras y las enseñanzas que satisfagan las necesidades de las hermanas a las que visite. Comparta sus experiencias y su testimonio e invite a las hermanas a las que enseñe a hacer lo mismo.

D. y C. 17:6: “[José Smith] ha traducido el libro… y vive vuestro Señor y vuestro Dios, que es verdadero”.

¿Cómo puedo aumentar mi capacidad espiritual al regocijarme en la lectura del Libro de Mormón?

Presidente Gordon B. Hinckley: “Si cada uno de ustedes sigue ese sencillo programa [de leer el Libro de Mormón para el fin de año], sin tener en cuenta cuántas veces [lo] hayan leído antes, recibirán personalmente y en su hogar una porción mayor del Espíritu del Señor, se fortalecerá su resolución de obedecer los mandamientos de Dios y tendrán un testimonio más fuerte de la realidad viviente del Hijo de Dios” (“Un testimonio vibrante y verdadero”, Liahona, agosto de 2005, pág. 2).

Élder Russell M. Nelson, del Quórum de los Doce Apóstoles: “Toda persona que estudie con espíritu de oración el Libro de Mormón también podrá recibir un testimonio de su divinidad. Además, este libro servirá de ayuda en lo que respecta a los problemas personales y lo hará de una manera muy real. ¿Desean librarse de un mal hábito? ¿Desean mejorar las relaciones personales de su familia? ¿Desean aumentar su capacidad espiritual? ¡Lean el Libro de Mormón! Éste los acercará más al Señor Jesucristo y a Su amoroso poder. El que alimentó a la multitud con cinco panes y dos peces —el que hizo ver a los ciegos y andar a los cojos— ¡también puede bendecirlos a ustedes! Él ha prometido que los que vivan de acuerdo con los preceptos de este libro ‘recibirán una corona de vida eterna’ “ (“Un testimonio del Libro de Mormón”, Liahona, enero de 2000, pág. 85).

¿Cómo puedo compartir mi gozo por la salida a luz del Libro de Mormón?

Presidente Ezra Taft Benson (1899–1994): “Nosotros, los miembros de la Iglesia, y más particularmente los misioneros, tenemos que ser… los anunciantes y testificadores del Libro de Mormón a los cabos de la tierra. El Libro de Mormón es el gran medio que debemos emplear para juzgar la verdad de todas las cosas, pues confirma que José Smith fue un profeta, contiene las palabras de Cristo y su gran misión consiste en llevar a los hombres a Cristo; y todo lo demás es secundario. La pregunta más importante, tratándose del Libro de Mormón, es: ‘¿Desea saber más de Cristo’?” (“The Book of Mormon Is the Word of God”, Ensign, mayo de 1975, pág. 65).

Julie B. Beck, primera consejera de la presidencia general de las Mujeres Jóvenes: “El Señor nos ha dicho: ‘…dedicaréis vuestro tiempo al estudio de las Escrituras’ (D. y C. 26:1) y que ‘el Libro de Mormón y las Santas Escrituras [se nos han dado]… para [nuestra] instrucción’ (D. y C. 33:16). Toda mujer puede ser instructora de doctrina del Evangelio en su hogar y toda hermana de la Iglesia debe tener conocimiento del Evangelio como líder y como maestra. Si todavía no se han formado el hábito del estudio diario de las Escrituras, comiencen ahora y continúen estudiándolas a fin de estar preparadas para sus responsabilidades tanto en esta vida como en las eternidades” (“Mi alma se deleita en las Escrituras”, Liahona, mayo de 2004, págs. 107–108).