2005
Predicando Su Evangelio
septiembre de 2005


Predicando Su Evangelio

Echemos un vistazo a la nueva guía de la Iglesia para el servicio misional.

La guía del Espíritu Santo siempre ha sido vital en la obra misional. Aunque desde la restauración de la Iglesia se han empleado diversos métodos y materiales de enseñanza, la instrucción canónica no ha variado: “…y si no recibís el Espíritu, no enseñaréis” (D. y C. 42:14).

En un esfuerzo por lograr que los misioneros dependan más del Espíritu, los líderes de la Iglesia han implementado el manual Predicad Mi Evangelio, el cual reemplaza las seis charlas misionales que se utilizaron desde 1985, presenta nuevos métodos de enseñanza y recalca una planificación más eficaz. El manual también sustituye a la Guía Misional, a las charlas para los nuevos miembros y al programa de estudio del Evangelio para el misionero.

“Este manual es una guía de lo que el misionero precisa saber y llegar a ser a fin de ser un maestro a quien se ha otorgado poder para declarar el mensaje de la Restauración a los habitantes del mundo”, dijo el élder M. Russell Ballard, del Quórum de los Doce Apóstoles, en un seminario para nuevos presidentes de misión.

Los misioneros ya no memorizan las charlas para los investigadores y los nuevos miembros, sino que ahora estudian y aprenden doctrinas y principios del Evangelio a través de cinco lecciones básicas y crean lecciones personalizadas para cada investigador o nuevo converso. Otros aspectos importantes de la obra misional que se enseñan en el nuevo manual son la planificación, el establecimiento de metas y el uso sabio del tiempo.

Además, Predicad Mi Evangelio no es sólo para misioneros de tiempo completo. En el nuevo manual se anima a los miembros y a los líderes de los barrios y de las ramas a trabajar más de cerca con los misioneros. Los miembros encontrarán Predicad Mi Evangelio útil a medida que ayuden a los misioneros al darles referencias, al invitarles a enseñar a los investigadores en sus hogares y al ser de ayuda de muchas otras maneras.

“[Predicad Mi Evangelio] requerirá un mayor esfuerzo por parte de los misioneros”, dijo el presidente Gordon B. Hinckley a los presidentes de misión durante una transmisión vía satélite. “Requerirá mucha oración y mucho estudio… Al mejorar la calidad de la enseñanza durante el proceso de conversión, aumentará la retención de las personas que se bauticen”.

La preparación de los jóvenes

El manual Predicad Mi Evangelio comienza con las siguientes palabras de la Primera Presidencia:

“Estimado compañero en la obra misional:

“Le felicitamos por la gran oportunidad que tiene de ser misionero. No hay obra más importante que ésta, ni hay ninguna otra que brinde mayor satisfacción”1.

Llegar a ser ese futuro misionero requerirá trabajo arduo aquí y ahora; requerirá estudio, práctica y oración.

“Sin el Espíritu, resulta imposible hacer la obra misional”, dice la hermana Mary C. Memory, de la Misión Nueva York, Nueva York Norte.

Predicad Mi Evangelio ayuda a los misioneros a enseñar el Evangelio con sus propias palabras. Los misioneros tienen que ser dignos del Espíritu a fin de saber qué y cómo enseñar.

“Estoy aprendiendo a sentir el mensaje en el corazón”, dice el élder Mason Warr, que sirve en la Misión Perú Lima Este. “Escucho al Espíritu para saber qué enseñar”.

El élder Nicolas Gervic, que sirve en la Misión Nueva York, Nueva York Norte, asiente: “Enseñas lo que te sale del corazón”. El élder Gervic está obteniendo buenos resultados con el nuevo libro, pero desearía haber estado mejor preparado para enseñar.

Parte esencial de esa preparación es el obtener un fuerte testimonio del Evangelio y de la Restauración, dice el élder Travis D. Hollingshead, compañero del élder Gervic. “Antes de la misión, no entendía bien la Restauración. Sabía que es importante, pero no era consciente de la importancia que tiene en mi vida”.

El élder Hollingshead dice que Predicad Mi Evangelio le ha servido para conocer mejor el Evangelio y así enseñarlo mejor. Está contento por haber asistido a seminario y haber estudiado el programa de Dominio de las Escrituras. “Puedo contestar las preguntas valiéndome de las Escrituras en vez de mis propias palabras”. A fin de ayudarles a prepararse para servir una misión, anima a los jóvenes a “leer el Libro de Mormón y obtener un testimonio de él”.

El élder Paul A. Mann dice “¡Amén!” cuando el élder Hollingshead habla de seminario. Él y su compañero, el élder Joel D. Rodríguez, sirven en Yonkers, Nueva York. “Seminario te proporciona un entendimiento innegable del Evangelio”, dice. Él sabe que se necesita obtener un testimonio antes de poder compartirlo con los demás.

El élder Rodríguez concuerda con él: “Obtengan un testimonio de lo que es el Evangelio y de quién fue José Smith”. Es más fácil enseñar lo que sale del corazón cuando se siente la verdad de lo que se está diciendo y se conoce realmente el Evangelio.

El élder Mauricio Chávez, de la Misión Perú Lima Este, recalca la importancia de aprender a planificar bien. “Ahora la tarea de planificar nos lleva un poco más de tiempo”, dice, “pero es más eficaz y sirve para que nuestros investigadores adquieran un testimonio más fuerte”.

El compañero del élder Chávez, el élder Ben Beeson, explica: “Debido a nuestra planificación, siempre estamos al tanto del progreso de nuestros investigadores”.

La preparación misional que estos misioneros recalcan más es el de conservarse dignos de la compañía del Espíritu Santo; sin Él no podrían enseñar con eficacia (véase D. y C. 42:14).

La hermana Valeree Price, compañera de la hermana Memory, dice: “Ojalá me hubiera preparado mejor para la misión centrándome en las cosas que son importantes”.

“Sí”, dice la hermana Memory, “podemos citar de memoria el diálogo de las películas, pero nos cuesta citar las Escrituras. ¡Qué pérdida de tiempo!”.

El élder Jon Hitchcock, que sirve en la Misión Perú Lima Este, dice: “Lo maravilloso de Predicad Mi Evangelio es que se progresa en todo aspecto paso a paso. Te enseña cómo enseñar el Evangelio a la gente, cómo sentir el Espíritu, cómo expresar los sentimientos y cómo obtener compromisos. Te permite personalizar las lecciones y cerciorarte de que realmente te conectas con cada persona a un nivel personal”.

Las hermanas y los élderes saben que el enseñar de lo que les salga del corazón es todo un reto. Deben tener el Espíritu siempre consigo, tienen que conocer el Evangelio y deben planificar las lecciones y los días con detenimiento. Pero también saben que su preparación es la base de su éxito y que les servirá para llevar a más de los hijos de nuestro Padre Celestial al conocimiento de Su Evangelio.

Resultados visibles

Predicad Mi Evangelio ha producido resultados notables. Sin embargo, el éxito es mayor entre los misioneros que tienen mayor preparación. Los misioneros mejor preparados, dice el presidente Wynn R. Dewsnup, de la Misión Utah Ogden, son “aquellos que han tenido experiencias espirituales personales, que han percibido en su vida el poder de la oración personal, que, mediante el estudio personal y la oración, han llegado a conocer al Salvador de manera mucho más íntima”.

“Los que siempre han sido obedientes, que han estudiado el Evangelio antes de la misión y que han tenido oportunidades de enseñarlo en la Iglesia o en seminario, están mejor preparados para utilizar Predicad Mi Evangelio cuando llegan aquí”, dice el presidente Brian D. Garner, de la Misión California Carlsbad.

Los presidentes de misión coinciden en que Predicad Mi Evangelio ha tenido un efecto espectacular en la forma en que los misioneros realizan la obra del Señor. “El cambio más visible que hemos detectado en nuestros misioneros”, dice el presidente Kelend I. Mills, de la Misión Japón Fukuoka, “ha sido su capacidad de ser flexibles. En respuesta a las necesidades específicas que observan en un investigador, los misioneros ahora son más propensos a considerar que es adecuado, e incluso necesario, adaptar el mensaje a esas necesidades”.

Glendon Lyons, ex presidente de la Misión Perú Lima Este, dice: “Los principios del capítulo 8 de Predicad Mi Evangelio están ayudando a los misioneros a aprender la disciplina de llevar registros, de fijarse metas y de alcanzar esas metas. Eso les sirve para tener un mayor orden en su diario vivir y seguirá siendo una bendición para ellos aún después de la misión”.

“La evidencia más visible de los beneficios de Predicad Mi Evangelio ha sido el que todos los misioneros parecen líderes”, dice el presidente Jeffrey R. Morrow, de la Misión Nueva York, Nueva York Sur. Un élder le escribió en un informe semanal: “En los últimos seis meses he tenido dos o tres veces más éxito que en todo el año anterior”.

El presidente R. Brent Ririe, de la Misión Idaho Boise, coincide: “Predicad Mi Evangelio ha sido un tremendo impulso para la obra. Todo va en aumento: los bautismos, la obediencia, la fe, la actividad de miembros- misioneros. Es una gran época para ser misionero de tiempo completo o miembro misionero”.

Los padres

¿Qué pueden hacer los padres para ayudar a sus hijos a llegar al campo misional preparados para enseñar por el Espíritu? El presidente Nelson M. Boren, de la Misión Nueva York, Nueva York Norte, recalca la importancia de “la oración familiar diaria, del estudio familiar diario de las Escrituras y de la noche de hogar semanal”.

“Lo mejor que los padres pueden hacer para ayudar a sus hijos a emplear Predicad Mi Evangelio con eficacia es vivir las doctrinas y el estilo de vida que se concentran en sus páginas”, dice R. Gene Moffitt, ex presidente de la Misión California Anaheim.

“Aun cuando fue inspirado y preparado específicamente para la obra misional de tiempo completo”, dice el presidente Ririe, “Predicad Mi Evangelio debiera ser la referencia ‘principal’ en todo hogar Santo de los Últimos Días. Es una magnífica fuente de consulta para las lecciones de la noche de hogar, para el estudio personal del Evangelio y como referencia del Evangelio. Nuestro hijo de 13 años recibió un ejemplar hace poco y le encanta leerlo, estudiarlo y marcar las lecciones del capítulo 3. Se ha visto inspirado por la sencillez y la belleza del Evangelio y el orden en el que se debe enseñar a aquellos amigos suyos que no son miembros de la Iglesia”.

El presidente Morrow aconseja a los padres a “hacer hincapié en la importancia de obtener un testimonio del mensaje de la Restauración, de ser obedientes y de asimilar la ética del trabajo arduo en la vida diaria”. Dice también que es importante fijarse metas, y sugiere que “el establecer metas académicas, deportivas y hasta económicas será de ayuda a los futuros misioneros para que aprendan esa importante destreza”.

El cultivar buenos hábitos de estudio puede resultar crucial para los futuros misioneros. El presidente Christopher B. Munday, de la Misión Inglaterra Birmingham, hace hincapié en la importancia de dedicar tiempo al estudio personal y con el compañero: “La misión se convierte en un éxito o en un fracaso entre las 6:30 y las 9:30 de la mañana, tiempo en que los misioneros estudian el Evangelio”.

Los maestros y los líderes

Los presidentes de misión reconocen que una de las cosas más importantes que un maestro de jóvenes puede hacer para prepararlos para el servicio misional es darles la oportunidad de enseñar. Varios presidentes de misión indicaron que los jóvenes aprenden a enseñar por el Espíritu principalmente al observar a los que sí saben enseñar, por lo que la responsabilidad de los maestros de los jóvenes es grande. Si entienden que su modo de enseñar las clases de semana en semana influye en los miles de personas que investigarán la Iglesia, buscarán el Espíritu y se esforzarán por enseñar con poder.

Muchos maestros y líderes son ex misioneros. El presidente Steven C. Meek, de la Misión México Ciudad de México Sur, dice: “Necesitan compartir con los jóvenes las experiencias transformadoras que les ocurrieron a ellos en la misión”.

“Sean siempre, siempre, un ejemplo de lo que debería ser un misionero”, dice el presidente Ririe. “Conserven la dignidad en todo lo que digan y hagan. Conserven las normas del vestir y las de higiene que sean compatibles con las que deben seguir los misioneros. Incluyan a los jóvenes en el plan misional de su barrio o rama e incorporen la obra misional en todas las actividades de los jóvenes. Sean líderes de jóvenes que siempre tengan en mente la obra misional”.

El presidente Dewsnup aconseja a los obispos y a los presidentes de rama que permitan a los futuros misioneros hablar cuantas veces sea posible en la reunión sacramental y en otras reuniones. “Se debe instar a los jóvenes a obtener el reconocimiento Mi deber a Dios, a seguir leyendo el Libro de Mormón y a obtener un testimonio personal de él”, sugiere. “Concédanles también la oportunidad de participar en los servicios bautismales, ya que durante los mismos se respira un ambiente misional y hay un derramamiento del Espíritu Santo”.

“Animen a los jóvenes a ir con los misioneros a enseñar, a repartir folletos o a visitar a los miembros activos para pedir referencias”, agrega el presidente Moffitt. “Tal vez el mejor recurso para ayudar a los jóvenes a servir una misión y prepararse eficazmente para ello sean los misioneros mismos”.

Un programa inspirado

“Me siento muy agradecido por Predicad Mi Evangelio”, dice el presidente Boren. “No sólo serán ellos mejores misioneros, traerán más almas a Cristo y serán más felices al servir, sino que las aptitudes y las actitudes que aprendan les permitirán ser mejores padres, madres, cónyuges y también mejores hijos e hijas de Dios. Es más que un manual para efectuar la obra misional; sus enseñanzas son mucho más profundas que eso”.

La Primera Presidencia presenta el reto siguiente en Predicad Mi Evangelio: “Tenga un compromiso aún más firme de ayudar a nuestro Padre Celestial en Su gloriosa obra… El Señor le recompensará y le bendecirá grandemente a medida que le sirva con humildad y un espíritu de oración. Al trabajar entre los hijos de Él, recibirá más felicidad que la que jamás haya experimentado”2.

Los misioneros y los presidentes de misión testifican que eso es verdad.

Lo que pueden hacer los padres

  • Ayudar a los hijos a cultivar buenos hábitos de estudio.

  • Efectuar la oración familiar, el estudio de las Escrituras y la noche de hogar.

  • Permitir que sus hijos enseñen lecciones de la noche de hogar.

  • Vivir los principios que enseñan los misioneros.

  • Recalcar la importancia de asistir a seminario, de leer el Libro de Mormón y de obtener un testimonio.

  • Ayudar a los hijos a fijarse metas y a hacer compromisos.

  • Limitar el tiempo que dedican a la televisión y a los videojuegos.

  • Invitar a los misioneros a enseñar en su hogar.

Preparar, preparar, preparar

Preparación espiritual

  • Cultiva un amor profundo por el Evangelio restaurado, en especial por el Salvador, el profeta José Smith y el Libro de Mormón; también obtén un profundo conocimiento de todo ello.

  • Obtén tu propio testimonio, sé digno de la compañía del Espíritu y da oído a Sus susurros.

  • Practica el tener una buena actitud y el ser bondadoso con los demás, especialmente con tus hermanos.

  • Obtén un fuerte deseo de servir.

Cuestiones básicas de las escrituras

  • Estudia el Libro de Mormón diariamente y familiarízate bien con él.

  • ¡Asiste a seminario! Aprende los pasajes para el Dominio de las Escrituras.

  • Aprende el uso de ayudas como la Guía para el Estudio de las Escrituras.

Diversas ideas prácticas

  • Aprende a hacer tareas sencillas como tender la cama, cocinar y el cuidado de tu ropa.

  • Come bien, cuida tu salud y cuídate a ti mismo.

  • Aprovecha los estudios para que sepas cómo estudiar.

  • Toma un curso de preparación misional.

  • Trabaja conjuntamente con los misioneros, siempre que sea posible.

  • Consigue un ejemplar de Predicad Mi Evangelio (artículo Nº 36617 002) y empieza a estudiarlo.

  • Aprende una segunda o una tercera lengua.

  • Ahorra y aprende a administrar el dinero.

Principios básicos de enseñanza y planificación

  • Aprende el manejo de una agenda sencilla y sé organizado. Planifica tus tareas escolares y tu tiempo.

  • Cumple con tus llamamientos en la Iglesia. Sé un buen maestro orientador.

  • Adquiere habilidades para enseñar. Comparte el Evangelio siempre que tengas la oportunidad de hacerlo.

  • Utiliza los requisitos de Mi deber a Dios y Mi progreso personal para adquirir experiencia en impartir enseñanzas a los demás.

  • Aprovecha las oportunidades de la noche de hogar y de otras ocasiones para aprender a enseñar.

  • Practica el fijar y el alcanzar metas.

Lo que pueden hacer los maestros y los líderes

  • Den a los jóvenes oportunidades de enseñar a otros jóvenes.

  • Enseñen por el Espíritu; los jóvenes aprenden por medio del ejemplo.

  • Compartan aquellas experiencias que hayan cambiado su vida.

  • Procuren la participación de los futuros misioneros en los servicios bautismales.

  • Den a los jóvenes un ejemplar de Predicad Mi Evangelio.

  • Fomenten la lectura del Libro de Mormón y la obtención de un testimonio.

  • Pidan a los futuros misioneros que hablen en las reuniones.

  • Ayuden a los jóvenes a aprender destrezas de liderazgo al brindarles oportunidades de servir.

  • Animen a los jóvenes a trabajar con los misioneros de tiempo completo.

Notas

  1. Predicad Mi Evangelio, 2004, pág. V.

  2. Predicad Mi Evangelio, pág. V.