2004
El letrero de la pared
agosto de 2004


El letrero de la pared

“Escoge a tus amigos con prudencia, pues tendrás la tendencia de ser como ellos”. Había visto ese letrero un millón de veces sin darle la menor importancia; no era más que uno de los muchos pensamientos y citas estratégicamente dispuestos que decoraban las paredes de nuestra casa, con la salvedad de que éste estaba en el mejor lugar de todos: justo encima de la mesa de la cocina.

Cuando me visitaban mis amigos, solíamos reunirnos en la cocina. Las jovencitas con las que salía, las películas tardías o los almuerzos rápidos tenían lugar en la cocina. Mamá lo sabía y planeó su ataque de acuerdo con eso; años más tarde me di cuenta de su gran acierto.

Fui bendecido con un buen número de amigos que son además miembros de la Iglesia; íbamos juntos a las reuniones y también a la escuela, y la mayoría salimos a la misión casi a la vez. Sin embargo, había uno que no era exactamente como el resto de nosotros. Sus padres estaban divorciados y él dividía su tiempo entre las casas de sus padres y las de sus amigos. Creo que por ello siempre se sintió algo aislado y solo; tenía el cabello largo y siempre llevaba puesto por lo menos un arete. A pesar de eso, lo amábamos y era uno de nosotros.

Durante la escuela secundaria presenciamos un gran cambio en él. Poco después de cumplir diecinueve años, envió los papeles para ir a la misión y recibió su llamamiento, y no fue sino hasta un par de meses después que comprendimos el significado de su decisión.

Esa comprensión ocurrió un frío domingo de enero; mis amigos y yo nos habíamos reunido para oír a ese joven discursar en la reunión sacramental. Como se me había invitado a interpretar un número musical, me hallaba sentado en el estrado. Mientras contemplaba a la congregación, vi a todos mis amigos y a mi familia; tenía una vista maravillosa. Mi amigo se dirigió al púlpito con los ojos un tanto enrojecidos.

Comenzó su discurso con una pregunta: “¿Sabe alguno por qué estoy aquí?. Es muy sencillo. Estoy aquí gracias a las muchas veces que almorcé a la mesa de un amigo, una mesa sobre la que hay un letrero que dice: ‘Escoge a tus amigos con prudencia, pues tendrás la tendencia de ser como ellos’. Quiero que mis amigos sepan que no estaría hoy aquí de no haber sido por su ejemplo y su amor”.

Miré a la multitud y vi a mi madre emocionada y con una sonrisa en el semblante.

Desde entonces, he reflexionado en la influencia que mis amigos han ejercido en mi vida. No sé si habría servido en una misión de no haber sido por ellos. Desconozco la clase de persona que sería en la actualidad sin la fortaleza y el amor que recibí de esas personas tan maravillosas. Siempre estaré agradecido por ello, tanto a ellos como a mi Padre Celestial.

Sé que nadie ha olvidado el mensaje que se compartió desde el púlpito; hoy día, ese letrero sigue pendiendo en nuestra cocina.

Jeremy Robertson es miembro del Barrio Grandview 19, Estaca Grandview, Provo, Utah.