Historia de la Iglesia
“Una obra que es eterna”


“Una obra que es eterna”

Luego de las primeras investiduras en Nauvoo, durante cien años la ceremonia se administró solo en inglés. En la década de 1940, sin embargo, el número creciente de fieles santos mexicanos y mexicano-estadounidenses motivó a los líderes de la Iglesia a hacer que se tradujera la investidura al español, efectuándose por primera vez después de una conferencia especial en el Templo de Mesa, Arizona, en 1945. A pesar del costo del viaje, muchos santos de México se comprometieron a asistir. Ellos ahorraron para pagar el transporte y pidieron tiempo libre en sus trabajos. Los miembros de la Iglesia de Arizona ayudaron ofreciendo alimentos y hospedaje a los viajeros.

En la conferencia, el presidente de la rama Monterrey, José Gracia, habló del significado de esa ocasión: “Hemos venido a realizar una gran obra por nosotros mismos y por nuestros antepasados”, dijo él. “Las promesas hechas a nuestros padres se están cumpliendo en nosotros”.

Muchos otros se regocijaron de estar en presencia de tantos miembros de la Iglesia. “Antes me consideraba huérfano”, dijo Saturnino Aguilar, de la rama Ermita de Ciudad de México. “Pero ahora veo que tengo una multitud de hermanos y hermanas”.

Concluida la conferencia, a la mañana del 6 de noviembre, más de doscientos miembros asistieron a la primera sesión de investidura en español.

José Gracia estuvo entre los que volvieron al año siguiente y tomaron la resolución de mantener la tradición de viajar al templo cada mes de noviembre. “Pretendo venir aquí año tras año”, dijo él. Los viajes anuales coincidían con el día de los muertos en México, y para muchos santos, el asistir al templo agregaba significado a la festividad. En la conferencia de la excursión al templo en 1946, Gracia relataba haber visto a las familias recoger flores para sus familiares fallecidos. Él observó: “Nos hemos juntado aquí en Mesa” para honrar a nuestros antepasados de otra forma. “No es una obra que se marchita como esas flores, sino una obra que es eterna”.

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La rama Monterrey en el Templo de Mesa, 1949

Miembros de la rama Monterrey en el Templo de Mesa, Arizona, en 1949.

Se hicieron los viajes al templo durante décadas, hasta que se edificó un templo en la Ciudad de México. Cuando se dedicó el templo en diciembre de 1983, los santos se sentían gozosos en extremo. Un miembro de la rama Tenayo que asistió a la dedicación dijo que con la terminación del templo “se había cumplido un sueño que todos los mexicanos habían albergado durante muchos años”.

Conforme la Iglesia fue creciendo en México y los miembros continuaron asistiendo fielmente al templo, se construyeron más templos en el país, y los miembros que habían sacrificado para viajar hasta Mesa y Ciudad de México ahora podían hacer la obra del templo por ellos mismos y sus antepasados en un lugar cercano a sus casas. Para 2015, había templos en Ciudad de México, Colonia Juárez, Ciudad Juárez, Guadalajara, Hermosillo, Mérida, Monterrey, Oaxaca, Tampico, Tijuana, Tuxtla Gutiérrez, Veracruz y Villahermosa.