Historia de la Iglesia
“No hizo falta valor… hizo falta fe”


“No hizo falta valor… hizo falta fe”

En 1960, Milton e Irene Soares estaban buscando una iglesia. Ninguno de ellos se había criado en un hogar religioso, pero ambos sentían que ellos y sus cinco hijos necesitaban un fundamento espiritual. Impulsados por la persistencia de Irene, la pareja estudió la Biblia y trató de asistir a muchas iglesias locales.

Cuando Irene conoció a los misioneros, programó con entusiasmo una cita para que ellos se reunieran con su esposo. Cansado de la búsqueda, Milton había desarrollado una actitud escéptica hacia la religión y rechazó las enseñanzas de los misioneros. Finalmente, en un ataque de ira, les dijo que no regresaran. Los misioneros le pidieron que orara una vez más para preguntarle a Dios si el mensaje de ellos era verdadero. Él aceptó hacerlo, pero después de orar no se sintió diferente.

Esa noche, Milton estaba leyendo Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida, por Dale Carnegie. Abrió justo en un pasaje en la mitad del libro que explicaba cómo muchas cosas, como nuestro cuerpo o la electricidad, nos benefician, aun cuando no entendamos completamente cómo funcionan. “El hecho de que yo no comprenda los misterios de la oración y de la religión”, escribió Carnegie, “ya no me impide disfrutar de la vida más rica y feliz que la religión proporciona”.

El Espíritu Santo le testificó a Milton que, aunque no entendía completamente el mensaje de los misioneros, este era verdadero. Al día siguiente, les dijo que deseaba bautizarse.

Milton, Irene y sus hijos fueron la primera familia que se bautizó en Recife. Decididos a compartir su nueva religión, invitaron a muchas personas a unirse a ellos en el pequeño salón sin ventanas en el que los misioneros llevaban a cabo las reuniones. “Les dije a mis amigos que la verdadera Iglesia de Cristo estaba aquí”, recordó Milton. Pocos años después, el salón era demasiado pequeño para albergar a la rama en crecimiento. Realizaron servicios en su hogar hasta que se pudo encontrar un edificio más grande. El 27 de octubre de 1961, Milton Soares fue llamado como presidente de la Rama Recife.

En 1967, Milton fue llamado como presidente del Distrito Recife e Irene como presidenta de la Sociedad de Socorro del distrito. Juntos, viajaron por todo el noreste de Brasil organizando ramas, enseñando a los miembros nuevos y ayudando a los misioneros a predicar el Evangelio. Miles se bautizaron en Recife y, en 1980, se creó una estaca con el hijo de Milton e Irene, Irajá, como presidente. Al reflexionar sobre su vida de esfuerzos pioneros, Milton llegó a la conclusión: “No hizo falta valor para ser el primer miembro aquí; hizo falta fe”.