Conferencia General
Cómo el sacerdocio bendice a la juventud
Conferencia General de abril de 2020


Cómo el sacerdocio bendice a la juventud

Podemos ser edificados mediante el sacerdocio. El sacerdocio trae luz a nuestro mundo.

Estoy agradecida por estar aquí. Cuando me enteré de que tendría la oportunidad de hablarles hoy, me sentí muy emocionada, pero al mismo tiempo muy humilde. He pasado mucho tiempo pensando en lo que podría decirles, y espero que el Espíritu les hable directamente por medio de mi mensaje.

En el Libro de Mormón, Lehi da una bendición a cada uno de sus hijos antes de morir que los ayuda a ver sus fortalezas y su potencial eterno. Soy la menor de ocho hijos, y durante el año pasado he sido la única hija en casa por primera vez. El no tener a mis hermanos cerca y no tener siempre a alguien con quien hablar ha sido difícil para mí. Ha habido noches en las que me he sentido muy sola. Estoy agradecida por mis padres, que han hecho todo lo posible por ayudarme. Un ejemplo de ello es cuando mi padre se ofreció a darme una bendición del sacerdocio para consolarme durante un momento particularmente difícil. Después de su bendición, las cosas no cambiaron de inmediato, pero pude sentir paz y amor de parte de mi Padre Celestial y de mi padre. Me siento bendecida por tener un padre digno que puede proporcionar bendiciones del sacerdocio cuando las necesito y que me ayuda a ver mis fortalezas y potencial eterno, tal como lo hizo Lehi cuando bendijo a sus hijos.

Independientemente de las circunstancias en las que se encuentren, siempre pueden tener acceso a las bendiciones del sacerdocio. Ustedes pueden recibir las bendiciones del sacerdocio a través de familiares, amigos, hermanos ministrantes, líderes del sacerdocio y un Padre Celestial que nunca les fallará. El élder Neil L. Andersen dijo: “Las bendiciones del sacerdocio son infinitamente mayores que aquél a quien se le pide que administre ese don […]. Al mantenernos dignos, las ordenanzas del sacerdocio enriquecen nuestra vida”1.

No duden en pedir una bendición cuando necesiten orientación adicional. En nuestros momentos difíciles es cuando más necesitamos la ayuda del Espíritu. Nadie es perfecto y todos experimentamos dificultades. Algunos de nosotros podemos sufrir ansiedad, depresión, adicción o sentimientos de que no valemos lo suficiente. Las bendiciones del sacerdocio pueden ayudarnos a superar esos desafíos y a recibir paz a medida que avanzamos hacia el futuro. Espero que nos esforcemos por vivir dignos de recibir esas bendiciones.

Otra forma en que el sacerdocio nos bendice es mediante las bendiciones patriarcales. He aprendido a recurrir a mi bendición patriarcal cada vez que me siento triste o sola. Mi bendición me ayuda a ver mi potencial y el plan específico que Dios tiene para mí. Me consuela y me ayuda a ver más allá de mi perspectiva terrenal. Me recuerda mis dones y las bendiciones que recibiré si vivo dignamente. También me ayuda a recordar y a tener la paz de que Dios me proporcionará respuestas y me abrirá puertas exactamente en el momento preciso en que más lo necesite.

Las bendiciones patriarcales nos ayudan a prepararnos para volver a vivir con nuestro Padre Celestial. Sé que las bendiciones patriarcales provienen de Dios y pueden ayudarnos a convertir nuestras debilidades en fortalezas. No son mensajes de un “adivino; esas bendiciones nos dicen lo que necesitamos escuchar. Son como una Liahona para cada uno de nosotros. Cuando ponemos a Dios en primer lugar y tenemos fe en Él, Él nos guiará a través de nuestro propio desierto.

Así como Dios bendijo a José Smith con el sacerdocio para que las bendiciones del Evangelio se pudiesen restaurar, nosotros podemos recibir las bendiciones del Evangelio en nuestras vidas mediante el sacerdocio. Cada semana se nos da el privilegio y la oportunidad de participar de la Santa Cena. Por medio de esta ordenanza del sacerdocio, podemos tener el Espíritu para que siempre esté con nosotros, el cual nos puede limpiar y purificar. Si sienten la necesidad de eliminar algo de sus vidas, acudan a un líder de confianza que pueda ayudarlos a tomar el camino correcto. Sus líderes pueden ayudarlos a acceder al poder pleno de la expiación de Jesucristo.

Gracias al sacerdocio también podemos recibir las bendiciones de las ordenanzas del templo. Desde el momento en que pude entrar en el templo, me he fijado la meta y la prioridad de asistir con regularidad. Al dedicar tiempo y hacer los sacrificios necesarios para estar más cerca de mi Padre Celestial en Su santa casa, he sido bendecida al recibir revelaciones e impresiones que verdaderamente me han ayudado a lo largo de mi vida.

Podemos ser edificados mediante el sacerdocio. El sacerdocio trae luz a nuestro mundo. El élder Robert D. Hales dijo: “Sin el poder del sacerdocio ‘toda la tierra sería totalmente asolada’ (véase D. y C. 2:1–3). No habría luz, ni esperanza, solo tinieblas”2.

Dios está de nuestra parte, animándonos. Él quiere que regresemos a Él. Nos conoce personalmente. Él los conoce a ustedes. Él nos ama. Siempre está al tanto de nosotros y nos bendice incluso cuando sentimos que no lo merecemos. Él sabe qué necesitamos y cuándo.

“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá” (Mateo 7:7–8).

Si aún no tienen un testimonio del sacerdocio, los animo a orar y a pedir saber por ustedes mismos de su poder, después lean las Escrituras para escuchar las palabras de Dios. Sé que si hacemos un esfuerzo por experimentar el poder del sacerdocio de Dios en nuestras vidas, seremos bendecidos. En el nombre de Jesucristo. Amén.

Notas

  1. Neil L. Andersen, “Poder en el sacerdocio”, Liahona, noviembre de 2013, pág. 92.

  2. Robert D. Hales, “Las bendiciones del sacerdocio”, Liahona, enero de 1996, pág. 32.