2000–2009
Los principios revelados sobre los quórumes
Abril 2009


Los principios revelados sobre los quórumes

Sigamos adelante con fe, confianza y virtud, sirviendo con Cristo para ayudar a salvar a nuestra familia y a todos los hijos de nuestro Padre Celestial.

Me encantan estas palabras del profeta Nefi: “…porque cuando un hombre habla por el poder del Santo Espíritu, el poder del Espíritu Santo lo lleva al corazón de los hijos de los hombres”1. Mi ruego es que el poder del Espíritu Santo lleve mi mensaje a sus corazones.

Me permito representar a los poseedores del sacerdocio de la Iglesia para expresar gratitud a los líderes de la Iglesia y a la presidencia general de las Mujeres Jóvenes por haber añadido recientemente la virtud como un valor destacado para las mujeres jóvenes. Al escuchar a las jóvenes de la Iglesia recitar el lema de las Mujeres Jóvenes, se fortalecen mi deseo y mi compromiso de ser virtuoso y santo. Como poseedores del santo sacerdocio, debemos procurar que las hermanas no sean los únicos ejemplos de virtud.

En la sección 38 de Doctrina y Convenios, el Señor nos ha mandado a cada uno de nosotros que seamos virtuosos: “…y estime cada hombre a su hermano como a sí mismo, y ponga en práctica la virtud y la santidad delante de mí”2.

Hoy deseo hablarles de los principios revelados por Dios sobre los quórumes y de la dirección inspirada de los profetas de los últimos días respecto al Sacerdocio Aarónico. Invito a los jóvenes de 12 a 18 años y a sus presidencias de quórum a escuchar, ya que analizaremos pasajes de las Escrituras que el Señor ha dirigido a ustedes. También invito a los padres y a los demás líderes del sacerdocio a escuchar para que comprendan mejor la forma en que los quórumes les ayudan a fortalecer y a preparar a los hijos de Dios.

Para comenzar, deseo recalcar el principio de estudiar o de obtener la palabra de Dios. He aprendido del ejemplo de mi esposa Rosemary que debemos convertirnos en estudiantes dedicados. Como muchos de ustedes, mi esposa estudia con regularidad las Escrituras y otros buenos libros. Ella es estudiosa de los mandamientos de Dios, del éxito matrimonial, de la crianza adecuada de los hijos y de la buena salud. A menudo me entrega un libro con una sonrisa y dice: “Toma, sólo tienes que leer las partes subrayadas”; y si el libro es sobre el matrimonio, le sonrío y le doy las gracias.

Hermanos, debemos ser estudiosos fervientes de los principios revelados del sacerdocio y de los quórumes. Nuestro objetivo es emplear correctamente la dirección inspirada de Dios y de Sus profetas, optimizar las virtudes y bendiciones del quórum, y fortalecer a los jóvenes y a sus familias. La tarea del quórum es aumentar la fe en Cristo, preparar y salvar a los jóvenes, y eliminar los errores y la pereza al aplicar la voluntad de Dios. Al procurar obtener de Dios sabiduría, estudiemos también los principios revelados sobre los quórumes.

El presidente Monson ha enseñado que “la enseñanza de principios básicos es imperiosa. Para comprender mejor nuestra labor y oportunidad… [y] a fin de merecer el discernimiento del Espíritu, [los líderes del sacerdocio] deben cumplir su tarea”3.

El presidente Stephen L Richards enseñó que un quórum es una clase, una fraternidad y una unidad de servicio: Una clase donde al joven se le enseña el evangelio de Jesucristo; una fraternidad donde podemos fortalecernos, edificarnos, elevarnos y hermanarnos unos a otros; y una unidad para brindar servicio a los miembros del quórum y a los demás4.

Doctrina y Convenios es una fuente significativa y abundante de los principios revelados sobre los quórumes. Por ejemplo, el versículo 85 de la sección 107 instruye al presidente del quórum de diáconos sobre la forma de ministrar a los miembros del quórum: “Y además, de cierto os digo, el deber del presidente del oficio de diácono es presidir a doce diáconos, sentarse en concilio con ellos y enseñarles sus deberes, edificándose el uno al otro conforme a lo indicado en los convenios”5.

Los líderes de la Iglesia nos han enseñado, y hemos sentido la invitación del Espíritu, a utilizar preguntas inspiradas por el Espíritu para aprender sobre Dios y conocer Su voluntad referente a nosotros6.

Invito a las presidencias de quórum a hacerse las siguientes preguntas y a tratar de encontrar otras que el Espíritu les inspire: ¿Qué hace el presidente de un quórum del Sacerdocio Aarónico para presidir un quórum? ¿Cuáles son sus responsabilidades? ¿Qué debe hacer al sentarse en concilio con los miembros del quórum? ¿Cómo y cuándo enseña? ¿Cuáles son los convenios que se mencionan en las Escrituras? ¿Qué deben hacer el asesor del quórum y el miembro del obispado para ayudar al presidente en sus responsabilidades y en el uso de las llaves de la presidencia?”

Hermanos, al estudiar estos versículos y los manuales, les vendrán otras preguntas al corazón; por ejemplo: ¿Funciona mi quórum de acuerdo con lo que describe el Señor en las Escrituras? Si no es así, ¿por qué no? ¿Qué debo hacer para implementar adecuadamente en mi quórum los principios revelados sobre los quórumes? A medida que una presidencia ore en busca de ayuda y guía, el Espíritu, el obispado, los asesores y el quórum le ayudarán; y además deben asegurarse de utilizar con regularidad los manuales inspirados de la Iglesia.

Muchos presidentes de quórum y otros líderes en todo el mundo han descubierto que se puede lograr y esperar mucho más de las presidencias de los quórumes del Sacerdocio Aarónico y de sus respectivos quórumes cuando dichas presidencias ejercen su ministerio en el barrio o la rama7. De ese modo, los jóvenes de las presidencias de quórum ejercen más su liderazgo, mientras que los asesores emplean más tiempo en apoyar y en capacitar en cuanto a liderazgo8. Al concentrarnos en las responsabilidades del quórum, por lo general aumenta la frecuencia de las reuniones de presidencia de quórum habituales para tener una mejor preparación y oportunidades de liderazgo. Los líderes de quórum hallarán que cada quórum del Sacerdocio Aarónico debe reunirse por separado tras los ejercicios de apertura generales del sacerdocio para recibir instrucción acorde a su edad y gozar de más oportunidades de liderazgo en el quórum. Si alguna vez se combinan quórumes, debe considerarse como algo provisional.

El Señor y las Autoridades Generales nos han proporcionado muchas ayudas para facilitarnos la labor de los quórumes del Sacerdocio Aarónico, incluso la poderosa oración de fe, el ayuno, el estudio de las Escrituras, el librito Para la fortaleza de la juventud, Mi deber a Dios, el manual de instrucción del quórum y Predicad Mi Evangelio como material de consulta, además de diversas actividades y el escultismo. El escultismo se utiliza en los Estados Unidos, en Canadá y en otros lugares del mundo donde lo aprueben los líderes del sacerdocio9. Las presidencias aprenden a emplear y utilizan estos instrumentos en el quórum y en sus actividades del modo que lo indiquen los líderes del sacerdocio y el Espíritu, y de forma que satisfagan las necesidades de cada miembro del quórum y que fomenten la hermandad, la retención, la obra misional y la diversión.

Al revisar los materiales proporcionados para el uso de los quórumes del Sacerdocio Aarónico, notamos que se espera que el quórum ayude a los padres a fortalecer a sus hijos espiritualmente y en todos los demás aspectos de su carácter, sus actividades y su vida personal. A medida que se utilicen estos principios e instrumentos relativos al quórum con planificación y sabiduría, y se ejercite la fe, se producirán milagros.

Abundan los ejemplos de líderes jóvenes de éxito a cada minuto en todas partes del mundo. Permítanme compartir sólo uno de ellos.

Conocí a Matt Andersen, presidente de un quórum de maestros cuyo padre prestaba servicio como presidente de misión en México. Cuando se apartó a Matt como presidente del quórum de maestros, él era el único miembro de ese quórum que asistía a la Iglesia en su barrio. El joven presidente Matt Andersen estaba aprendiendo un idioma nuevo para llegar a ser un misionero eficaz. Avanzando con la fe, el valor y la confianza obtenida en casa y en el quórum de diáconos, tomó la determinación de utilizar sus llaves de presidencia para bendecir a los miembros del quórum y a sus familias. De inmediato le pidió al secretario de barrio una lista de los miembros del quórum, practicó su español y, con una oración en el corazón, llamó al único joven que aparecía en la lista con un número telefónico. Le dijo: “¡Omar: Tú, Iglesia, hoy!” ¡Tan sólo el mensaje básico!

El milagro es que Omar asistió a la Iglesia ese día, y enseguida le siguieron su madre y su hermana. El joven presidente de quórum Matt Andersen le pidió al obispo que lo llevara en automóvil a visitar a otros dos jóvenes que aparecían en la lista sin número de teléfono, y que tradujera durante la visita. Las llaves de la presidencia que poseía, el ministerio de ángeles y los poderes del cielo se combinaron y el resultado fue que esos dos jóvenes también asistieron a la Iglesia e integraron la nueva presidencia del quórum de maestros. Otros jóvenes y sus familias también regresaron a las bendiciones del Evangelio y del sacerdocio.

Mis jóvenes hermanos y hermanas, ustedes son instrumentos poderosos en las manos del Salvador, y Él puede utilizarlos para llevar las bendiciones del Evangelio a otras personas. Obispos, no pasen por alto la fortaleza y las habilidades de sus quórumes del Sacerdocio Aarónico y de las presidencias de las clases de las Mujeres Jóvenes. El Señor los necesita a ellos en esta importante obra. Hay corazones que ellos pueden conmover y tareas que quizás sólo ellos puedan realizar. ¡Denles asignaciones! Permitan que ejerzan su liderazgo y que los guíe el ministerio de ángeles como se promete en Doctrina y Convenios 13.

Ruego que como líderes del Sacerdocio Aarónico seamos estudiosos de la vida y la expiación de Cristo, así como de los principios revelados sobre los quórumes del Sacerdocio Aarónico; que sigamos las palabras del presidente Monson de prepararnos para así comprender nuestra tarea y oportunidad, y merecer el Espíritu. Y, al igual que el presidente Matt Andersen, sigamos adelante con fe, confianza y virtud, sirviendo con Cristo para ayudar a salvar a nuestra familia y a todos los hijos de nuestro Padre Celestial que estén a nuestro alcance.

Les testifico que Jesús es el Cristo, que Él vive y nos ama, y que la obra del Sacerdocio Aarónico es una parte sagrada e importante de Su obra. En el nombre de Jesucristo. Amén.

  1. 2 Nefi 33:1.

  2. D. y C. 38:24.

  3. Véase Thomas S. Monson, “Back to Basics”, Seminario para representantes regionales, 3 de abril de 1981, pág. 2.

  4. Stephen L Richards, en Conference Report, octubre de 1938, pág. 118. Véase también L. Tom Perry, “¿Qué es un quórum?”, Liahona, noviembre de 2004, págs. 23–26; D. Todd Christofferson, “El quórum del sacerdocio”, Liahona, enero de 1999, pág. 47–49; Robert L. Backman, “Los quórumes del Sacerdocio Aarónico”, Liahona, enero de 1983, pág. 63–70; Robert L. Backman, Ensign, julio de 1973, pág. 84.

  5. D. y C. 107:85; véanse también los vers. 86–89.

  6. Henry B. Eyring, “Élder David A. Bednar: Avanzando en la fuerza del Señor”, Liahona, marzo de 2005, págs. 14–19; Neal A. Maxwell, “Jesus, the Perfect Mentor”, Ensign, febrero de 2000, pág. 8; David A. Bednar, “Pedir con fe”, Liahona, mayo de 2008, págs. 94–97.

  7. Véase Ensign, noviembre de 1982, págs. 38–41; Ensign, julio de 1973, págs- 84–85.

  8. Véase Ezra Taft Benson, “Para la ‘juventud bendita’”, Liahona, julio de 1986, pág. 40; Manual de Instrucciones de la Iglesia, Libro 2, Líderes del sacerdocio y de las organizaciones auxiliares, sección 2, Sacerdocio Aarónico, 1999, págs. 211–231; véase también la nota 7.

  9. Véase Thomas S. Monson, “¡Corre, muchacho, corre!”, Liahona, enero de 1983, pág. 30; Manual de escultismo, 1998; véase también la nota 8.