1990–1999
Pastores Espirituales
Abril 1996


Pastores Espirituales

“No existe una zona neutral entre el bien y el mal. Si están en los dominios del diablo, aléjense de ahí a todo carrera.”

Mis amados hermanos, siento el peso de la gran responsabilidad que tengo esta tarde de responder a la asignación que me ha dado la Primera Presidencia de dirigirme al, sacerdocio de la Iglesia.

Se percibe aquí en el Tabernáculo un cálido espíritu de amor y hermandad, tan característico y típico del Sacerdocio de Dios. Estoy seguro le que al reunirse ustedes en los edificios de la Iglesia a través del mundo también sentirán este mismo espíritu y hermandad.

Esta es una gran época para vivir n el mundo: La dispensación del cumplimiento de los tiempos (véase efesios 1;10; D. y C. 27 13).

La humilde oración de un jovencito fue el inicio de esta dispensación al aparecer el Padre y el Hijo ante José Smith e investirlo con la comisión divina de ayudar a introducir este período especial.

Ha habido antiguos profetas, servidores de Dios, que han visitado la tierra con el objetivo de restaurar las preciosas llaves del sacerdocio, llaves de autoridad y responsabilidad que el Señor les había dado en una época anterior (véase D. y C. 27).

Esta es la Iglesia restaurada de Cristo. Nuestro Salvador, el Hijo Unigénito de Dios, esta a la cabeza de la Iglesia y El la estableció hace casi dos mil años.

Siempre me impresiona el numero de hombres jóvenes de edad del Sacerdocio Aarónico que asisten a la sesión del sacerdocio, muchos de ellos con el padre, algunos con el abuelo y otros con los lideres del sacerdocio. Ustedes jovencitos, traen consigo el espíritu entusiasta y vibrante de la juventud de nuestra época, de manera que en los próximos minutos me gustaría dirigirles mis palabras a ustedes.

Primero, les relataré una experiencia que tuve cuando era un niño y que me enseñó una importante lección; sucedió cuando era todavía pequeño, para ser mas preciso tendría entre diez y once años, y estaba llevando nuestro rebaño de ovejas por las montañas del norte de Utah, hacia East Garland. Mi abuelo me había encomendado aquellas ovejas, que había que arrear hacia los pastizales de verano. Acababa de llevarlas a beber en un pequeño estero de la montaña y luego las deje descansar brevemente antes de seguir la jornada.

Mientras descansaban, fui a explorar el terreno para verificar la ruta que tomaría. Había subido unos

doscientos metros por la quebrada cuando oí un ruido que me congelo hasta los huesos; después de haber escuchado una vez el sonido de la serpiente de cascabel, sumamente venenosa, ese sonido nunca se olvida.

Con precaución, me acerque al lugar de donde provenía. Para mi asombro, no vi una sino tres serpientes a pocos metros de mi; estaban sobre una roca templada por el sol de primavera. Aun cuando me intrigo la presencia de tres víboras de cascabel juntas, porque rara vez se ve mas de una, también me preocupó, pues las ovejas debían pasar precisamente por esa parte.

Luego de un rato las ovejas empezaron a levantarse y a dirigirse hacia la quebrada; a medida que se acercaban, me pareció que las serpientes habían advertido su presencia, porque se deslizaron hacia el riachuelo.

Temiendo las consecuencias, trate de hacer desviar a las ovejas para que subieran en dirección contraria a donde se hallaban las culebras; por un momento lo logre, pero de pronto dos ovejas se apartaron del rebaño y, al hacerlo, el rebaño entero decidió seguir a las dos errantes y no hubo forma de detenerlas. Existe el dicho: “Lo siguieron como un rebaño de ovejas”; pues bien, eso es lo que sucedió. Y para empeorar las cosas, se dirigieron exactamente hacia donde estaban las víboras

Tuve la esperanza de que el instinto natural de las ovejas las mantuviera a una distancia segura, pero algunas se vieron empujadas directamente en el paso de los reptiles y no hubo escape para las infortunadas que recibieron las mordidas de las irritadas serpientes.

Poco tiempo después, un acongojado pastorcito tuvo que informar a su abuelo sobre la perdida de dos de sus preciadas ovejas. La experiencia de ese día me dio una ilustración muy definida de lo que puede suceder cuando las ovejas hacen caso omiso de su pastor.

Yo era allí el pastor, percibí el peligro y trate lo mejor que pude de proteger a mis ovejas; pero cuando unas pocas empezaron a ir por el camino equivocado, otras insistieron en seguirlas. Aun cuando sólo dos se perdieron, esa fue una perdida que no debió haber ocurrido.

Lamentablemente, a menudo vemos en la vida los resultados de las acciones de los que rechazan los esfuerzos de los pastores espirituales que tratan de guiarlos lejos de los riesgos y peligros que quizás ellos mismos no perciban por el momento.

Muchas veces, los padres, los obispos, los maestros scout, los asesores y los amigos genuinos pueden ofrecer gula espiritual. Noten que me refiero a los amigos genuinos, poniéndolos a la altura de pastores espirituales; fíjense también que no incluyo entre ellos a los que se dicen amigos pero no lo son; reconozco que entre los compañeros de clase o amigos del grupo de Su edad hay en algunos casos los que sean también una influencia positiva.

Un verdadero amigo que se interese sinceramente en el bienestar del camarada será muchas veces el que lo aliente o le de fortaleza en un momento de debilidad para impedirle que cometa errores serios; al hacer eso, contribuye a evitar el dolor, la pena, la vergüenza y la perdida del autorrespeto, que casi siempre acompañan al pecado. Pero, lamentablemente, abundan las situaciones en las que la influencia de los supuestos amigos tiene un efecto definidamente negativo.

Leemos y escuchamos de muchos estudios y entrevistas que se han hecho en los que los jóvenes revelan que fue la presión social de los amigos de su edad lo que los llevo a un comportamiento inmoral; Satanás lo sabe; el es experto en el engaño Y debe serlo ha tenido mucha experiencia. El sabe la tremenda influencia que un grupo social puede tener sobre el individuo.

Existe un deseo irresistible de formar parte de un grupo, de ser uno de ellos Si Satanás logra convencer a una persona de que influya en otras para que opten por el mal, sea cual sea la razón, el gana Casi siempre la excusa mas fácil y sencilla es que “todos lo hacen”, o “esta de moda”, o “como sabes que es malo si no lo has probado?”

No se dejen engañar. No se dejen influir por esa clase de tentación; mantengan sus normas por encima de los demas; compórtense de acuerdo con las normas que ustedes mismos se han impuesto. Se les han enseñado principios correctos; aférrense a ellos.

No existe una zona neutral entre el bien y el mal. Si están en los dominios del diablo, aléjense de ahí a toda carrera. No olvido nunca la humilde oración de Nefi, a pesar le lo fuerte que era: “Oh Señor, ¿Harás que yo tiemble al aparecer el pecado?” (2 Nefi 4.31).

Algunos tratan absurdamente de justificar una conducta que saben que esta equivocada diciendo. “es un pecado tan insignificante; no tiene importancia”. Aun cuando puede ser verdad que una conducta en particular no sea la peor de la lista, lo mas peligroso es el camino en que esa conducta pone a la persona. “Los pequeños errores” son solo un camino para llegar a los “grandes errores”.

Las palabras del ministro religioso estadounidense Harry Emerson Fosdick nos dan una explicación mas clara:

“Los males trágicos de nuestra vida son, por lo general, involuntarios. No empezamos imponiéndonos esa meta pobre y sin valor; no teníamos la menor intención de hacerlo … Contemplen el camino que recorren. Aquel que toma un extremo de una vara toma también el otro; el que elige el principio de un camino, elige además el lugar al que este conduzca” (Living Under Tension, 1941, págs. 110-111).

Ahora bien, mis jóvenes hermanos, ustedes saben lo que es correcto; se les ha enseñado bien; tienen el Espíritu Santo. Su desafío consiste en permanecer fuertes y fieles. Mantengan el cuerpo y la mente limpios y puros; tomen pronto la decisión de elegir el camino bueno y mantenerse en el. Su Padre Celestial los ama y tiene confianza en ustedes. El desea que sean felices, y les ha proporcionado un modelo a seguir (véase 1). y C. 52:14). Ese modelo es el Evangelio de Jesucristo .

Una de las mas grandes bendiciones de esta dispensación es la presencia de los profetas para guiarnos y dirigirnos. El presidente Gordon B. Hinckley, nuestro amado Profeta de hoy día. les ama; escuchen SU consejo:

“Probad vuestra fortaleza, demostrad vuestra independencia diciendo ‘no’ cuando vuestros compañeros os tienten. Vuestra fortaleza hará fuertes a los débiles. Vuestro ejemplo dará valor a otros” (“La reverencia y la moralidad”, Liahona julio de 1987, pág. 47).

“Según lo que hagan en su adolescencia, ustedes pueden determinar la clase de vida que llevaran cuando estén en los años de madurez” (citado en Ensign, diciembre de 1995, pág. 6

Ruego que tomen las decisiones que los lleven a la verdadera felicidad.

Esta es la verdadera Iglesia de Jesucristo; esta es Su obra, lo testifico en el nombre de Jesucristo. Amen.